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Arquitecta de profesión, la valenciana Avelina Prat trabajó en los últimos 30 años como ‘script’ a las órdenes de directores como Fernando Trueba, Cesc Gay y Manuel Martín Cuenca, pero nunca se había atrevido a escribir un guion. Dice que no había encontrado la historia que le mereciera la pena. Todo cambió cuando su padre le contó que una amiga había pedido acoger un par de días en su casa a un inmigrante búlgaro. La estancia se alargó más de lo esperado y durante dos meses Prat iba conociendo en boca de su progenitor las ‘aventuras’ de este con su inquilino. Nunca llegó a estar cara a cara con tan especial ‘invitado’, pero «todo aquello» quedó rebotando en su cabeza.
Vivió esa experiencia real como una ficción.
Por ello, se lanzó a escribir el guion de ‘Vasil’, un proyecto que tutorizó a través de la SGAE Isabel Coixet, quien se ofreció a dirigirlo si la valenciana no se animaba a ello, reveló la productora Miriam Porte durante la presentación de la película en la Semana Internacional de Cine de Valladolid. Los dos protagonistas del film, Ivan Barnev y Karra Elejalde, fueron galardonados como mejor actor ex aequo en el festival.
Son, junto a las actrices Alexandra Jiménez, Susi Sánchez y Sue Flack, el elenco de esta película que invita a la «reflexión» sobre la incomunicación y que oscila «entre el realismo y la fábula», con la inmigración como telón de fondo.
«Vamos a peor»
«Cuando me llegó el guion pensé que tenía que participar por solidaridad. Con la irrupción de las redes sociales vamos a peor. La gente no sabe comunicar y pensé que tenía que hacer algo como acto de militancia», apuntó sobre su papel Karra Elejalde, que días después se mostraba exultante por compartir el reconocimiento con su compañero de reparto. El intérprete vasco se mete en la piel de Alfredo, un arquitecto jubilado, «gris, avinagrado e insatisfecho consigo mismo», quien, ante el asombro de su hija, acoge en su casa a un inmigrante búlgaro que duerme en la calle.
Alfredo y Vasil no tienen nada en común excepto su pasión por el ajedrez, pero a pesar de sus diferencias, Vasil, que tiene el don de transformar para siempre a aquellas personas con las que se relaciona, conseguirá romper las barreras construidas por el primero.
Para Ivan Barnev, «lo más difícil» a la hora de abordar la interpretación fue «comprender el español». Pese a no saber hablar el idioma, se preparó el texto y las productoras –la española Distinto Films y la búlgara Activist 38– no tuvieron duda de que era el actor ideal.
Las diferencias de clases y la falta de oportunidades de los inmigrantes son algunos de los temas que subyacen también en esta película, que en opinión de Elejalde, a diferencia de otras que «cuando tocan el tema de lo social terminan siendo un poco panfletarias», en esta todo es más «sutil» y «sinuoso»: «Es una fábula que nos invita a reflexionar, no un alegato».