El barrio de Altozano dice basta. Vecinos y comerciantes están cansados del incivismo de algunos tanto de algunos residentes como de otras personas que acuden al barrio. Varias de las plazas de la zona son un lugar frecuentado para los botellones y el orín de las mascotas -y de algunas personas- es una pelea constante para los portales y los negocios que se encuentran en los bajos.
Los balcones han sido los primeros en visibilizar su manifestación, y numerosos carteles y hasta una sábana en los que se puede leer “Altozano se muere” han aparecido colgados de los balcones: “Hay botellones y suciedad y el barrio va a peor”, destaca Mari Ángeles Cinos, presidenta de la asociación de comerciantes de Conde Lumiares, Pintor Baeza y Adyacentes (Copibad).
La representante de los comerciantes recuerda que se hizo una manifestación y un corte de la avenida Novelda hace cerca de un mes ante la situación, ya insostenible tanto para ellos como para muchos de los vecinos: “Hay una plaza en la que hay mucha gente, algunos de ellos que vienen de otros sitios, y había botellones y suciedad, por lo que la gente se reunió“.
Más botellón, menos actividad comercial
El botellón es también una de las principales preocupaciones de algunos vecinos: “Ha venido una manada de drogadictos y están armando follón”, asegura uno de ellos al ser preguntado por el tema. “Los vecinos están un poco hartos”, asegura. “Hacen botellón, dejan meadas y hacen sus necesidades en los alrededores del barrio”, lamenta otro, que añade que estos comportamientos “están deteriorando completamente al barrio”.
Comerciantes y vecinos hicieron una manifestación en la que Cinos era una de las personas que portaba la pancarta principal: “Hicimos un plante para decirles que lo que estaban haciendo no estaba bien“. Una manifestación que surtió efecto, asegura Cinos, ya que desde entonces la Policía Local frecuenta más la plaza y hay más controles. Pese a ello, los restos de latas y botellas siguen siendo habituales en el parque Pasaje Duval, que conecta el barrio con el Castillo de San Fernando.
La principal consecuencia de esta situación es la bajada de la actividad comercial. El número de bajos con el cartel de se alquila o se vende no hace más que aumentar y algunos negocios, grandes y pequeños, se mudan a calles secundarias, dejando las principales avenidas como Novelda o Conde Lumiares con locales sin negocios.
“La actividad comercial está bajando”, asegura Cinos, quien cifra en un 90% el número de locales cerrados en la zona próxima a Los Ángeles. La comerciante asegura además que el negocio tradicional se está perdiendo en el barrio, y que en su lugar los nuevos comercios son de personas de otras nacionalidades: “No hay tiendas de ropa ni zapaterías. Ellos se surten de ellos mismos”, lamenta. La principal petición de Copibad es lograr un mayor movimiento comercial en la zona: “Tiene que haber más facilidades para los comerciantes para poder impulsar la actividad comercial”, opina Cinos.
Sin escultura homenaje
El barrio de Altozano, además, se quedó sin la escultura en homenaje a las víctimas del covid, que originalmente iba a instalarse en la plaza de América. Todos los grupos municipales aceptaron mantener el memorial en el emplazamiento actual, en el cruce de la Gran Vía con Maestro Alonso, frente al Hospital General de Alicante Doctor Balmis.
El pleno acordó hace más de un año, por unanimidad, que el monumento se ubicase en la rotonda de Plaza América. Sin embargo, desde el gobierno local alegaron tras saltar la polémica que “el monumento no se pudo instalar en la plaza de América porque la rotonda de la fuente está construida sobre un colector de pluviales de gran tamaño y presenta problema de asentamiento del terreno, razón por la que no se puede llenar de agua el vaso de la fuente”.
Por este motivo, según el ejecutivo local, “era inviable situar en ese emplazamiento los 25.000 kilos que pesa la piedra del monumento más el peso de la boca de bronce”. El informe técnico que desaconsejaba instalar el monumento en ese enclave se realizó en noviembre de 2021 desde la Unidad Técnica de Conservación de Vías Públicas, pero hasta hace un mes no se le había dado traslado a la oposición municipal pese a que el acuerdo de la ubicación había sido por unanimidad del Pleno.
En un comunicado conjunto, la Corporación reiteró, con el ánimo de pasar página tras la polémica suscitada, “que, por encima de cualquier interés o legítima opinión personal, están las víctimas del covid a las que Alicante quiere rendir homenaje, al igual que aquellos que, en los momentos más difíciles, velaron por vuestra salud”. Además, apuntan que “en base a esa premisa, se acepta la ubicación en la que el memorial ha sido puesto”.
Problema con las mascotas
El otro gran problema al que se enfrentan tanto vecinos como comerciantes es el de los perros. O, mejor dicho, el comportamiento incívico de los dueños: “Algunos de ellos no tienen ningún escrúpulo. Si el perro se pone a hacer sus necesidades y no se limpia los afectados somos nosotros que estamos en los bajos“, señala Cinos. Por este motivo, este sábado los vecinos y comerciantes del barrio se han juntado en la plaza Joaquín María López en un acto que llevaba como lema “Mantén limpio tu barrio”.
Algunos vecinos aseguran que están hartos: “Nos encontramos meadas en el portal cada dos por tres”. Además, otros residentes aseguran que en su calle no se puede dormir por el ruido: “A las tres de la mañana están gritando, armando follón y se está convirtiendo en un barrio de delincuencia“.
Los vecinos de Altozano también aseguran que varios inmuebles del barrio se encuentran actualmente ocupados. En concreto, se quejan de una antigua guardería derrumbada que fue acordonada hace meses pero contra la que no se ha actuado de ningún modo, así como de un edificio a medio construir en cuyas obras, paradas, viven varias personas.
Para los vecinos, “el problema no está en que haya personas viviendo en la calle“, señalan, sino en que “no se hace absolutamente nada por ayudarlas cuando duermen en un edificio que se les puede caer encima en cualquier momento”. Además, aseguran que se trata de personas “con problemas mentales o de adicciones, que necesitan atención profesional” y que actualmente están “abandonadas a su suerte”.