Sara Sofía Meneses nació el 22 de noviembre de 2012 y cursa cuarto grado en la Institución Educativa La Libertad de Bucaramanga. Desde muy pequeña arrancó a ayudarles a su abuela y a su mamá con un negocio de insumos para tamales en la Plaza Satélite del Sur. Su misión primaria fue la de cambiar billetes para dar ‘los vueltos’.
En 2019, cuando Sara Sofía tenía seis años, Fanny Niño, su progenitora, decidió hacer un curso sobre educación económica y financiera que dictó la Universidad de Santander, Udes. La pequeña la acompañó y se interesó tanto en aprender que les pidió a los organizadores del evento que la dejaran hacer parte de la capacitación y la certificaran.
Sara se dedicó, estudió, sustentó y en mayo de 2019 se graduó. Los conceptos aprendidos decidió ponerlos en práctica y ahorrar parte del dinero que sus padres le daban para las ‘onces’ de su colegio. Reunió $300.000. Sin embargo, quiso buscar otra fuente de sustento propia.
Un día de 2019, la niña se dio cuenta que en la plaza de mercado donde labora su mamá uno de los vendedores acumulaba cajas a las que no les daba ningún destino, pero que sí generaban mal aspecto para su local. Sara le propuso al hombre que ella le ayudaría a ordenar y vender el cartón como reciclaje si le daba parte de la ganancia. El comerciante aceptó, ella ganó dinero y vio en esta actividad una oportunidad de emprender.
Durante la pandemia, la niña continuó con la actividad y de los recursos obtenidos ayudó a su progenitora con los gastos de la casa. Tras la reapertura económica, esta pequeña empresaria le propuso a su familia dividir el local en dos para que ella pudiese tener su propio espacio. La idea se aprobó.
Un día, una mujer que pasaba por allí le generó una inquietud sobre la forma en la que podría proyectar su negocio. “Ella necesitaba mudarse y me preguntó que si le podía vender algunas cajas porque las veía en muy buen estado. Yo acepté y en esa ocasión me gané $12.000. El kilo de cartón me lo pagaban a $50 y tenía que reunir muchas cajas para completarlo, en cambio, vendiendo sólo algunas cajas para empacar cosas gané mucho más, allí nació SaryCajas y Embalajes”, expresó Sara Sofía.
Con parte de las ganancias, la niña fue organizando su local, negoció una vitrina que estaba subutilizada y la hizo parte de su espacio, se asesoró y le cambió la imagen al negocio. Con la Alcaldía de Bucaramanga gestionó el préstamo de un local desocupado para adecuarlo como bodega y compró suministros para especializar su negocio en temas de mudanza.
El salto hacia lo digital
Sara Sofía no se conformó con que su negocio se quedara en lo presencial. Hizo varios cursos junto a su mamá en temas de emprendimiento, ecosistema digital, márketing y otros. Su emprendimiento ya cuenta con cuentas en Instagram y Facebook.
“Mi sueño es tener varios puntos de SaryCajas en el país, emplear a quien de verdad lo necesite, tener una flota de carros de mudanza y en lo personal estudiar medicina para ayudar a salvar la vida de personas con cáncer, especialmente niños”, finalizó Sara Sofía.
Al respecto, Sergio Fernando Garcés Arias, profesor de la Udes, afirmó que el caso de Sara Sofía es un evento de éxito que refleja cómo la educación financiera es fundamental para la formación de ciudadanos responsables. “Estamos generando en la sociedad estudiantes con un proceso de sensibilización social, que han tenido contacto con la comunidad, es una ganancia infinita. Así como lo está haciendo Sarita, los demás estudiantes también pueden generar ese impacto”.
Tras conocer este caso de éxito, el secretario de Competitividad y Productividad de Santander, Raúl Julián Serrano, anunció que “le regalaremos la página web con su dominio respectivo para que su idea de negocio tenga mayor visualización. También, la próxima semana lanzaremos una línea de créditos blandos y la asesoraremos para que pueda iniciar su vida financiera y tenga capital de trabajo para invertir en materias primas”.
Asimismo, el funcionario indicó que “la anclaremos con la Cámara de Comercio para brindarle asistencia en términos de capacitación y, si es posible, la llevaremos a una feria comercial para que pueda tener un relacionamiento con más clientes y ampliar su negocio. Los niños tienen una visión de negocio interesante y por eso la apoyaremos”.