La cumbre del clima de Egipto, COP27, entra en su recta final con la visita de Lula da Silva. El presidente electo de Brasil escenifica así el regreso de las políticas climáticas al país, después de la etapa negacionista protagonizada por su rival, Jair Bolsonaro, quien se negó a celebrar la cumbre en Brasil en 2019, año en el que finalmente fue trasladada a Madrid. Bajo la presidencia del dirigente conservador, la deforestación del Amazonas, clave para el balance global de emisiones de carbono, sufrió un fuerte avance junto a otras selvas como la de Indonesia y República Democrática de Congo.
Con su presencia, Lula quiere empujar la credibilidad perdida de este país en materia climática. Entre otros puntos de su agenda, tiene previsto hoy hablar de una alianza con las citadas tres naciones para la conservación de la selva.
Entre estos tres enclaves, fundamentales para los sumideros de carbono del mundo, acaparan el 58% del CO2 emitido a la atmósfera derivado del cambio del uso del suelo, según denunció el último informe del ‘Global Carbon Budget’ presentado el pasado lunes en la COP27.
Estos territorios pasaron en su mayoría de ser bosque o selva virgen a tierra explotada para la empleadas en minería, cultivo o extracción de madera, entre otros.
Apoyo a pérdidas y daños
Además de anunciar que Brasil protegerá este pulmón del planeta, Lula defenderá, alineado con el bloque de los países en vías de desarrollo, el compromiso por parte de los países ricos de facilitar ayudas económicas a quienes menos contribuyen y más padecen las consecuencias del cambio climático en la práctica.
Este punto, denominado ‘pérdidas y daños ’ en la agenda de la COP27, que lo contempla por primera vez en las negociaciones de forma oficial, es uno de los más controvertidos, aunque el portavoz de la presidencia de la cumbre, el embajador egipcio Wael Aboumagd, se mostró ayer en rueda de prensa muy positivo sobre la posibilidad de que haya buenas noticias pronto.
«No quiero adelantarme, pero creo que mañana (por hoy) podremos anunciar algún acuerdo sobre ‘ pérdidas y daños’ que tenga en cuenta los deseos de ambas partes». Sobre el mecanismo que se utilizaría para pagar la factura climática de los países en vías de desarrollo, no reveló si se trataría de un fondo nuevo.
Más bien, destacó la conocida Red de Santiago, un mecanismo ya existente de Naciones Unidas por el que se presta ayuda técnica y asesoramiento a países víctimas de catástrofes climáticas. «Todas las indicaciones que tenemos es que la Red de Santiago está avanzando. Sé que la financiación es clave, y tenemos la esperanza de que el paquete de pérdidas y daños será satisfactorio», concluyó sobre este punto.
Frans Timmermans, comisario europeo para el Pacto Verde, fue menos optimista y afirmó directamente que no está seguro de que las partes sean capaces de encontrar un consenso pronto.
En espera de un borrador oficial
En cuanto a la declaración final que se tiene prevista cerrar el viernes, los trámites van, cuanto menos, lentos. En la noche del lunes circuló un borrador ‘oficioso’ que reflejaba solo los enunciados sobre los que tendrán que incluir los textos. Una especie de esquema de todos los acuerdos de los temas que se tratarán, una suma de enunciados sin contenido.
Países como Arabia Saudita han pedido que no se explicite el objetivo del 1,5º y otros como China que en vez de 1,5º se refleje 2º, algo que tiene en contra a la mayoría y que para muchos es innegociable. Otros como India han pedido que no solo se pida el fin del uso del carbón , sino de todos los combustibles fósiles.
Pero el contenido que figure en el borrador para trazar un acuerdo final tras las negociaciones está aún por determinar. El citado portavoz dijo esperar publicar hoy dicho borrador.