Andorra me recuerda a mis tiempos de jugador en activo, el viaje eterno hasta llegar al pirineo, la estancia en el principado, las obligadas compras en sus grandes almacenes, el partido ante no ms de doscientas personas y la parada obligada a la vuelta en la frontera y correspondiente aduana. El viaje a Andorra equivala al encargo de productos tecnolgicos de la poca que resultaban ms econmicos en esas latitudes. El reloj casio para algn amigo, el radio-reloj despertador para tu madre, el radio casette para tu hermano y los walkman para algn vecino. El calendario nunca fue respetuoso porque siempre me toc en invierno, con abrigo y nieve en las bandas. Eso s, con un paisaje espectacular. Despus de casi cuarenta aos, todo me sabe a nostalgia pero me asombra ver el crecimiento futbolstico de ese club. El ftbol en Andorra no atraa a muchos aficionados y tener un equipo en segunda B en aquella poca, imagino que obedeca al esfuerzo de los directivos de antao, como ahora obedece a otro tipo de esfuerzos. Porque el ftbol adems de un deporte se fue convirtiendo en un negocio empresarial. Pues ah tenemos a este singular club, enclavado entre dos estados, y con trazas de que no se va a quedar la cosa donde est, sino que el impulso apunta a cotas ms altas.
Llegan los rojiblancos al peculiar paraje pirenaico con una historia en el ftbol profesional muy superior a su adversario pero con una sensacin de inferioridad en cuanto a potencia en el proyecto. Fuera de Lugo se sigue advirtiendo el mrito de permanecer ao tras ao en el ftbol profesional. Dentro se siguen teniendo dudas cada temporada, acompaado del temor que un da toque la despedida. Se enfrentan dos equipos y dos proyectos, uno que apunta alto amparado por un potente crdito econmico, otro que busca una identidad local, provincial y regional ms robusta, que le permita seguir compitiendo con economas sin arraigo donde se instalan.
El partido dej ms dudas de las necesarias a estas alturas de temporada. La primera parte se podra definir, como dira Serrat, cada loco con su tema. Los dos fieles a lo suyo si bien las ocasionas ms claras fueron de los rojiblancos y las sensaciones de peligro de los locales. Nada que ver con la segunda parte, donde el nimo y la determinacin presentadas anteriormente, se difuminaron. Se fueron encajando goles al mismo tiempo que el desaliento y el abatimiento se instalaron de forma alarmante.
Casi siempre los momentos de crisis nacen cuando ese mismo desaliento y abatimiento coinciden de manera singular. Conviene traerse certidumbres de Andorra, ya no son viajes para portear encargos familiares, pero vale la pena aprovechar ese esplndido paisaje para meditar y reflexionar.