Con motivo de su visita al país, Francisco Ortega, socio senior y managing partner de Hispanoamérica de McKinsey, conversó con Prensa Libre sobre los planes de la consultora y las razones de su decisión de abrir oficinas en Guatemala.
¿Qué es McKinsey y a qué se dedica?
Somos una consultora líder a nivel mundial, con casi 100 años de historia, donde nos ocupamos de consultorías de alta dirección y de gestión de estrategia. En los últimos años, hemos ido avanzando mucho más en la implementación de la disrupción tecnológica.
Nuestro propósito como organización es acelerar el crecimiento sostenible e inclusivo para lograr un cambio duradero y positivo en las organizaciones. Con presencia en más de 70 países y un equipo de cerca de 40 mil profesionales, hemos tenido una historia de mucho crecimiento en los últimos años y, sobre todo, de mucho impacto en lo que hacemos, en los sectores público, privado y social. En América Latina tenemos presencia desde hace más de 30 años y hoy estamos en 11 países.
¿Qué aspectos consideraron para tomar la decisión de abrir una oficina en Guatemala?
Estamos muy contentos de poder empezar operaciones en Guatemala. Si bien hace años que trabajamos en el país, ahora lo haremos con una presencia física. Tomamos en cuenta el contexto de los últimos años, la estabilidad macroeconómica, las posibilidades y oportunidades de crecimiento, las perspectivas y la pujanza del sector privado. Estamos convencidos de que es una gran oportunidad para nosotros como firma, estar presentes aquí. Lo hacemos no solo con el espíritu de crecer, sino de estar más cerca de nuestros clientes y, sobre todo, de las fuentes de talento.
¿Cuáles son los tipos de asesoría que una gran empresa de Guatemala puede buscar en McKinsey?
Todo lo que se refiere al pensamiento estratégico. En los últimos años, más de 70% de nuestro trabajo está más vinculado alrededor de transformaciones que buscan una mejora significativa en el desempeño, la productividad, la competitividad y cómo abrazar la disrupción digital.
Nosotros servimos tanto al sector privado, como al público y social. Somos una organización de estándares muy cuidadosos en cuanto a transparencia y protocolos de selección de clientes, a fin de cuidar los procesos siempre.
¿Cómo firma, cuál es su lectura de la coyuntura nacional?
Los últimos años han sido muy desafiantes para todos los países y gobiernos, entre la pandemia y más recientemente la guerra (entre Rusia y Ucrania). Nosotros creemos que estamos en un período de disrupción y de cambio. Gran parte del trabajo con nuestros clientes tiene que ver con cómo prepararse y transformarse. En parte se relaciona con cuáles disrupciones pueden llegar hoy vía la inflación, las interrupciones de suministros y los cambios en las cadenas de valor.
¿De qué manera se puede sacar ventaja a los cambios en el orden económico?
Uno de los cambios de los que países como Guatemala puede beneficiarse, tiene que ver con el nearshoring. Claramente, la pandemia ha cambiado la lógica de cómo funcionaban las cadenas de suministro a nivel mundial y esto hace que el país, que tienen una ubicación geográfica estratégica, muy positiva del punto de vista de costos logísticos hacia los grandes centros de consumo, se vea beneficiada.
Por otro lado, la disrupción digital permite al talento poder estar ubicado en distintos lugares, y no como antes, cuando en nuestras economías en América Latina, muchas veces el talento técnico tenía a emigrar si quería tener un determinado desarrollo. La tecnología permite trabajar de manera remota y eso hace un cambio en las lógicas de ubicación del talento y, por lo tanto, del desarrollo de nuevas oportunidades y empresas.
¿Cómo se ve Guatemala desde el exterior en el tema de transformación digital?
La disrupción digital nos ha impactado a todos y ha llegado a lo mejor en distintos tiempos y velocidades, pero si lo vemos en una perspectiva histórica, hoy está todo más cerca. Guatemala, como varios países de la región, está en el proceso de construcción de
muchas de estas capacidades, relacionadas con analítica y diseño de la transformación digital en sus principales empresas. Es algo muy positivo en términos de las implicaciones de mediano plazo, de productividad, crecimiento y competitividad.
Nosotros mismos tenemos como uno de nuestros objetivos la construcción del equipo aquí en Guatemala, para tener un hub de analítica avanzada. Uno de los dos socios que está aquí, Gerardo Aue, es especialista en analítica. Entonces, desde ese punto de vista no estamos mirando lo que falta, sino lo que tenemos, como una oportunidad.
Hablando de talento, Guatemala y Centroamérica tienen un bono demográfico muy importante, sin embargo, muchos jóvenes están migrando al Norte. ¿Qué debería hacerse para retener a nuestra gente, sabiendo los motivos por los cuales se va?
Latinoamérica y Guatemala todavía tienen un bono demográfico que va a ayudar a seguir contribuyendo al crecimiento. Creemos que parte de la disrupción tecnológica va a colaborar para abrir muchas de las oportunidades que antes no había. Nosotros mismos, al abrir acá, vamos a generar oportunidades, Como firma, esperamos tener en breve a 50 colegas trabajando e ir creciendo paulatinamente, para que los talentos opten cada vez más por quedarse y no por irse.
¿Cómo ven la situación en torno a una posible recesión para el próximo año?
Creemos que estamos nuevamente en un nuevo contexto desafiante, pero también que las tendencias de fondo siguen consolidándose y eso tiene que ver claramente con la disrupción digital. Lo repito porque los metamovimientos en cada una de las industrias, ya sea en el sector financiero o de la manufactura y demás, tiene que ver con la disrupción actual. Después de lo que ocurrió en la pandemia, tendremos movimientos económicos de mayor contracción, con un impacto en las tasas (de interés), pero nosotros seguimos teniendo una perspectiva positiva en el mediano y largo plazos.
¿Qué tipo de servicios es lo que más demandan las organizaciones de acuerdo con su experiencia y qué tipo de industrias requieren más sus servicios?
Nosotros estamos sirviendo a todos los sectores, desde el financiero, manufactura, telecomunicaciones y unicornios hasta de materias primas. Entonces, tenemos industrias bastante diversificadas, pero en términos de las temáticas, hay un tema de construcción de capacidades y de adaptación de modelos de negocio o integración a cadenas de valor.
Esto se refiere a construir compañías directamente desde cero o construir negocios dentro de compañías existentes; en otros se trata de tomar el núcleo del negocio y transformarlo a través de nuevas prácticas digitales o métodos ágiles.
¿Cómo se ven en Guatemala de aquí a cinco años?
Estamos muy esperanzados en que nos vemos con una gran oportunidad. Esperamos que de aquí a tres años ya tengamos un equipo de tres o cuatro socios, con 50 colegas locales que vayan convirtiéndose en socios. A cinco años, esperamos que esa trayectoria siga acelerando la tendencia y de ahí, con un hub más consolidado para exportar servicios al resto de la región.