En un contexto de incertidumbre económica y medioambiental generado por factores como la inflación, el precio de la energía, el cambio climático o la crisis de materias primas, las empresas necesitan un plan estratégico para reducir gastos en la producción y trabajar respetando el medio ambiente.
La economía circular se entiende como un sistema económico y social cuyo fin es la producción de bienes y servicios al tiempo que reduce el consumo y el desperdicio de materias primas, agua y fuentes de energía. Promueve la optimización de los materiales y residuos, alargando su vida útil y se contrapone al modelo lineal que se basaba en el empleo de materiales de un solo uso y el requerimiento de recursos que son finitos. Las graves consecuencias que ha traído este sistema ha provocado que muchas industrias busquen una nueva forma de producir de manera más sostenible.
Ante este escenario, EL PERIÓDICO DE ARAGÓN organizó un foro sobre economía circular en el que representantes de la Administración y de varias empresas debatieron sobre los retos y oportunidades que ofrece el nuevo modelo de economía, además de exponer sus proyectos y demandas.
El coloquio estuvo moderado por el periodista Jorge Heras y contó con la participación de Miguel Luis Lapeña, director general de Planificación y Desarrollo Económico del Gobierno de Aragón; Natalia Alcubierre, directora de Medio Ambiente en Saica Group; Alberto Baños, adjunto a dirección de Ebroacero; Jesús Cebrián, responsable del área de innovación de producto HMY Group y Joaquín Jiménez López de Oñate, director FCC Medioambiente en Aragón.
Autosuficiencia
Aragón tiene en la economía circular un importante nicho de mercado por explotar y un sector con grandes posibilidades de crecimiento. En ese contexto, el Gobierno de Aragón creo la estrategia Aragón Circular que busca, según Miguel Luis Lapeña, «impulsar de manera transversal el nuevo modelo económico con el apoyo de los agentes sociales», y aseguró que «no habría llegado tan lejos sin la ayuda y el trabajo de todas y cada una de las empresas y entidades que han apostado por ella». Para lograr este compromiso por parte de las empresas aragonesas el Ejecutivo autonómico ha apostado por varias líneas de trabajo como la visibilización por medio de los Sellos Aragón Circular, la formación a través de los cursos de expertos, la financiación, con ayudas de I+D+i o el fondo social o los proyectos europeos, entre otros.
Por su parte Natalia Alcubierre, de Saica Group, subrayó la necesidad de «apostar por un modelo económico diferente ya que el actual no es sostenible» lo que «supone un gran reto para toda la sociedad donde hay que cambiar los hábitos de consumo». Para lograr esta transición desde el modelo lineal, detalló, «es indispensable que tanto las empresas como las entidades administrativas vayan a la par, de manera que los gobiernos faciliten el cambio». Desde el grupo Saica responden a este reto a través de proyectos innovadores elaborados por su «potente equipo de I+D+i». «La adopción de este nuevo modelo más que un reto, es una necesidad», subrayó.
Desde FCC Medio Ambiente, Joaquín Jiménez destacó que siempre han buscado «una mayor eficiencia en el desarrollo de los trabajos para conseguir reducir la contaminación o hacer un uso responsable del agua» y expuso que FCC cuenta con «una estrategia de sostenibilidad 2050, un plan muy ambicioso que tiene como fin principal llegar a las emisiones 0 y la descarbonización total», coincidiendo con Natalia en que «se trata de una necesidad y no una obligación».
Desde el Gobierno de Aragón estamos alineados con empresas y consumidores para alcanzar un resultado que beneficie a todos
Jesús Cebrián, de HMY Group, insitió en la idea de que la economía circular sirve para «diversificar y abrir nuevas formas de negocio gracias a las colaboraciones con otras empresas o entidades». Apostilló que «es un modelo que no se puede adoptar de forma unilateral y requiere que una empresa se alíe con otra empresa para obtener unos resultados que beneficien a ambos», creando «ecosistema de colaboradores».
Desde Ebroacero, Alberto Baños comentó que «han doblado los esfuerzos y las inversiones para alcanzar el mayor grado de autosuficiencia posible». Buscan materiales que otros negocios ya no necesitan y los aprovechan como recursos. Sería este el caso de la «chatarra de kilómetro 0» ejemplificó, abastecerse de los residuos de empresas que operen en la provincia. Además, en su propia fundición recuperan los residuos generados y los incluyen de nuevo en el proceso productivo, reutilizando la mayor parte de materiales posibles. Su objetivo a largo plazo es conseguir el 100% de materiales reciclados, y «ahora mismo estamos cerca de alcanzarlo, pero todavía queda por hacer».
Más allá de los objetivos marcados en la Agenda 2030, Ebroacero busca «perdurar y que las gerencias venideras puedan seguir trabajando y fabricando productos con el menor impacto medioambiental». Para ello, basan su estrategia en el cumplimento de los criterios ESG, factores ambientales, sociales y de gobierno corporativo que se tienen en cuenta a la hora de establecer el valor no financiero de una empresa.
Residuo cero
Saica tiene como objetivo, según señaló Natalia Alcubierre, alcanzar el residuo cero a vertedero. En las más de 100 plantas del grupo «se ha planteado como un objetivo estratégico dentro del plan Saica 2025», situándose ya cerca del 90% la tasa de valorización. Para abordar este reto, es clave «contar con una división de negocio especializada en la gestión de residuos».
El fin último es dar una segunda vida a los residuos, aunque a día de hoy todavía hay limitaciones a nivel tecnológico que no permiten que el 100% de los flujos se puedan valorizar. Y confirmó la teoría colaborativa de Cebrián: «Trabajar a través de sinergias es muy necesario. Una empresa sola no puede implantar estrategias que de verdad tengan una repercusión importante», pero con el apoyo de sus colaboradores se abre un mundo de posibilidades, «lo que le falte a una lo tendrá la otra». Alcubierre añadió que «convendría crear foros o cámaras, por medio de las administraciones, para compartir los proyectos entre el tejido empresarial», porque la economía circular «es una oportunidad de crecer».
Reciclar nos permite dar una segunda vida
a los residuos, incorporándolos de nuevo a los ciclos productivos
Por su parte, en HMY Group cuentan con dos líneas de trabajo, por un lado está dar salida a sus propios residuos, de los que el 98% van a gestión de residuos y el 2% va a vertedero. Y por otro lado, tienen como objetivo ayudar a sus clientes a ser más sostenibles. En esta línea, Jesús Cebrián expuso que han comenzado varios «proyectos para generar menos residuos y aprovechar los que sí que producen». Desde el grupo ofrecen soluciones a problemas específicos que regresan al cliente en forma de beneficio.
Alberto Baños coincidió con el resto de empresas en que el objetivo de Ebroacero «también es alcanzar el residuo cero» y explicó cómo en la fundición van recuperando los materiales sobrantes de las piezas de acero para incorporarlos en el proceso productivo. Puso de ejemplo uno de los materiales a los que dar salida, la arena empleada en la elaboración de las piezas que, «o se reciclan, o se les busca otra vida». La solución de Ebroacero fue buscar empresas externas que la empleen como recurso para su producción.
Siguiendo la misma línea que las empresas, el Gobierno de Aragón se encuentra desarrollando una estrategia que aspira a que la comunidad sea «más verde, digital y social», explico Miguel Luis Lapeña, e introdujo el concepto de «ecodiseño», es decir, diseñar productos y servicios sostenibles que minimicen el impacto ambiental, un aspecto clave para dar «una segunda vida a los materiales».
Innovación
En un mundo en constante cambio, la investigación y la innovación son fundamentales para encontrar nuevos procedimientos. En esta línea, Joaquín Jiménez comentó que en FCC disponen de camiones de basura 100% eléctricos, que en muchos casos «se utilizan para la recogida de los contenedores por ciudad y luego son los camiones convencionales los que trasladan los residuos a la planta de gestión». Afirmó que contar con un transporte eléctrico «ya es un gran paso, porque no es lo mismo un coche que un camión que puede llegar a los 30.000 kilos, y en ese sentido el departamento de I+D+i ha aportado grandes avances, aunque aún queda mucho más por llegar». Por otro lado, Natalia Alcubierre expuso también las dos líneas de investigación que siguen en Saica. Comentó que en 2015 «iniciaron el camino en el reciclado de plástico, de polietileno de baja densidad» generado por sus clientes, dándole salida a este nuevo material, replicando el modelo del ciclo del papel al que originalmente se dedican.
Gracias a la investigación en innovación, se incorpora este plástico reciclado en embalajes flexibles». La otra línea de investigación por la que Saica ha apostado es la búsqueda de opciones de valorización para las cenizas generadas en la planta de valorización energética de residuos. En dicha planta, los residuos generados en el proceso de reciclaje de papel se utilizan como combustibles generando una cantidad de electricidad equivalente al consumo anual de 55.000 hogares. Entre las posibles salidas, destacarían las opciones de uso en obra civil, por sus propiedades conglomerantes.
Tenemos que buscar una sostenibilidad en la producción pero también un sistema que perdure y llegue a las generaciones venideras
En el grupo HMY, añadió Jesús Cebrián, trabajan «constantemente en el desarrollo de la innovación». Su gran variedad de clientes les obliga a abrir diferentes líneas de investigación. Ejemplificó esta innovación con dos proyectos en los cuales ofrecen resultados específicos a problemas de gestión de residuos. En uno de esos proyectos colabora con Saica para dar salida a los uniformes de los empleados de Coca-Cola en España. La compañía uniforma a sus trabajadores todos los años y quería darle una segunda vida a esos residuos textiles. La solución que ofreció HMY fue convertir esos residuos en bolsas que Coca-Cola regalaba a sus clientes con la compra de packs de 24 latas. «De esta manera el cliente gestiona de forma sostenible sus residuos y, además, obtiene un beneficio», resumió Cebrián.
Por último, Alberto Baños habló de algunos de los proyectos en los que Ebroacero se encuentra inmerso. Por un lado, comentó la mejora de los hornos con la colaboración de Circe para la reducción del uso de energía, en concreto de gas. También explicó la investigación que están realizando para dar salida a las arenas empleadas en el proceso de fundición que, por sus propiedades, no pueden reutilizar.
Recompensa justa
Otra de las cuestiones que el periodista Jorge Heras lanzó al aire fue si «realmente recompensa el desarrollo de la economía circular para una empresa». Alberto Baños expuso que una de las problemáticas de este nuevo modelo es que «los clientes no lo llegan a considerar como aspecto diferencial con respecto a otras empresas». Justificó que muchos clientes «se centran más en el precio sin darle importancia a la sostenibilidad». Jesús Cebrián coincidió con él en ese aspecto ya que, a pesar de trabajar en un sector diferente, se encuentran con el mismo contratiempo. Y añadió que muchos de estos proyectos de economía circular tienen una investigación e innovación detrás que «no está subvencionada por la Administración, sino que está autofinanciada». Por ello, Cebrián destacó que el cliente «debería ver todo ese esfuerzo y financiación detrás del desarrollo de la economía circular que aporta una ventaja competitiva».
Por otro lado, Natalia Alcubierre rompió una lanza a favor de los clientes, y defendió que sí que hay empresas y entidades que tienen en cuenta las acciones de economía circular a la hora de tomar una decisión. Aunque, confesó, «es necesario definir cómo se mide la economía circular para poder comparar el nivel de sostenibilidad de unas empresas con otras y así decidir mejor».
Es imperativo concienciar a la población en el tema medioambiental para lograr un futuro sostenible
Necesidad de financiación
Los participantes del foro coincidieron en la necesidad de una financiación por parte de la Administración pública. Alberto Baños recordó que emplearon la subvención de los fondos europeos para comprar una nueva máquina que les permite realizar ellos mismos un servicio y evitar externacionalizarlo, de manera que se reduce la huella de carbono. Por otro lado, reivindicó que se «exigen unos plazos muy cortos para las solicitudes y luego la Administración se toma mucho tiempo para la resolución».
Natalia Alcubierre coincidió en que «estas ayudas son fundamentales». «Las empresas necesitamos un gran impulso porque se trata de un cambio muy grande». Además, la mayoría de las empresas colaboran con universidades y centros tecnológicos para lo que necesitan una gran financiación. Por ello, es muy importante «alinear los ritmos de la Administración con las empresas para un beneficio común», insistió.
En HMY ofrecemos soluciones a problemas de residuos y que nuestros clientes sean más sostenibles
Desde el Gobierno de Aragón, Miguel Luis Lapeña estuvo de acuerdo con las opiniones de los empresarios y aseguró que el Ejecutivo autonómico está «totalmente alineado con las empresas y los consumidores». De hecho, comentó la creación de una nueva línea de ayudas para I+D presupuestada en más de cuatro millones de euros. Destacó también la existencia de un nuevo plan europeo liderado por Aragón, Resource, que busca apalabrar 20 millones de euros en financiación privada para proyectos de inversión, de I+D y de economía circular. Lapeña subrayó que la Administración está «al lado de las empresas y, además, anima a los negocios a acudir a ella para comentar nuevos proyectos y resolver sus dudas».
Concienciación
Para concluir el foro, los participantes pusieron de manifiesto la importancia de concienciar a la población sobre la importancia de la sostenibilidad y la responsabilidad medioambiental.
Los Sellos Aragón Circular reconocen los esfuerzos de las empresas en el desarrollo de este nuevo modelo económico, pero Joaquín Jiménez apuntó que «las empresas son las que más concienciadas están, los sellos deberían ser para los ciudadanos». Sus compañeros añadieron que «hoy en día hay concienciación pero podría haber más, son muchos los retos medioambientales a los que nos enfrentamos y como sociedad deberíamos afrontarlos unidos».