Los inversionistas y analistas están prestando mucha atención a las primeras señales que está enviando el presidente electo de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, sobre la composición de su nuevo gobierno en momentos en que comienzan a formarse opiniones sobre las políticas que probablemente adoptará.
Lula acaba de designar a sus correligionarios del Partido de los Trabajadores (PT) Fernando Haddad y Aloizio Mercadante al mando del Ministerio de Economía y el banco de desarrollo BNDES, respectivamente.
Estas nominaciones han frustrado a los inversionistas, que hubieran preferido que estos dos puestos fueran ocupados por economistas con posturas más centristas, considerando en particular que la campaña de Lula estuvo respaldada por un amplio espectro político.
Mário Braga, analista sénior de Control Risks para Brasil, conversa con BNamericas sobre las señales de lo que vendrá para el gobierno entrante, que asumirá el 1 de enero.
BNamericas: ¿Qué opina de los primeros nombres que ha anunciado el presidente electo en el área económica, como Fernando Haddad en el Ministerio de Hacienda y Aloizio Mercadante en la presidencia del BNDES?
Braga: Las elecciones estuvieron basadas en una campaña de coalición y nuestra opinión siempre ha sido que, una vez que fuera elegido el expresidente Lula, veríamos competencia entre nombres más tradicionales vinculados históricamente al PT y otros a partidos más centristas, más pragmáticos, que apoyaron la campaña de Lula.
Estos nombramientos que mencionas, Haddad y Mercadante, nos permiten sacar dos conclusiones. La primera es que Lula probablemente seguirá concentrando el poder y la autonomía en el área económica. Los puntos de vista de Haddad están alineados con los de Lula, que el Estado debe desempeñar el papel de estimular la economía y los programas sociales deben ser prioridad.
El nombramiento de Mercadante supone un paso más en este camino. Entre los nombres que se especulaban para tomar el control del BNDES, Mercadante era el más ligado a la historia del PT. Es el que tiene ideas más desarrollistas en el área económica y es por eso que la reacción en los mercados de capitales ha sido negativa.
BNamericas: ¿Qué escenario se puede esperar del primer año de la administración de Lula dadas estas designaciones?
Braga: Mi sensación es que el primer año del gobierno de Lula será una mezcla de su primer mandato (2003-2006) y su segundo (2007-2010). En otras palabras, tendremos una política enfocada en unos cuantos temas centrales, que serán una mejor distribución del ingreso, el aumento del salario mínimo, una mayor oposición a la deforestación y políticas vinculadas al cambio climático.
BNamericas: ¿Hay riesgo de que el BNDES regrese a un modelo de préstamos subsidiados?
Braga: Vemos que la administración de Lula evita algunos modelos que no funcionaron en la administración de Dilma Rousseff [presidenta entre 2011 y mediados de 2016].
Las denominadas políticas de campeones nacionales, como las políticas de subsidios, probablemente no serán replicadas.
[Nota del Editor: La política de campeones nacionales fue una estrategia utilizada por las administraciones anteriores del BNDES que estaba enfocada en financiar a grandes empresas de Brasil y ayudarlas a convertirse en multinacionales].
Ahora hay miedo por el nombramiento de Mercadante, pero me parece que se han aprendido algunas lecciones. Lo que probablemente veremos será un BNDES más enfocado en préstamos a pequeñas empresas y a otros bancos estatales, Banco do Brasil y Caixa Econômica Federal, que se centrarán más en financiar a familias de bajos ingresos.
BNamericas: ¿La designación de personas vinculadas al PT en los cargos más importantes del Ministerio de Economía podría generar conflictos en la base de apoyo del gobierno con los demás partidos políticos?
Braga: Todavía estamos pasando por un período de ajuste de las fuerzas políticas. Lula aumentará el número de ministerios para crear más espacio para los partidos que apoyan su coalición, pero el PT probablemente retendrá los puestos más importantes.
Dicho esto, el riesgo de conflicto en la base de apoyo el próximo año aún es bajo, pero estos riesgos comenzarán a aumentar después de las elecciones municipales de 2024, porque será el momento en que las fuerzas políticas empiecen a pensar en las próximas elecciones presidenciales de 2026.
BNamericas: La Cámara Baja aprobó recientemente un cambio en la ley de empresas estatales que reabre un espacio para los nombramientos políticos. ¿Qué piensa al respecto?
Braga: Lo que hemos estado esperando desde la elección de Lula es que las empresas estatales se conviertan en instrumentos de política pública. Por ejemplo, en [la petrolera estatal] Petrobras esperamos un cambio en la política de precios de los combustibles, un cambio en el programa de inversiones de la empresa y una reducción en la distribución de dividendos a los accionistas. Además, esperamos también cambios en los bancos estatales que ya mencioné.
En cuanto a los cambios en la ley de empresas estatales, la integridad y el gobierno corporativo de estas empresas se ven afectados. Esta ley fue creada a raíz de la investigación anticorrupción Lava Jato y es un instrumento robusto para evitar la injerencia política en las empresas estatales.
Con el cambio legislativo, estas prácticas [designaciones políticas en empresas] pueden volver a adoptarse a mayor escala. La modificación a la legislación fue aprobada muy rápido y contó con un amplio apoyo en la Cámara de Diputados, lo que demuestra que el Congreso también está interesado en este tipo de modelo.
BNamericas: ¿Cómo ve ahora el apoyo popular al gobierno electo? ¿Cree que hay alguna posibilidad de malestar social y disputas por el resultado de las elecciones antes de que Lula tome posesión el 1 de enero?
Braga: No solo en las elecciones de Brasil, también en varios otros países, hemos visto que las elecciones se deciden por rechazo y eso hace que el período de luna de miel de los nuevos gobiernos sea cada vez más corto.
La elección en Brasil también se basó en altos niveles de rechazo. Cualquier candidato que resultara electo en Brasil tenía una base electoral más débil, con apoyo popular menos sólido.
Sin embargo, vemos que el escenario de riesgo institucional se ha reducido, ya que el resultado de la elección fue ampliamente reconocido por el estamento político nacional y también por toda la comunidad internacional. Esto redujo el espacio para controversias.
Por otro lado, hemos visto que hay un creciente radicalismo de las fuerzas que se oponen al candidato electo. Es una porción pequeña, pero altamente radicalizada del electorado, Y sí, el día de la inauguración podría haber protestas y en los próximos meses podríamos ver factores que conduzcan a nuevas protestas.
BNamericas: ¿Cuáles son las reformas económicas con mayor probabilidad de concretarse en 2023?
Braga: Creo que ya hay un foco en avanzar en la reforma tributaria.
Esta reforma lleva tiempo debatiéndose y podría aprobarse en 2023 o en los primeros meses de 2024.
Aparte de eso, descarto cambios por una reforma laboral. Creo que, si hay algún cambio en la legislación laboral, se limitaría a garantizar más derechos laborales para los trabajadores de las aplicaciones, que fue un tema que Lula mencionó algunas veces durante su campaña.
BNamericas: ¿Qué espera para el entorno de negocios en 2023?
Braga: En 2023 tendremos un cambio en los puntos de tensión y probablemente veremos niveles más bajos de tensión en general.
En 2022, los mayores riesgos en el radar se relacionaban con el proceso electoral y las dudas sobre una entrega pacífica del poder en el país.
El próximo año, la postura más pragmática de Lula reducirá ese ruido.
Por otro lado, las preocupaciones para 2023 probablemente se enfocarán en el desempeño fiscal del país, cómo será el modelo de gasto público y cuál será la viabilidad financiera del gasto público. En un contexto donde creo que las voces más radicales del PT no tendrán tanta fuerza, mi escenario base es de políticas fiscales moderadas.
El gobierno electo entenderá que necesita crear un buen ambiente de negocios, porque necesita inversionistas privados para respaldar proyectos de infraestructura, saneamiento y energía.
Una vez que esté armado y anunciado todo el equipo de gobierno, tendremos definiciones sobre el modelo económico y creo que habrá una mejora en el ambiente de negocios.