Es un día gris, de lluvia y frío en Madrid, pero Pili Luna ilumina el Museo de Artes Decorativas. Llega a la entrevista con suéter plateado (con el brillo de los peces) y con una amplia sonrisa. Como complemento y bajo el brazo, aparentemente un bolso de mano en piel, hasta que lo despliega y comienza su relato.
“Este es mi tesoro, mi creación, ¡tócalos!” asegura la diseñadora mientras me muestra pieles de pescado de diferentes colores y texturas.
Luna ha llegado hace unos días a la capital desde Honduras y no ha parado ni un segundo: charlas, ponencias y entrevistas se suceden para explicar, admirar y difundir las bondades de un material, que podría cambiar la vida de muchas personas.
Fue un destello de luz que cayó sobre un bulto de desechos de pescado, lo que despertó una brillante idea de negocio y de generación de empleo en la mente de esta diseñadora hondureña, en el lugar más recóndito del mundo.
“Llevaba ocho años ya trabajando con mi marca Vos Honduras, con la que comencé reciclando jeans. Luego pasé a las etiquetas de plástico de un solo uso y en un viaje maravilloso por la Mosquitia hondureña, que es la zona más alejada y más retirada del mundo. Es el Amazonas de Centroamérica, y allí un destelló captó toda mi atención, vi un montón de pescado iluminado por el sol y se me encendió la creatividad y la imaginación”.
Y continúa: “Pero lo que más me movió a la acción fue ver la vida de la gente de la Mosquitia. El pescador artesanal tiene una vida ardua. Sale a las tres de la tarde de su casa y se embarca en un cayuco de madera. A las seis de la tarde, tiran las redes y a las 12 de la noche, las suben y las vuelven a lanzar y subir a las seis de la mañana. ¿Te imaginas pasar toda la noche en mar abierto en un cayuco con la única fe de que esas redes se van a llenar?
Y es más, Centroamérica alberga costas conformadas principalmente por comunidades indígenas. Su único medio de subsistencia es la pesca artesanal. Y esa pesca entra en veda durante cuatro meses al año. “Durante esos meses no se encienden los fogones, ni la leña en sus hogares. No hay nada que comer. No hay salud, ni educación y mucho menos acceso a bienes y servicios. Y son personas que están excluidas del sistema financiero”, asegura la hondureña.
“Y eso me llevó a centrar mi corazón en llegar a este material porque no es sólo una fórmula patentada que transforma la piel en un cuero exótico, es un aporte a la comunidad”.
Pili ya ha enseñado el proceso y capacitado a 209 personas, de las que 205 son mujeres. “Mujeres que han visto este recurso que era de ellas, de su cotidianeidad, y es un vehículo para mejorar sus vidas, la de sus hijos, para salir de relaciones violentas y abusivas. Hay mucho maltrato, hay mucho alcoholismo, hay mucho sufrimiento, angustia y dolor. He logrado llegar a un material altamente resistente, impermeable, exótico y precioso para todas”, concluye.
¿Cuánto tiempo te llevó hasta que lograste la fórmula?
Hice, prueba tras prueba durante dos meses, y fue un proceso sobre todo, intuitivo. Yo no soy científica, estudié diseño de producto…
Leí alguna vez en un libro que las ideas son como mariposas, que se posan sobre quien las llevará a la realidad.
¿Y cuál fue el primer producto que hiciste con la piel?
Unos tenis. Ahora estoy buscando hacer un modelo B2B porque cuantas más pieles se vendan, más impacto tendrá en la comunidad. Ahora son 209 personas impactando en 850 más, pero queremos llevarlo a un nivel de estandarización. No industrialización, porque este es un trabajo artesanal.
Las comunidades donde viven están muy alejadas de todo, y no hay acceso fácil. Yo no hago nada industrial, y está libre de cromo y de químicos. El teñido se consigue a base de frutos y resinas naturales de cada zona. He entrenado a personas en Costa Rica y en Honduras, y mi sueño es traerlo a España para trabajar con pescadores.
¿Cómo es de fantástico ese material con respecto a la piel de vaca?
Esta piel es nueve veces más resistente que la piel de ganado vacuno. Cualquier tipo de piel de un ser vivo es proteína y es colágeno. Esas fibras de colágeno en el ganado y en humanos son horizontales. La fibra del pez es transversal y entrecruzada. Y eso la hace, aunque sea más delgada, mucho más resistente al desgarre y al estiramiento. Es impermeable y tiene un sinfín de cualidades y de características maravillosas, pero siempre tenemos dudas ante algo nuevo y me preguntan mucho: ¿huele a pescado? Evidentemente, no.
¿Qué pescados utilizas?
Yo utilizo la piel de desecho de las comunidades costeras. Los pescadores filetean el pescado para consumo humano y esa es la piel que nosotros transformamos.
Depende de la zona, pero en Honduras tenemos el robalo, la corvina y el mero. Esos son con los que trabajamos. No trabajamos con especies en peligro de extinción, ni tampoco trabajamos con industria ni con la industria pesquera en gran escala. Operamos con comunidades que necesitan de este apoyo.
¿Cuántos pescados llegas a utilizar para fabricar unas deportivas?
Puedo utilizar uno, dependiendo del estilo del tenis. Tengo la piel de un mero que pesaba 189 libras. Un producto muy artesanal y único.
¿Sabes cuántas toneladas de piel de pescado se tiran anualmente a nivel mundial? 3,1 millones de toneladas. Y eso causa una ola de contaminación en el ecosistema marino. ¿Y por qué no aprovecharlo?
¿Para qué lo has utilizado hasta ahora?
Se han hecho muebles, vitrinas de bares, tenis, bolsos, todo tipo de ropa, y hasta zapatos de salón. También paneles de pared para edificios y hoteles. Tiene un sinfín de aplicaciones.
¿Estás probando algún producto nuevo?
Ahora tenemos un cliente en New York que está fabricando paneles para pared. Nosotros tenemos dos líneas de negocio que es la piel y el producto terminado, con el que fabricamos una gran variedad de carteras, deportivas, estuches…
En Nueva York estuviste con Kamala Harris…
Estuve con ella en la Cumbre de las Américas. Tuve el honor de que me invitara. Ella es una mujer maravillosa, muy comprometida. Creo que su preocupación más grande es aportar a la mujer en estos países del Triángulo Norte que viven una tremenda violencia, una inequidad injusta para un ser humano y su intención es prosperar.
Yo le comentaba, que por estadística, sabemos que una mujer que tiene su negocio propio o su emprendimiento va a reinvertir el 78% de sus ingresos en su comunidad. Y por lógica, sabemos que si una familia tiene acceso a salud, educación, un salario digno va a permanecer unida y no va a necesitar buscar extrañas fronteras. Es un tema de migración, de humanidad, de justicia, de valorar el recurso, de hacer prosperar comunidades con sus propios recursos locales.
¿Son 23 asociaciones de pescadores artesanales?
Eso es. El proyecto lo inicié con el apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo y con una ONG irlandesa. Ellos me apoyaron en la parte técnica para llegar a las comunidades, ellos ya tenían proyectos ahí y ya habían dotado a la comunidad con plantas solares, etc. Les entreno y les doto de las herramientas que necesitan.
Me he topado con muchísimos retos, pero ahora estamos implementando una tecnología maravillosa que funciona en cualquier teléfono inteligente por la que manejamos datos en tiempo real para la trazabilidad del pescado. ¿Dónde se pescó?, ¿a qué nivel del mar?, ¿quién lo curtió?, ¿cómo llegó a nuestra planta?…
Y eso nos permite tener una comunicación más fluida y es impactante que una comunidad tan abandonada, tan pobre y tan escasa de recursos, pueda tener una tecnología integrada de alto valor para su mejor rendimiento. Hoy sus ingresos se han incrementado en un 38% y eso es una pasada.
¿Creaste Vos Honduras en 2014?
Sí, la empresa la creé en el 2014 y durante la pandemia fue cuando realmente le di un impulso.
Bolsos, calzado, lo que los clientes nos pidan. Yo he hecho muchos proyectos con empresas en torno al reciclaje y mis proyectos siempre están enfocados a la parte social.
Nos dedicamos a la creación de proyectos sociales que beneficien a la sociedad. Creo que a día de hoy hemos calzado a más de 38.000 niños con nuestros proyectos, con aliados estratégicos.
¿Has estado pendiente de la COP de este año?, ¿qué opinión te merece?
La gente de chaqueta y corbata que está en una oficina con aire acondicionado, con un sueldo interesante, con todas sus necesidades cubiertas, no sabe lo que es la vida real y las necesidades reales, y todo ocurre por el cambio climático. Ya no tenemos muchos recursos porque se han sobreexplotado, porque han dado licencia a depredadores, porque se permiten muchas cosas. Entonces tiene que haber un cambio real de conciencia para que haya un cambio real en acción. Si no hay eso, estamos en bla, bla, bla.
¿Cuál es el precio aproximado de un par de zapatos y dónde se pueden comprar?
Entre 80 y 250 dólares, y lo pueden comprar en pililuna.com Lo lindo de esto es que compras tus zapatos en la página web, te va a llegar un correo a tu mail, y te va a pedir que dibujes tu pie en una hoja de papel y que le pongas un metro, y nosotros hacemos la horma exactamente para tu pie.
Todo el mundo nos dice que son los zapatos más cómodos del mundo. Claro, porque están hechos para cada uno de tus pies. No es como ir a comprar un zapato talla tal, porque todos tenemos un pie más grande que el otro. Así de especial es lo que estás comprando.
¿De dónde proceden tus clientes?
Estados Unidos, Canadá, Europa. A la gente en Europa no le importa pagar 150 € de shopping porque quieren el zapato. Es gente que le interesa el tema, que le interesa el medio ambiente, que le interesa aportarle a la humanidad, que le interesa la sostenibilidad y que le gustan los productos únicos y exclusivos.
¿Aprendiste lo del diseño de tu madre, que también es diseñadora de moda?
Mi mamá (Gioconda Berlioz) es el icono de la moda en Honduras, en Alta costura. A mí nunca me gustó la Alta costura, pero aprendí muchísimo de ella y de mi abuelita, sobre texturas, sobre combinaciones, sobre la ética en el trabajo, sobre principios y valores. Creo que eso es lo más importante.