(CNN Español) — Ron DeSantis intentará ser reelegido gobernador de Florida en las elecciones del próximo martes 8 de noviembre, en las que también se renovarán la Cámara de Representantes y el Senado a nivel nacional y autoridades en un total de 36 estados.
El republicano, que ostenta el cargo desde 2019, se enfrentará al candidato demócrata Charlie Crist, en un intento de fortalecer el dominio de su partido sobre Florida, un estado tradicionalmente considerado pendular —es decir, que solía oscilar entre mayorías republicanas y demócratas—, y que en los últimos años se ha convertido en la base del expresidente Donald Trump.
¿Cómo le ha ido a DeSantis en estos años y cómo llega a los comicios?
Antes de ganar las elecciones de 2018 y asumir la gobernación en enero de 2019, DeSantis, de 44 años, se había desempeñado como representante por Florida en el Congreso de Estados Unidos y como fiscal federal.
Ya en sus años como representante se convirtió en uno de los principales defensores del futuro presidente Donald Trump —aunque ahora es visto como posible candidato presidencial para 2024— y en un baluarte del Partido Republicano: en 2018 CNN reportó que DeSantis estaba en una lista de representantes que habían recibido contribuciones de la Asociación Nacional del Rifle (NRA) para la campaña de 2016.
Sus años como gobernador
DeSantis asumió la gobernación de Florida en enero de 2019, y poco después debió lidiar con la pandemia de covid-19 en un estado muy golpeado por el virus: con 1.465.903 casos confirmados y 11.648 muertes, el condado de Miami-Dade se encuentra entre los más afectados del país, según la Universidad Johns Hopkins.
En este contexto, DeSantis fue criticado por ordenar el levantamiento de las restricciones antes que la mayoría de los otros distritos, y se ha opuesto consistentemente al mandato obligatorio de usar mascarillas.
No se quedó ahí: prohibió los pasaportes de vacunas (incluso antes de que fueran reales) y bloqueó los requisitos de vacunas contra el covid-19 de los empleadores privados, intentando distinguirse de los “gobernadores de encierro”, bajo el pretexto de proteger los derechos y libertades individuales.
DeSantis también se ha adentrado profundamente en las guerras por el plan de estudios en las escuelas, un elemento central para los republicanos.
El comisionado de educación de Florida anunció a comienzos de abril que el 41% de los libros de texto de matemáticas enviados estaban siendo rechazados porque DeSantis afirmó que incluían “conceptos de adoctrinamiento como el esencialismo racial”.
Estas medidas podrían equivaler a censura y conducir a la marginación de algunos de los niños más vulnerables que luchan con problemas de identidad, pero el gobernador de Florida ha dicho repetidamente que su objetivo es proteger a los niños.
En este contexto, la legislatura de Florida dio en abril la aprobación final a una serie de proyectos de ley dirigidos a Disney, tras semanas de disputa entre la compañía con DeSantis por una nueva ley que limita ciertas discusiones en las aulas sobre la orientación sexual y la identidad de género.
Uno de los proyectos de ley eliminaría el estatus único que permite a Disney operar como un gobierno independiente en sus parques temáticos del área de Orlando. El otro eliminaría una exención de Disney prevista en un proyecto de ley de redes sociales que se promulgó el año pasado, pero quedó en suspenso por la decisión de un juez federal.
DeSantis sobre sí mismo
Durante el debate con Crist realizado el lunes, DeSantis defendió de buena gana sus otras acciones que han generado frecuentes críticas y demandas de demócratas, grupos de inmigrantes, grupos LGBTQ y sus aliados, pero que también han generado un amplio atractivo para el Partido Republicano base en Florida y más allá.
Sobre las nuevas reglas estatales que impiden cierta atención médica transgénero para menores, DeSantis comparó la “atención de afirmación de género” con “castrar químicamente a niños pequeños”, y agregó: “Muchos niños pasan por muchas cosas diferentes. Gran parte de la disforia se resuelve por sí sola cuando se convierten en adultos”.
Sobre los vuelos que orquestó para trasladar a migrantes de San Antonio, Texas, a Martha’s Vineyard, Massachusetts, dijo: “Es triste que se llegue a esto, pero lo que hicimos fue poner este tema al frente y al centro”.
Sobre la prohibición de la teoría crítica de la raza en el aula, DeSantis dijo: “No quiero enseñar a los niños a odiar a nuestro país. No quiero enseñar a los niños a odiarse unos a otros y la forma de detener la discriminación por motivos de raza es dejar de discriminar por motivos de raza”.
En un comentario que parecía dirigido a gran parte de la defensa de DeSantis sobre estos temas, Crist dijo: “Él habla de eso como si fuera divertido. No lo es. Estos son temas difíciles y merecen un liderazgo maduro”.
Las últimas encuestas señalan que el republicano cuenta con una aprobación superior al 50% en su estado, con cerca de 43% de imagen negativa, con una ventaja de 8 puntos porcentuales sobre el demócrata Crist en intención de voto. Una situación, según analistas, envidiable para cualquier gobernador que haya tenido que atravesar la pandemia.
Con información de Steve Contorno, Maeve Reston, Zachary B. Wolf, Dianne Gallagher, Rachel Janfaza y Harry Enten.