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El número de personas que intenta cruzar aumentó con la llegada del demócrata Joe Biden a la Casa Blanca, en enero de 2021. Los republicanos han convertido la inmigración ilegal en uno de sus principales temas de campaña de medio mandato. Esto es particularmente cierto en el estado republicano de Texas, fronterizo con México.
Por el enviado especial de RFI a San Antonio, Texas
La inmigración ilegal es uno de los principales temas de campaña en Estados Unidos. Las autoridades migratorias han contabilizado un incremento significativo de los intentos por cruzar la frontera sur en el último año. A septiembre de 2022, los agentes dicen haberse topado con 2, 7 millones de migrantes, un millón más que el año anterior.
San Antonio, Texas, es uno de los primeros lugares a donde son transferidos quienes pasan, en particular el Centro de Recursos para Migrantes, donde los que tienen el visto bueno de la policía pueden quedarse unos días, asearse, comer, antes de conseguir un pasaje para reunirse con sus familias mientras resuelven su situación judicial. Hablamos con algunos migrantes extenuados que salía de este hangar gigante, con acceso restringido. Karina tiene 38 años, es maestra y viene de Venezuela.
“Tengo un mes y cuatro días viajando. Me tocó pasar una travesía por la selva del Darién y los subsiguientes para llegar a acá”, explica. “La selva del Darién es la más inhóspita del mundo, donde se encuentra todo tipo de animal feroz, existen robos delictivos, mafias. Hay muchas violaciones, es algo muy feo”, resume.
Llegar al refugio de migrantes de San Antonio es un alivio tras cruzar fronteras naturales y policiales. Cristian es un joven venezolano. “En Ciudad Juárez estuve cinco días preso y después otros tres días en Piedras Negras. Fue feo porque te alimentan a puro agua, manzana, hamburguesas”, deplora.
Muchos, como Robert, vienen de Nicaragua, fustigando el régimen de Daniel Ortega y la miseria. Dejó a su esposa y tres hijos allá. “Soy un campesino que trabajaba en el campo para llevar el sustento a mi familia hasta la mesa. Pero el problema en Nicaragua es el gobierno, día a día hace que sea muy duro, muy difícil. Imagínate, para un campesino como yo, el salario vale dos cuadernos y un lápiz”, explica.
Sin saberlo, estos inmigrantes se han convertido en peones de la política local. Los gobernadores republicanos de Texas y Florida han enviado por autobús o avión desde San Antonio a recién llegados del sur a estados ricos del norte gobernados por demócratas. Estiman que, si estos están a favor de abrir las fronteras, que paguen por los gastos.
El republicano Greg Abbott, que desde abril ha enviado a miles de solicitantes de asilo a los estados norteños en protesta por la política migratoria del presiente Joe Biden, se presenta a su reelección.
Los inmigrantes trasladados en este marco electoral no parecen al tanto de lo que les ocurre. Antonio Fernández, director general de Catholic Charities, ayuda a migrantes que necesitan sustento o pasajes para reunirse con su familia.
“Creo que esas personas han sido engañadas porque claramente ellos no saben dónde van. Les han prometido una cosa u otra y no se ha cumplido”, asegura a RFI.