Cuando doña Ester decidió que quería aprender hojalatería varios miembros de su comunidad, en el Cantón Llano de la Virgen, en Citalá, Chalatenango, la criticaron. Le dijeron que era imposible que ella aprendiera eso, que era un trabajo para hombres, que era una pérdida de tiempo. Ella y otras mujeres no escucharon y decidieron aprender este oficio.
Hoy, un año después, doña Ester es una de las tres mujeres que hacen hojalatería en el cantón. Ella y sus compañeras trabaja en un espacio que les ha prestado la iglesia del cantón para montar un pequeño taller. Elaboran floreros, budineras y ollas.
“Solo somos tres mujeres, antes éramos más, pero las compañeras se retiraron porque los esposos les decían que no aprendieran eso. En mi caso mi esposo siempre me apoyó, solo me decía que tuviera cuidado con las heridas”, recordó doña Ester con mucho orgullo.
Pero fue imposible no herirse. “Viera, es terrible, pero ya no me pasa. Ya las manos las tengo con callos (ríe). Ahora la gente nos felicita por lo que hacemos y nosotras estamos orgullosas. Ser mujer no me impidió aprender hojalatería”, agregó.
Esta sonriente mujer forma parte de las 2,800 personas beneficiadas con el programa “Familias rurales de Citalá y Masahuat reactivan su economía y fortalecen medios de vida en contexto agravado por la pandemia y emergencias climáticas” que realiza la oenegé Ayuda en Acción en conjunto con la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID).
El programa cuenta con el financiamiento de la AECID y tiene como objetivo mejorar la economía de las familias que residen en esos dos municipios promoviendo actividades como la agroecología, la apicultura y la biocultura.
“Esta iniciativa surge después de hacer un diagnóstico en la zona (Citalá, Chalatenango; Masahuat, Santa Ana) que nos permitió saber las necesidades que aparecían en estos municipios muy afectados por la pandemia, por el covid y por emergencias climáticas y se valoró la posibilidad de fortalecer el desarrollo económico local a través del apoyo a familias para que establecieran sus planes de negocio mediante formación, asistencia técnica y con ello mejorar la calidad de más de 270 familias en esta primera etapa”, explicó Fernando Rey Yébenes, coordinador general de la Cooperación Española en El Salvador.
El programa tiene una duración de dos años y el lunes pasado se entregaron diplomas a 150 personas que participaron del proceso formativo que se denomina Inicia tu negocio, según explicó Michael Zambrano, director país de Ayuda en Acción de El Salvador.
“Este proyecto es muy integral en temas de formación. Ellas se han formado y conocido sus derechos con el objetivo que se sientan titulares de ellos y que empiecen a exigirlos como tal, también estamos formando hombres en el tema de nuevas masculinidades con el fin que ellos reconozcan que también las mujeres tienen derechos y necesitan tener espacios de participación”, expresó.
Ahora, doña Ester tiene un sueño. “Quiero poner mi negocio y enseñarle a otras mujeres la hojalatería”.