Los estímulos del gobierno han favorecido el aumento de la inflación
La economía ha desbancado al aborto y la inmigración en los condicionantes del voto
Los demócratas quieren reengancharse a las elecciones de medio término
La mejora en las exportaciones, el gasto de los consumidores y el desembolso de los gobiernos federales y estatales han impulsado ligeramente la economía estadounidense. El Producto Interior Bruto ha escalado hasta el 2’6%, tras un crecimiento del 0’6% en el tercer trimestre. Un dato que, si bien no es de calado, permite a la administración Biden sacar pecho ante la ciudadanía por las medidas adoptadas, en el último tramo de la carrera por las elecciones de medio término que tendrán lugar el próximo 8 de noviembre.
Estos números, publicados el jueves pasado, son una buena noticia para el Partido Demócrata ya que le permiten reengancharse a la carrera electoral de unos comicios que los progresistas afrontan con malos datos en las encuestas. Pero los riesgos de la economía estadounidense siguen ahí: una inflación muy alta y la de más rápido crecimiento en cuatro décadas; la disminución de la inversión de capital privado, especialmente en el sector de la vivienda, con los tipos de interés hipotecarios al 7% y la mayor pérdida de poder adquisitivo de las rentas medias y bajas, desde la crisis mundial de 2008.
Y aunque el presidente Biden resalta el crecimiento de la economía en el último trimestre, hay otros indicadores que inquietan y afectan a la poblaciónhttps://t.co/qly0W8537L
— CNN en Español (@CNNEE) 28 de octubre de 2022
Elecciones
Un panorama poco alentador para los progresistas, que están a merced de la situación internacional con la guerra de fondo, la incertidumbre acechando a los mercados, la escasez de suministros y el aumento de precios generalizado. Todo ello ha dado lugar a un cóctel que provoca que el fantasma de la recesión se pasee por la primera economía del mundo y quite importancia a la fortaleza de su moneda.
De hecho, los pronósticos no son favorables para un gobierno que sabe que hay muchas posibilidades de que el país entre en recesión el próximo año, de ahí que cualquier brote verde suponga algo a lo que agarrarse, unos días antes de que los comicios legislativos tengan lugar. Y es que la preocupación por temas como el aborto o la inmigración, que han sido importantes en los debates electorales de los últimos meses, hace semanas que han quedado eclipsados por el factor económico.
Inflación
Así lo dicen las recientes encuestas publicadas por Morning Consult, en las que cuatro de cada cinco votantes califican la economía como su tema principal a la hora de decidir el voto, frente al 76 % en la última semana de septiembre. Y todo ello a pesar de que los demócratas gastaron 2 billones de dólares para intentar salvar la situación económica, en 2021. El rescate del gobierno, en forma de cheques tras los problemas que había dejado la pandemia, fueron en principio bien recibidos por la ayuda rápida que supuso para muchas familias. Sin embargo, en cuanto la inflación se enquistó y los precios subieron de forma constante, los republicanos vieron el argumento perfecto para achacar a estos subsidios parte de la culpa de la situación actual.
Los expertos apuntan a que el estímulo económico aportado por el gobierno influyó en el aumento de los precios, especialmente de productos básicos de consumo, pero señalan que también dio estabilidad y fortaleza a la economía del país, en un momento de máxima debilidad internacional.
Temores
Y aquí entra la labor de la Reserva Federal, que consciente del peligro que supone una línea ascendente y sin control de la inflación, ha aumentado de forma progresiva los tipos de interés a lo largo de los últimos meses. Un arma de doble filo que consigue controlar el gasto de los ciudadanos, a costa de obligarles a apretarse el cinturón. Algo que pasará factura al gobierno, en forma de descontento, de cara a las próximas elecciones.
Antes de que eso ocurra, los demócratas intentarán durante estos días alejar el temor a la recesión y proclamar la recuperación de una economía cuyos últimos datos de las exportaciones señalaron un aumento del 14’4%. A ello se suman los beneficios aportados por las petroleras, que van viento en popa y la buena reacción de los mercados tras las recientes novedades.
Discursos
Por si ello no fuera suficiente, el presidente Biden ya ha incorporado a sus alocuciones el argumento de la mejora, contrastando la situación actual con la que heredó del anterior mandatario, Donald Trump. “Cuando asumí el cargo, la economía estaba en ruinas”, dijo el jueves pasado durante un discurso en Nueva York para apoyar el empleo del sector manufacturero.
“Nuestra economía ha creado (durante su legislatura) 10 millones de empleos, hasta el punto de que el paro se encuentra en su punto más bajo en 50 años”, añadió Biden, quien apuntó que durante la presidencia de Trump la tasa de desempleo alcanzó el 6’4%, unas cifras peores que las actuales.