Está viva en nuestra genealogía feminista, no podríamos decir casi nada de los grandes temas del feminismo que estamos viviendo ahora mismo, y que hemos desgranado a los largo de décadas, sin mencionarla. No solo por su ingente obra publicada y su participación en tantos foros, debates, jornadas y congresos mil. Sino por su presencia entre nosotras, por su magisterio acogedor y pedagógico y, especialmente, por su participación activa en el movimiento feminista, también con nosotras, los pequeños grupos de feministas organizadas.
Sin consultar bibliografía ni apuntes, por lo que puede haber algún desliz, voy a recordar de forma más o menos cronológica su biografía entrecruzada con la nuestra.
Apareció en nuestro feminismo a finales de la década de los ochenta con la excusa del feminismo internacionalista. Totalmente nuevo para el movimiento feminista, empezamos a sumergirnos en los temas que entonces se llamaban relaciones o conflictos Norte/Sur. Queríamos aprender cómo realmente se hacía solidaridad entre mujeres y analizar las contradicciones que se nos presentaban. ¿Haríamos cooperación entre mujeres? ¿Nos metíamos en el oscuro y enredado mundo de las ONGs que recién empezaban entonces? Nos podía el complejo (y la realidad) de etnocentrismo, nos empujaba nuestro sano izquierdismo.
Hay que decir que en varias sesiones de charlas, reuniones, talleres y más, que acostumbraban a ser de extensa duración, nos colocó nuestras mentes en los temas importantes: la feminización de la pobreza, como elemento estructural de la sociedad capitalista y patriarcal; la importancia de los movimientos populares de mujeres en las luchas latinoamericanas; las mujeres inmigrantes en nuestro quehacer feminista, como parte del sujeto autónomo; los retos demográficos cuando recién se empezaba a ver en el Estado español personas inmigrantes; los temas maternidad y las diferencias importantes entre los países empobrecidos y el occidente expoliador de sus riquezas. Digamos que nos puso en situación perfecta para enfrentar los grandes fastos españoles con motivo del V Centenario de la conquista.
Ante los temas de racismo e inmigración, como buena mujer latinoamericana refugiada en el Estado español, y con el humor y los comentarios irónicos que le caracterizaban, ante los ataques anti-inmigrantes decía con sorna: “No se deben quejar, simplemente les estamos devolviendo la visita que ustedes nos hicieron hace 500 años, es un deber de cortesía”.
Vino después un tema importante, fuertísimo, que hoy todavía está en la cúspide del debate y en el que a nosotras nos va la vida feminista, como es el de la prostitución. Es realmente un asunto complicado en las sensibilidades del movimiento feminista, y nos encontramos con que Dolores, se había metido de lleno en este tema, desde Barcelona. Y estaba ya participando con el proyecto LICIT (Líneas de Investigación y Cooperación con las Inmigrantes Trabajadoras Sexuales).
Aquí quiero destacar una característica de su magisterio-militancia, desde los trabajos que hacía y de los proyectos en los que participaba, que es importante y para nosotras fue reveladora. Su participación era de cuerpo entero, se sumergía en las relaciones y en las realidades, se pateaba las calles o lo lugares que albergaban los temas y luego lo contaba. Con esa generosidad sin límites, acudiendo a cualquier lugar, a cualquier rincón que requiriera su presencia y su sapiencia.
Su posicionamiento en los debates de prostitución y la publicación de un precioso libro ilustrado, dirigido a las niñas, cuya protagonista es Marita, le supuso sufrir acoso y tener que afrontar una denuncia por parte de los grupos antifeministas y abolicionistas/prohibicionistas de extrema derecha.
De sus análisis y escritos sobre este tema quiero señalar aquí su participación en nuestra revista en un temprano dossier que editamos, titulado “Prostitución: Miradas feministas”.
Desde su conocimiento y experiencia en Antropología también nos echó un gran cable cuando desde Euskal Herria afrontábamos el espinoso tema de las fiestas tradicionales y la participación de las mujeres. Las amigas de Altsasuko Feministak contaron con su colaboración en la recuperación y reorganización de sus fiestas locales.
Llegaba el inicio del nuevo siglo y la Coordinadora estatal de organizaciones feministas se embarcaba en la ingente tarea de organizar las Jornadas feministas de Córdoba. También apareció Dolores, en una mesa redonda de lujo: “Feminismo desde otras culturas”: Dolores Juliano Corregido, Remei Sipi Mayo y Mercedes Oliveira Bustamante. Fue una guía para acercarnos al tema de la diversidad, desde las experiencias concretas. Otra vez, y ya con las jovencísimas feministas que se incorporaban a las luchas del feminismo autónomo y radical y a nuestros grupos particularmente, pudimos debatir de su mano este apasionante tema, que nos está llevando a construir un feminismo plural y diverso.
Incansable e insaciable en la exploración y debate de los temas cruciales para el movimiento feminista, otra vez nos tropezamos con ella en el recurrente tema de las mujeres y la prisión. Una vez más, como en muchos casos de los que he señalado, su participación aparecía unida a sus publicaciones y a un trabajo importante de ejercicio de magisterio, en el que recuerdo una inmensa sesión de tres horas, sin descanso, para desgranarnos los temas relevantes de la cárcel y el papel que ocupa en la vida de las mujeres, especialmente de las mujeres inmigrantes. ¿Por qué hay menos mujeres en las cárceles que hombres? nos preguntaba. Pues porque las mujeres son necesarias en los hogares, cuidando y trabajando para el sostenimiento de las familias. ¿Y por qué, aún así, son tantas en relación a los delitos de poca entidad que cometen? Porque muchas veces delinquen para los demás y su supervivencia, transportando, por ejemplo, droga, para poder viajar a nuestro territorio. Éramos antipunitivistas, y nos hicimos más y con mejor conocimiento.
La última vez que estuve con ella, en Barcelona, haciéndole una entrevista para la revista Hariak de Hegoa, estábamos en plena euforia del proceso independentista de Catalunya. Estaba contenta, contentísima, esperanzada. Me habló de la lucha independentista y, una vez más, encontré una pista y una guía nueva para desentrañar los conflictos y analizarlos desde su magisterio y sabiduría.
Tengo que terminar con algún recuerdo más personal y propio. En el año 2008 me hizo el prólogo a mi libro “Movimiento de mujeres. Mujeres en movimiento”. Claro, fue un regalo para mí. No lo dejo de recomendar y lo leo con cierta frecuencia. A veces lo veo referenciado y me produce un pálpito y un intento de emoción contenida. Leo libros en papel y me gusta recorrerlos con las manos y releer trozos que voy dejando atrás. En este caso sé que tengo a Dolores entre mis manos.
Eskerrik asko Dolores. Gracias por haber existido y habernos acompañado.
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