La Reserva Federal de los Estados Unidos aumentó las tasas de interés en un 0.50% este pasado miércoles. Lo que representa un incremento menor al 0.75% de las reuniones anteriores. Cierto que la inflación (EEUU), según el último reporte CPI, ha bajado un poco, pero no lo suficiente como para convencer a la Reserva de que la batalla contra la inflación se está ganando con holgura. Jerome Powell, director de esta Reserva Federal, proyectó continuos aumentos de tasas por encima del 5% en 2023, un nivel que no se había visto desde el 2007. Estamos hablando de una época pre-Bitcoin. O sea, en las gráficas no vamos a encontrar todas las respuestas que estamos buscando sobre el futuro inmediato de Bitcoin.
Claro que volvemos a lo mismo de siempre. Todo dependerá de los reportes. El mercado aceptó el discurso de Powell ayer en la tarde con un optimismo cauteloso. Las buenas noticias en torno a la inflación y un incremento menor a 0.75% sirvieron de excusa para los más optimistas. Sin embargo, este jueves el mercado se inclinó un poco más hacia el pesimismo debido a las posibilidades de una recesión para el próximo año. En efecto, las ventas minoristas de noviembre disminuyeron, pero las solicitudes de desempleo también disminuyeron. Lo que implica que, pese a los esfuerzos, el mercado laboral se mantiene demasiado caliente. Y bien sabemos que eso añade presiones inflacionarias no muy deseables.
Ahora, para echarle más leña al fuego, el Banco de Inglaterra, el Banco Central Europeo y la mayoría de los principales bancos centrales han seguido una estrategia de aumento de tasas en un intento por controlar la inflación a la par de la Reserva Federal de los Estados Unidos. Ese endurecimiento monetario global agrega peso a las preocupaciones sobre una recesión global para los próximos meses. En consecuencia, los inversores retiran dinero de los mercados bursátiles para refugiarse en instrumentos más estables. Este jueves el Dow bajó en un 2.67%, el S&P 500 en un 2.83%, y el Nasdaq en un 3.45%. Y Bitcoin se fue por el mismo camino.
En un entorno tan mixto y contradictorio, la incertidumbre y la volatilidad son el pan nuestro de todos los días. Y, por supuesto, todo esto hace más difícil la tarea de los pronosticadores. En momentos tan excepcionales, los inversores están caminando en puntillas.
El mercado está esperando otros incrementos de 0.25% para el próximo año. De hecho, es posible que, para mediados del próximo año, el interés se ubique por encima del 5%. Y luego vendría una pausa. Una pausa que puede durar varios meses. Durante esa pausa, todo dependerá de los reportes. Y se actuará en consecuencia. Debemos recordar que el objetivo final es 2% de inflación al año. Entonces, aún está por verse, si, después de esa pausa, tendremos una reducción de las tasas o no.
La reducción del gasto del consumidor y la caída de los ingresos corporativos contradicen los datos provenientes del mercado laboral. Sin embargo, el mercado hoy ha elegido el pesimismo. Todo parece indicar que tendremos una recesión para el segundo semestre del año próximo. Claro que nadie, en este momento, puede predecir su intensidad. Muchas cosas pueden ir mal al mismo tiempo. O la suerte puede jugar de nuestro lado. Solo el tiempo nos dará la respuesta.
Mientras tanto en criptolandia, todavía hay algunos analistas dibujando líneas en una gráfica hablando de lo que ocurrió durante los últimos halvings. Se realizan análisis comparativos entre hoy y el pasado para hablar de una “subvaluación extrema”. Pero no se reconoce que todos los números ahora son distintos. Todas las valoraciones deben reajustarse. Porque no es lo mismo una valoración con política monetaria flexible que una valoración con una política monetaria dura. El recuerdo de las glorias pasadas de Bitcoin impiden que muchos reconozcan lo excepcional de las condiciones actuales.
Análisis tras análisis me topo con el mismo cuento. Mucho sobre el pasado. Muy poco sobre el futuro. Y la insistencia vehemente de que la historia se repetirá con todo lujo detalle. Se habla del precio. Y se habla de los lapsos. Pero no se acepta que el precio de Bitcoin no está en la obligación de seguir ese libreto al pie de la letra. No hay un cronograma sagrado, caído del cielo, que Bitcoin va a seguir por mandato divino al estilo de la dialéctica histórica de Marx.
Aquí no estoy defendiendo una postura sobre la otra. Lo que estoy señalando es la lógica defectuosa en muchos análisis. Se trata de análisis que desconocen por completo el nuevo contexto. Y no toman en cuenta la demanda en sus pronósticos. Es decir, mañana hay una guerra nuclear que acaba con toda la vida en el planeta. Y todavía estos analistas, desde las cenizas, dibujando líneas en una gráfica y hablando de lo que ocurrió el último halving para realizar sus predicciones. El fin de la humanidad, pero igual Bitcoin se va a luna. Eso obviamente no es una expectativa racional.
La gran mayoría de los indicadores utilizados para justificar una reversión de la tendencia lo que realmente nos están señalando es que el precio ha bajado bastante. O, dicho de otro modo, el precio ha bajado mucho en relación a los precios del pasado. Lo que es cierto. Sin embargo, los inversores de hoy lo que necesitan saber antes de comenzar a comprar es que la demanda se incrementará pronto.
Aplica para Bitcoin y aplica para el S&P 500. El mercado está buscando compradores. ¿Dónde están? ¿De dónde saldrán? ¿Y con qué dinero van a comprar? Por muy bajo que caiga el precio, sin demanda, no hay mucho que podamos hacer. Debemos recordar que los compradores potenciales son personas de carne y hueso viviendo dentro de un contexto. Antes de comprar, lo piensan dos veces. Y no van a comprar ahora sin pensar en el futuro inmediato.
Ahora el tema de la adopción y los fundamentales. Me refiero específicamente al número de direcciones con más de un BTC. Un dato que ha generado muchos titulares últimamente. La noticia se acepta como un triunfo de la adopción y punto. Así, sin mayor reflexión ni escrutinio.
La comunidad cripto sí ha crecido bastante durante los últimos años. Eso no se puede negar. Sin embargo, la información nos está diciendo que son los minoristas los que están comprando ahora. Lo que no es buen presagio. Los minoristas compran cerca del máximo. Los minoristas compran durante todas las caídas. Los minoristas son manipulados por la narrativa con mucha facilidad. Los minoristas buscan consejo en Twitter y Youtube. Y los minoristas se fanatizan con tres palabras bonitas. La persona que sigue ciegamente a los minoristas termina en la boca de las ballenas.
Contexto, contexto, contexto. La crisis de confianza de este espacio no es poca cosa. Hemos recibido un gran golpe a la reputación y esto no se sanará en unos días. Aquí no estamos hablando de la muerte de Bitcoin o de que la recuperación nunca llegará. Lo que aquí propongo es que no podemos caer en un exceso de confianza. De pronto, debemos abrirnos a la posibilidad de que nuestro futuro inmediato es un poco más complejo e impredecible de lo anticipado. De pronto, los patrones del pasado no nos ayudarán tanto esta vez, porque estamos entrando en territorio desconocido. La fe es importante. Pero aquí quiero aprovechar la ocasión para recordarles el valor de la duda.
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