Tegucigalpa – Las micros, pequeñas y medianas empresas (Mipymes), representan el tejido esencial en el sector empresarial hondureño, ellas generan el 70 % de empleos, pero además el 35 % del Producto Interno Bruto (PIB) de más de 30 mil millones de dólares, todo esto frente a manifiestos yugos como la falta de digitalización, poco acceso a financiamiento, dificultad para hacer negocios, formalización y frente a un despiadado impuesto de guerra o extorsión.
– El 59.26 % de la Mipymes solo emplean a una persona para manejar herramientas digitales, el 19.70 % utilizan correo electrónico, pero el 60 % para negocios.
– Además 77.78% de las pequeñas empresas, tienen acceso al menos a una computadora, 58.46% tienen redes sociales propias y el 86 % las actualiza una vez por semana.
– El 68 % no tienen sitio web, 61 % se financia con fondos propios, 28 % de recursos bancarios están destinados a este sector que requiere 11 trámites para establecerse.
Este sector juega un fundamental en el desarrollo económico y social del país centroamericano, donde más de 100 mil pequeñas y medianas empresas figuran como el musculo principal de una de debilitada y fraccionada economía, golpeada por la corrupción, naturaleza y criminalidad, pese a ese complicado escenario son la esperanza de miles de familias –según expertos-, para disminuir la pobreza (75% de la población), así como el impulso al desarrollo sustentable.
Pese a las enormes contribuciones que realizan a la economía nacional, todavía hay grandes desafíos que enfrentan, como poca capacidad para adaptarse a la digitalización, pero además, una debilidad más, es la característica dificultad que tienen para acceder a financiamientos y su situación, es todavía más intratable frente al tema de seguridad, donde se debe responder a las exigencias de la criminalidad ante falta de respuestas de la institucionalidad. Frente a estos contextos es substancial identificar los elementos que auxilian el complejo escenario empresarial, mismo que permita entender estos retos y, ante esta tesis –una reciente pesquisa presentada por entes de sociedad civil y el auspicio de la comunidad internacional- el informe denominado: Investigación de oportunidades sobre incentivos fiscales, diagnóstico de brechas y oportunidades en comercio electrónico de Mipymes.
Las investigaciones resaltan los puntos o ejes donde el gobierno, empresa privada y sociedad civil deberán priorizar como estrategia para garantizar la sostenibilidad y crecimiento de las Mipymes. Para el caso del estudio sobre Brechas y Oportunidades en Comercio Electrónico destaca que el 72% de las micros, pequeñas y medianas empresas encuestadas están dispuestas a realizar inversión para digitalizar sus procesos y vigorizar sus ventas.
Por su parte el estudio sobre incentivos fiscales refleja que el 61% de las pequeñas y medianas empresas consultadas se financian con fondos propios, entre otros datos relevantes, para mejorar el comercio electrónico el 77.78% de las Mipymes tienen acceso a una computadora, 58.46% cuenta con redes sociales y el 86% la actualiza al menos una vez por semana; 19.7% de los emprendimientos utilizan correo electrónico y solo el 60% lo usa como parte de su negocio.
Y es que el estudio de oportunidades sobre incentivos fiscales de crédito para Mipymes, indican que el 35 % de aporte al Producto Interno Bruto (PIB) es generado por empresas de esta característica, 28% de la cartera total de créditos del sistema bancario es para ellas y el 61% se financia con fondos propios.
Las conclusiones de ambos estudios arrojan que 11 trámites son necesarios para conformar una empresa. Ante ello, es fundamental impulsar la bancarización inclusiva que apueste por la competitividad con el propósito de reducir las barreras de acceso de las Mipymes -el 65% son manejadas por mujeres- al sistema financiero, motivando con esto el comercio electrónico. La organización SER (Salud, Emprendedurismo y Resiliencia) con financiamiento de la Unión Europea, impulsa en este sector generador de empleo: desarrollo de capacidades, marketing digital, asistencia técnica que facilite la digitalización y construcción de plataformas electrónicas, que por lo general son políticas que no están siendo patrocinadas desde las autoridades; unas 120 Mipymes optaron capacitarse logrando resultados exitosos en la venta de sus productos.
El estudio indica que las 120 Mipymes generan casi 700 empleos, que benefician a más de 3 mil familias de siete departamentos; de ellas el 53.85% que accedió a capacitarse, logró aumentar el número de empleos, el 41.54% alcanzó mantenerlos y apenas 4.62% aseguran se disminuyó; además aumentaron sus ingresos en 48.48%, un 25.76 lo mantuvo y un 25.76 lo redujo, esto que el 71.21% tiene acceso a internet, pero solo 28.79% utilizan algún software de gestión.
Lo anterior denota una amplia indiferencia para la transición digital, ya que el 36.92% de las Mipymes, cree que la digitalización es vital, pero demandan asistencia para hacerlo, un 18.46% piensa que es relevante, sin embargo, no se lo proponen, el 21.54% opina que no es un paso vital para sus expectativas por ello 0% de las empresas logró completar el proceso de la digitalización, no obstante, el 72% están dispuestas a invertir en procesos de tecnología.
Por la falta de fondos, grandes emprendimientos no despliegan o desaparecen, las pequeñas empresas tampoco concluyen su productividad, sostenibilidad y eficiencia, porque el acceso a financiación es condicionado por la regulación de entrada que existe de la asimetría entre los requeridos del sistema financiero, así también la capacidad de cumplir de las Mipymes como el sector informal de la economía, limitando su desarrollo y acrecentando la liquidez bancaria.
Barreras de acceso al financiamiento
Las Mipymes tienen algunas características, añade el informe, sobre la “Inclusión Financiera: más marketing que realidad en Honduras” que impiden su acceso al financiamiento, tales como la informalidad, la falta de un inmueble físico o garantía de compromiso, la falta de una empresa solidaria o garante, la baja formalización y las bajas calificaciones crediticias.
Por otra parte, la intervención estatal en materia de financiamiento productivo y para Mipymes demostró ser ineficaz, ya que actúa a través del sistema financiero, por lo que sus asistencias se someten a las mismas exigencias y regulaciones establecidos por la banca, cooperativa y micro financieras, las que son impuestas por la Comisión Nacional de Bancos y Seguros. Entonces, no es de extrañar que los préstamos a Mipymes sigan teniendo una baja participación dentro de la cartera de créditos del sistema financiero, ya que si bien hay disponibilidad de recursos, las condiciones de entrada no se flexibilizan y existen debilidades para evaluar los riesgos de operar.
Esto provoca que la inclusión financiera se evalúe a nivel de cuentas de ahorro y circulación de tarjetas de crédito, no al nivel de nuevas empresas con acceso a financiamiento, enfoque de género en el acceso al crédito, financiación a emprendimientos tecnológicos o similares que se asocian más al desarrollo y no solo a estadios de crecimiento.
Las condiciones actuales para que las Mipymes posean acceso al financiamiento enfrentan un desafío complejo, ya que se requiere que las políticas públicas se flexibilicen para ofrecerles un beneficio concreto que motiven su formalización y, con esto, su acceso a recursos, asimismo se hace necesario que el sistema financiero flexibilice sus evaluaciones de riesgo, reduzca sus tasas de interés, otorgue plazos más amplios e integre nuevos tipos de garantías.
El fortalecimiento institucional un paso a dar
Mina Palacios, coordinadora del Programa de Empoderamiento Económico de las Mujeres en la Agencia de las Naciones Unidas en Honduras, expresó inicialmente a Proceso Digital que urge fortalecer integralmente la institucionalidad de manera que haya respuesta a las demandas que permitan el desarrollo, pero proporcionando condiciones y herramientas que conduzca a la Mipymes a tener salud empresarial y productos financieros con una mirada en las áreas rurales.
En ese sentido, ve la necesidad de generar programas que permitan el acceso a la tierra en zonas productivas y que las experiencias de personas que van saliendo adelante en Honduras, puedan convertirse en modelos promocionar los mecanismos que les ha permitido salir avante en un país que tienen muchos desafíos incluyendo los embates de la pandemia, reto que ha recaído en la figura femenina con el compromiso de la subsistencia de sus familias
La defensora de mujeres del Organismo de las Naciones Unidas, considera que con los actuales argumentos en la nación centroamericana, quienes hoy se dedican al emprendedurismo, anhelan condiciones que conlleven normas claras, por lo que hizo un llamado para que quienes tomas decisiones presten suma atención a causas como estas para hacerle frente a la pobreza.
Apostémosle a lo que tenemos
Cuando llegó la pandemia –dice Miriam Yolanda Pineda- mi negocio se fue abajo, vendía fragancias entonces me vi en la obligación de buscar nuevas ideas para las ventas, hablando con familiares que están en EEUU, analizamos sobre negocios que se adaptaran al contexto en el estábamos, nos descapitalizamos porque el confinamiento conspiró para ello, teníamos que buscar algo que hacer para sobrevivir.
Para nosotros, la pandemia también fue como una oportunidad para ser creativos, entonces claro en momentos tensos en los que estábamos decidimos importar vitaminas de Estados Unidos, en ese momento el COVID-19 estaba en su nivel más agresivo, ahí es donde aparecemos nosotros, pero nos enfrentamos a un nuevo desafío porque en nuestro país no existe la cultura de mantenernos vitaminados, sin embargo le apostamos y encajamos en el contexto.
Mi negocio se llamaba Fragancias Miriam y le agregamos Vitaminas, entonces pasamos a llamarnos Fragancias y Vitaminas Miriam, no hicimos nada más que agregar algo más a nuestra pequeña empresa, a veces es lo que necesitamos, no empezar de nuevo, sino agregarle algo a lo que ya tenemos, logramos posicionarnos, la gente nos apoyó, claro trabajamos en medio de muchas dificultades, especialmente con la inseguridad existente.
Soy madre de una niña discapacitada, pero en ese difícil momento aparece Programa de Rehabilitación de Parálisis Cerebral (Prepace), nos apoyó con capacitación a través del Proyecto SER, donde nos enseñaron a creer en nosotros mismos, salimos del atolladero en que la pandemia nos metió, ahora yo puedo decirle a los emprendedores que si ya iniciaron con su proyecto, no se detengan, busquen ayuda, muchas organizaciones pueden ayudar, cerró. JP