- Max Antony-Newman
- The Conversation*
Muchos de nosotros vivimos no solo en sociedades diversas, sino en lo que el antropólogo Steven Vertovec llama sociedades “superdiversas”. Cada vez más personas se desplazan y traen consigo sus idiomas y culturas.
En Reino Unido, por ejemplo, el 20% de los niños en edad escolar son multilingües. Hablan al menos otro idioma además del inglés.
Los padres, por supuesto, tienen mucho en su plato simplemente con mantener a sus hijos alimentados, protegidos y educados. Pero si tienes más de un idioma en tu familia, entonces también debes tomar decisiones sobre cómo navegar ese terreno.
Si los lingüistas han prestado atención durante mucho tiempo a la idea de la crianza bilingüe, una nueva apreciación de la complejidad lingüística y cultural en sociedades superdiversas ha visto la aparición de un nuevo enfoque.
Lo que los expertos llaman plurilingüismo ve el uso del lenguaje como fluido y dinámico.
Las teorías anteriores sobre el aprendizaje de idiomas en los hogares, donde están presentes varios idiomas, a menudo han abogado por reglas estrictas.
La política de “un idioma, un padre” hace que cada padre solo hable su primer idioma con el niño para evitar confusiones. Mientras tanto, otros padres inmigrantes deciden hablar solo su idioma de herencia en el hogar, mientras que el idioma local se aprende en la escuela.
La adopción de un enfoque plurilingüe, por el contrario, trae alivio. Sugiere que simplemente puedes ir con la corriente. Puedes mezclar las cosas, usando diferentes idiomas en diferentes situaciones.
Celebrar la diversidad lingüística
Ya sabemos la importancia del plurilingüismo en la enseñanza, tanto en el rendimiento académico como en el bienestar de los alumnos multilingües.
Para entender cómo se traduce esto en el ámbito del hogar, en 2018 realicé un estudio con 20 padres que inmigraron a Canadá desde nueve países de Europa central y oriental. Descubrí que el tipo de crianza que adoptaron instintivamente es verdaderamente plurilingüe.
Los padres con los que hablé creen en el uso fluido y dinámico de los idiomas en su familia. Muchos envían a sus hijos a programas de inmersión en francés, donde la instrucción se imparte tanto en inglés como en francés.
Pero los padres aceptan que es poco probable que el dominio del francés de sus hijos coincida con sus habilidades en el idioma inglés.
A diario, padres e hijos cambian de idioma. Pueden comenzar una oración en un idioma y terminar en otro. Cuando los abuelos vienen de Europa, los niños tienen que cambiar al idioma que hablan. Pero si un amigo viene para una cita de juegos, entonces optan por el inglés.
La crianza plurilingüe implica una política lingüística liberal. Muchos padres no creen en castigar a los niños por hablar en el idioma “incorrecto” en casa.
Incluso aquellos que eran estrictos cuando nacían los niños pronto se dieron cuenta de que sus hijos cambiaban de idioma de un lado a otro. Y los padres están de acuerdo con eso.
Finalmente, un principio importante para la crianza plurilingüe es la interconexión entre el idioma y la cultura. Los padres inmigrantes se mueven a través de las fronteras y también llevan su cultura con ellos.
El idioma es crucial para la identidad y la pertenencia y los padres inmigrantes negocian este tema en sus hogares con regularidad.
Hablar búlgaro en Canadá conecta a los niños con el país de sus padres, incluso si se consideran canadienses. Es especialmente importante que los padres mantengan su lengua heredada y también comuniquen esta importancia a sus hijos.
Como dijo un padre ucraniano: “Esta es nuestra historia, esta es nuestra herencia”.
Estar abierto a aprender idiomas
Es posible que hayas escuchado que tener dos idiomas en la familia confunde a los niños, retrasa el desarrollo del lenguaje y es malo para el rendimiento escolar. Estos son, de hecho, mitos que los investigadores han pasado décadas desacreditando.
Por el contrario, la investigación también ha demostrado que el bilingüismo tiene ventajas cognitivas. Sin embargo, muchos enfoques de crianza bilingüe han advertido contra la introducción de nuevos idiomas demasiado pronto en la vida del niño o la mezcla de idiomas.
Otro consejo común es asegurarse de que el niño aprenda solo de los llamados hablantes nativos para obtener un acento perfecto, una gramática impecable y un vocabulario rico.
Este tipo de reglas autoimpuestas traen discordia a la vida familiar cuando los padres intentan “vigilar” el uso del lenguaje de sus hijos, pero generalmente encuentran resistencia.
El plurilingüismo, por el contrario, surge de una nueva comprensión de cómo se usan las lenguas. Particularmente, en el área de la educación del idioma inglés, enfatiza un enfoque más fluido de cómo se puede enseñar a los estudiantes.
Esta escuela de pensamiento valora todos los idiomas que cualquier estudiante puede usar, aunque sea en diversos grados. Busca aprovechar su conciencia lingüística, su conocimiento cultural y su apertura para aprender idiomas mientras mejora el idioma que están aprendiendo.
Y en línea con estudios previos de estudiantes multilingües, en mi estudio todos los estudiantes obtuvieron buenos resultados académicos, ya sea que estuvieran en escuelas de inglés, escuelas bilingües de inmersión en francés o en el bachillerato internacional.
Claramente, no es perjudicial mantener el idioma y la cultura de la herencia. Y esta política lingüística familiar flexible salva a padres e hijos de muchas batallas.
*Max Antony-Newman es profesor en estudios de educación, en la Universidad Sheffield Hallam, en Reino Unido.
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