“Podrían pescar, trabajar o correr de un lado a otro” para poblar los mundos de juego, asegura Mikhai Kossar.
Últimamente habrás visto cómo los NFTs están influyendo cada vez más a la industria de los videojuegos, que ha recibido mayor afluencia de títulos basados en la tecnología blockchain y donde algunas de las principales compañías aseguran apostar por ello en el futuro. Sin embargo, se trata de algo que genera mucha controversia para el usuario y cuya implementación despierta más dudas que certezas.
Podrían caminar de un lado a otro, pescar, contar historias…
Desde luego, lo que no ayuda a generar confianza son declaraciones como las que hemos conocido recientemente del experto en NFT Mikhai Kossar. Y es que, tal y como ha recogido PC Gamer, el consultor de blockchain y gaming de Wolves DAO ha ido un paso más allá proponiendo que, para conseguir unos NPCs (personajes controlados por la máquina en los mundos de juego) más realistas y mejorar la experiencia del usuario, una solución sería que personas de países pobres puedan actuar como NPCs reales dentro de los juegos.
“Con mano de obra barata de un país en desarrollo, podrías usar personas de Filipinas como NPCs, NPCs de la vida real en tu juego”, comentaba Kossar sin ningún tipo de reparo. “Podrían dedicarse a poblar el mundo, tal vez hacer algún trabajo aleatorio o simplemente caminar de un lado a otro, pescar, contar historias, ser comerciantes… cualquier cosa es realmente posible”.
Cuesta creer que la idea de este señor forme parte de una propuesta seria, pero nos sirve para comprobar una vez más que algunas personas no tienen ningún tipo de escrúpulo cuando se trata de negocios. De hecho, algo parecido ya se ha utilizado en juegos NFT como Critterz, un título basado en Minecraft.
En el juego Critterz ya ha ocurrido con niños filipinos
En un nuevo informe de Rest of World se cuenta que el título tuvo tanto éxito en su inicio que algunos jugadores empezaron a contratar a otros para que les ayudaran a desarrollar su propiedades dentro del juego a cambio de una parte de las ganancias. Uno de los que lo hizo lleva por nombre Big Chief y reunió un equipo compuesto principalmente por niños filipinos que recolectaban materiales de construcción para un casino.
“Tengo muchos niños que juegan para mí, y juegan porque quieren ganar dinero extra en un país que los está encerrando”, comentaba en declaraciones recogidas en el informe. “No puedo decir a cuánto asciende la tarifa por hora, pero podría asegurar que la gente gana muy poco dinero en Filipinas y el coste de la vida es muy bajo”.
Aunque a algunos nos pueda sonar como vivir en una simulación, este tipo de cosas están ocurriendo de verdad. De momento, los videojuegos que apuestan por los NFT no están pasando por su mejor momento debido al desplome de valor de las criptomonedas, que está dejando en jaque a algunos estudios que basan su principal inversión en este tipo de tokens digitales. De hecho, ya hemos conocido empresas y juegos que se han ido a la quiebra debido a enormes deudas contraídas por un mercado tan volátil.