Silvina Batakis fue la primera que archivó el proyecto de Renta Inesperada apenas llegó al ministerio de Economía. Su sucesor, Sergio Massa, siguió el mismo camino, a pesar del pedido público que hizo el presidente Alberto Fernández para que el tema se trate en el Congreso. Por ahora, en el terreno parlamentario no hay ningún atisbo de que se vaya a abrir el debate en el próximo mes, antes de que culminen las sesiones ordinarias.
Cuando todavía estaba al frente del Palacio de Hacienda, el 29 de abril pasado, Martín Guzmán defendió el impuesto a la Renta Inesperada frente a los empresarios que participaron del Foro Llao Llao. Varios fruncieron la nariz, descontentos por la propuesta que llevaba el joven economista. Los principales dirigentes de Juntos por el Cambio ya se habían pronunciado en contra con gran anticipación, a pesar de que no se conocía el texto de la iniciativa. Los referentes de la alianza opositora en la Cámara de Diputados también se encargaron de dejar en claro que no acompañarían, del mismo modo que lo hicieron desde el interbloque Federal.
Los votos no estaban. Aún así, Guzmán envió la iniciativa a comienzos de junio, con el respaldo explícito de Alberto Fernández. Un mes después, renunció a su cargo. Más allá de los dos cambios de ministros de Economía, el oficialismo no logró reunir el número de votos para aprobar el proyecto, razón por la que no avanzó con el tratamiento del proyecto.
En la Cámara baja nadie volvió a hablar de la Renta Inesperada hasta que hasta hace algunas semanas el mandatario reactivó el asunto, con el único objetivo de diluir otro debate que asomaba por presión de los gobernadores, el kirchnerismo y el massismo: eliminar las PASO.
“Sigo esperando que el Congreso trate la Ley a la Renta Inesperada, por ahí hay que modificarla o hay una ley mejor que la que yo mandé, pero pido que la traten. Aquí como consecuencia del aumento de los alimentos y la energía en el mundo, muchos han ganado mucho dinero inesperadamente”, dijo el jefe de Estado, en declaraciones a Radio con Vos.
En ese marco, Alberto Fernández aseguró que ya había hablado sobre el tema con la presidenta de la Cámara de Diputados, Cecilia Moreau; y el jefe del bloque oficialista, Germán Martínez, para que se comience a discutir la norma que busca cobrar un monto extra a las empresas que tuvieron ganancias extraordinarias en el contexto de la pandemia y la guerra en Ucrania.
Puertas adentro del Palacio Legislativo dan casi por descartado que se vaya a tratar la propuesta que lleva la firma de Guzmán. Ni siquiera después de la solicitud del presidente. “No están los votos, ni de cerca”, dijo a BAE Negocios un diputado oficialista que está empapado en la temática.
En el bloque del Frente de Todos no son partidarios de llevar el debate a comisión cuando las chances de emitir dictamen son tan bajas. Si había alguna posibilidad de acercamiento con la oposición en torno al proyecto, rápidamente se malogró con el pedido público del mandatario. Al menos, eso es lo que creen algunos oficialistas. En Juntos por el Cambio coinciden con esa apreciación, aunque sostienen que en el interbloque opositor nadie está dispuesto a “avalar la creación de un nuevo impuesto”.
El proyecto, que no convence ni a propios ni extraños, establece que se aplique una alícuota especial del 15% al impuesto a las Ganancias para Sociedades sólo por un año. Según el texto, serían alcanzadas las compañías con ganancia neta imponible o ganancia contable de más de $1.000 millones, con lo que se estima que serían gravadas menos del 1% de las empresas del país.
En la comisión de Presupuesto y Hacienda, que conduce Carlos Heller, no tienen en agenda la iniciativa, de la que prefieren no opinar demasiado. Tampoco les llegó el pedido de la presidencia de la Cámara baja ni de la jefatura de la bancada oficialista.
En el oficialismo sostienen que no habrá grandes sorpresas de acá a fin de año. Además de la sesión de este jueves, está previsto que se realice otra el 1 de diciembre y una más antes de fin de año.