Por César Bianchi
@Chechobianchi
Fotos: Javier Noceti / @javier.noceti
Guido Manini Ríos
(64) dice que los términos que acuñó la Revolución Francesa de izquierda y
derecha para identificar ideologías políticas están perimidos. O por lo menos,
deberían relativizarse bastante. Y pone ejemplos: si izquierda es preocuparse
por los más débiles, su partido, Cabildo Abierto, debería ser visto como
izquierda. Mucho más que el Frente Amplio, señala, que “usó a los frágiles
políticamente” para “dejarlos tan frágiles como los encontraron”. El ejemplo lo
usó para ilustrar el artiguismo bien entendido, el de su fuerza política, y la
pose artiguista, falsa. Pero si derecha es “respetar la autoridad en todos los
niveles” o luchar por “la fuerza de la familia”, entonces, son de derecha. Y
aclara que esa familia puede tener un matrimonio homosexual, no cambia su concepto.
La charla, en su
despacho del Anexo del Palacio Legislativo, derivó por varios puntos del pasado
y del presente. Manini dijo que ve “probable” una fórmula Manini-Salinas para
2024, que a Alejandro Astesiano no se le debió haber permitido “ni arrimarse” a
Torre Ejecutiva por sus anotaciones policiales, y que los militares no tienen
jubilaciones más privilegiadas que bancarios o los mismos políticos que hayan
sido presidentes, ministros o senadores.
El general
retirado, devenido en senador y líder de Cabildo Abierto, se tomó unos segundos
para responder si Lacalle Pou hoy le brinda la misma confianza que cuando
aceptó firmar el documento Compromiso por el País. Luego, contestó.
Y sobre todo,
enfatizó que su colectividad política, más que un socio rebelde de la coalición
de gobierno, es una tercer modelo de proyecto político. Lo dijo así: “En este
país hay dos bloques políticos: el bloque que hoy es gobierno y el bloque que
hoy es oposición. Más o menos iguales, cuantitativamente hablando. Pero no hay
dos modelos de país, hay tres modelos de país. Está el modelo del FA, está el
modelo —llamémosle— blanquicolorado y el modelo de Cabildo, que tiene algunas
coincidencias y algunas diferencias con ellos”.
“Artiguismo es sensibilidad por los más frágiles en serio, no usar a los frágiles políticamente y dejarlos tan frágiles como los encontraron, ese discurso de ‘vamo’ arriba los humildes’ y dejarlos en estado de humildad permanente”
¿Recuerda qué despertó en usted la vocación de la carrera militar?
Yo tenía 13 años a principios del 72,
mi padre había muerto un año antes. El país estaba en una situación especial,
todos los días los noticieros eran muertos, enfrentamientos, comunicados, el
Parlamento declara estado de guerra interna, es decir que a la uruguaya,
estábamos en guerra. Veía todos los días a los militares en el informativo. Y
un buen día, no sé por qué, dije: “Yo quiero ser militar”. Y soy el primero de
la familia en ser militar. Después tuve un hermano menor, que fue militar un
tiempo y se retiró joven.
Usted dice que veía militares en TV y quiso ser militar. También en la
televisión se hablaba y mostraban a los del otro bando, los guerrilleros.
Claro. Pero mi familia era votante de
(Jorge) Pacheco Areco. Mi padre falleció antes de las elecciones, pero mi
familia votaba a Pacheco. Claramente teníamos el convencimiento de que la razón
estaba de ese lado, y no del lado de enfrente.
Siempre se ha definido como artiguista. Leonardo Borges y Hernán
Rodríguez en su libro No ofendo ni temo,
dicen que a lo largo de la historia ha habido distintos tipos de Artigas: un
Artigas “de bronce”, un “Artigas rojo” vinculado a lo popular y la
izquierda (lo han reivindicado desde Líber Seregni en la fundación del Frente
Amplio a Tabaré Vázquez), hasta un “Artigas verde” en los años de la dictadura.
Muchos lo ven como el padre de la Patria, otros señalan que él nunca pensó en
el Uruguay sino en una patria mucho más grande, federal. ¿Qué lo seduce del
artiguismo? ¿Por qué se define como artiguista?
No cabe duda que Artigas era una
figura nacional, y hoy todos los uruguayos quieren tomar como referencia. Y lo
usan o utilizan su nombre para cualquier emprendimiento político, porque esa
una de las pocas figuras que une a los uruguayos en la historia.
El artiguismo es mucho más que un
caudillo militar y que otras cosas. Se plasma en muchas ideas. Y hay dos ideas
centrales, del artiguismo, en las cuales nosotros creemos que debe girar toda
actividad política. Una es la sensibilidad por los más frágiles. (Leonardo)
Borges podrá decir que ese es el “Artigas rojo”, el de la izquierda. Bueno,
pero sensibilidad por los más frágiles en serio, no usar a los frágiles
políticamente y dejarlos tan frágiles como los encontraron, haber duplicado los
asentamientos, o la fragilidad social que quedó expuesta cuando aparece la
pandemia 12 días después del cambio de gobierno. Ese discurso de “vamo’ arriba
los humildes” y dejar a los humildes en estado de humildad permanente. A los
más frágiles Artigas les daba tierra, los obligaba a trabajar, tenían 90 días
para levantar un rancho y si no lo hacían, les sacaba las tierras. Eso por un
lado: sensibilidad en serio con los pobres.
Y lo otro, que en estos tiempos tiene
especial vigencia: la reivindicación de la soberanía particular de los pueblos.
Esa fue la lucha de Artigas. ¿Por qué Artigas rompe con Buenos Aires? Porque
Buenos Aires quería gobernar la provincia oriental desde Buenos Aires, mandar
un gobernador o designar a alguien y Artigas decía: “No, los orientales se
autogobiernan, como los entrerrianos, y los cordobeses, y los santafesinos”.
Esa es la gran lucha de Artigas: que cada pueblo se gobierne a sí mismo.
Estamos asistiendo a una coyuntura histórica mundial hoy en donde hay una
tendencia a la desaparición de los gobiernos de los pueblos por normas
internacionales que arrasan con toda pretensión de soberanía. Y vienen
dictámenes de organismos como la ONU de magistrados que capaz que nunca pisaron
el Uruguay y deciden qué tiene que hacer Uruguay. Hay ríos de sangre para que
los uruguayos se manden ellos. El artiguismo es eso.
Estaría el Artigas rojo de la
izquierda, pero la izquierda ha sido la más obsecuente con ese gobierno
internacional. Trae ideas de cosas de afuera y las quiere poner acá, mientras
pregonan que tienen tanta validez el dictamen de un organismo internacional
como lo que está en la Constitución de la República. Nosotros decimos: lo que
viene de afuera vale si la Constitución coincide; si hay algo que colide, tiene
que ser plebiscitado e incorporado en la Constitución. Pero lo que vale es la
Constitución. Pero claro, todos se suben el artiguismo. Las usan los herederos
de Artigas y los herederos de Posadas y todos los que combatieron a Artiga (Alvear,
Sarratea, Pueyrredón). Esos también hoy son artiguistas, porque da rédito ser
artiguista.
Manini, en 2019 usted fue cesado en sus funciones al frente del Ejército
por el entonces presidente Vázquez, y en abril de ese año fue proclamado
candidato a presidente por un partido nuevo, Cabildo Abierto. ¿Por qué meterse
en política?
Es una pregunta que a veces me hago:
¿para qué me he metido en política? En esos tiempos me convencí de que la única
forma que había de cambiar algunas realidades era desde la política. No lo
podía hacer desde el Ejército. Yo tuve la percepción, por esos meses iniciales
de 2019, era que había mucha gente esperando una opción diferente en el
escenario político. Gente que no se sentía representada. Las encuestas hablaban
de un gran descreimiento en el sistema político.
Eso, sumado a mil muestras de apoyo y
solidaridad en algunas fricciones que tuvimos en aquel momento con Tabaré
Vázquez, a uno le dio la percepción que había un terreno para transitar,
buscando ocupar un lugar que nos diera ir hacia soluciones para la gente que no
la íbamos a tener de otra forma.
“¿No da para pensar que a veces hay intencionalidad de actuar en contra de lo que corresponde en derecho? Y si alguien actúa así, está jugando con la libertad de la gente. ¿Está mal que se los impute penalmente?”
Cuando en marzo de 2019 se conocieron los resultados del Tribunal de
Honor militar a Gavazzo, Silveira y Maurente, usted cuestionó duramente al
Poder Judicial. De hecho, dijo que “en muchas
oportunidades la Justicia se apartó de los más elementales principios del
derecho, no dando garantías a los acusados. En definitiva, aplicó una suerte de
derecho para el enemigo”, y agregó que “muchos de los imputados han sido
condenados sin pruebas y sin las garantías del debido proceso”. Este fue el
motivo de la decisión del pase a retiro por parte del presidente Vázquez.
¿Sigue pensando igual?
Exactamente igual, no cambio una coma
de esa aseveración. Se sigue atropellando hoy los principios del derecho, se
sigue procesando gente sin pruebas. El propio fiscal (Ricardo Perciballe) dijo:
“Muchas veces no tengo pruebas, pero tengo la convicción”. Lo dijo en Voces, yo lo leí. Tanto la ex ministra
de Defensa, Azucena Berrutti, como el ex presidente José Mujica dijeron:
“Cuando se juzga alguien sin pruebas es venganza, no es justicia”. Lo que dije
en ese escrito de 2019 que, al final significó mi cese como comandante del
Ejército, lo ratifico en todas las letras.
En estos últimos años dirigentes cabildantes han puesto en duda, muchas
veces, la imparcialidad de los fiscales. De hecho, Cabildo presentó un proyecto
de ley sobre prevaricato, para sancionar a fiscales que “intencionalmente
persigan a un no culpable, oculten pruebas o no cumplan con la obligación de
investigar”. ¿No le parece peligroso desconfiar del sistema judicial y de los
encargados de investigar a posibles delincuentes?
¿Cómo va a ser peligroso desconfiar
del mal ejercicio de la función de determinados magistrados, ante hechos que
hemos visto que claramente marcan un mal funcionamiento, y dan toda la
impresión de haber sido intencional y sesgado? No voy a hablar de mi caso
personal, donde el fiscal actuante (Rodrigo Morosoli) me puso a mí en el
banquillo de los acusados. Usted dijo: “Se conocieron los resultados del
Tribunal de Honor”. No “se conocieron”, yo los elevé por escrito, con mi firma,
un mes y pico antes de mi cese. Y quien lo recibió, el presidente (Vázquez), en
realidad lo recibió el secretario de Presidencia (Miguel Ángel Toma) lo
archivó. El que no comunicó y cortó la piola fue el jerarca superior. El
responsable es el presidente, Toma fue el ejecutor. Sin embargo, el fiscal
actúa sobre el que elevó todo por escrito y exonera al presidente.
Y le pongo otros ejemplos: el fiscal
que pierde un pendrive que
significaba la acusación a los jerarcas de la Intendencia de Montevideo, allá
por el 2010 (pierde el pendrive
cuando se vencía el caso). No pudieron seguir las actuaciones y quedó archivado
el tema. La fiscal de Operación Océano (Darviña Viera) que oculta determinadas
pruebas. Entonces, yo digo: ¿no da para pensar que realmente a veces hay intencionalidad
de actuar en contra de lo que corresponde en derecho? Y si alguien actúa de esa
forma, está jugando con la libertad de la gente. ¿Está mal que se lo impute
penalmente?
Hay países, como España, que tienen
legislado el delito de prevaricato, y son democráticos. Aparte del proyecto
dice: “aquellos que intencionalmente”, o sea hay que demostrarlo. Una vez
demostrada la intencionalidad, ¿cuál puede ser la contra que tengan los
fiscales, si se demuestra que intencionalmente el fiscal hizo una barrabasada
de esas? Yo creo que, en determinados temas, muchas veces estamos ante un
atropello y no se dan las garantías del caso. No solo hablando de historia
reciente. También con temas de género. A veces se manejan de forma arbitraria
significando la prisión de personas que, tal vez, no sean culpables.
“Da la impresión que estamos ante una banda donde este Astesiano no era el cerebro, era el ejecutante. Debe haber otros que utilizaban los servicios de Astesiano. Me parece que hay que ir a los grandes, a todos”
¿Por qué cree que presos mayores de 65 años deberían tener arresto
domiciliario y no estar en una prisión común, incluso para el caso de
violadores de los derechos humanos?
El proyecto nuestro establece algunas
excepciones. Hay que ir a lo que dice la Constitución sobre la finalidad de un
centro de detención, que es la rehabilitación. No estamos hablando de un delito
cometido ahora, sino cometido hace más de 40 años, donde la persona que ahora
iría presa estuvo conviviendo en sociedad 30 o 40 años sin cruzar un semáforo
en rojo. Y hoy, ¿a título de qué se lo mete preso? De aquellos delitos que, en
nuestro Derecho y respetando los principios, debería haber prescripto o no
deberían ser juzgados porque se está aplicando una ley con retroactividad. O en
algunos casos, como en el de Leonardo Vidal, se lo juzga por segunda vez (había
sido juzgado en el año 72, se había archivado el caso), se lo volvió a procesar
y murió preso. Era un soldado que en un operativo mata a un tupamaro.
Los delitos de lesa humanidad no prescriben…
No prescriben, de acuerdo al Estatuto
de Roma, que entra en vigencia en nuestro país en el año 2006. Todo lo que fue
antes de 2006 es aplicar la ley con retroactividad. Pero aparte, creo, de los
que están presos, ninguno está por la figura de lesa humanidad. De todas
maneras, nuestro proyecto no se centra en ellos. Se centra en que hay gente
presa en el Comcar con 65 o 70 años por estafa o por lo que sea, en un sistema
carcelario que es un desastre, es una vergüenza nacional. Nuestro proyecto no
habla de liberarlos, habla de prisión domiciliaria.
Me vengo al presente: “Ojalá que caiga quien caiga” dijo respecto al
Caso Astesiano, el ex jefe de custodia del presidente. Y “que la Justicia
llegue a fondo” con este caso. ¿Cuáles son sus impresiones o reacciones ante lo
que hemos conocido de este caso?
Dije eso cuando una periodista me
señaló que hay un alto jerarca del Ministerio del Interior indagado, y yo dije:
“Ojalá que caiga quien caiga, y que vayan hasta el fondo”. Creo que no hay dos
lecturas. Da la impresión que estamos ante una banda donde este Astesiano no
era el cerebro, era el ejecutante. Debe haber otros elementos que utilizaban
los servicios de Astesiano. Me parece que hay que ir a los grandes, a todos.
¿Es de recibo que estuviera trabajando al lado del presidente, cuando
tenía casi una treintena de anotaciones policiales?
Ya lo he dicho: fue un grave error
tener a una persona con esos antecedentes. O con anotaciones, para usar el término
correcto…
Es que sí tenía antecedentes, sólo que el presidente no lo sabía.
Ahí está: se desconocían los
antecedentes, pero al tener esa cantidad de anotaciones, yo pienso que nunca se
le debió haber permitido arrimarse a la Torre Ejecutiva. Se cometió ese error,
el propio presidente lo ha reconocido, los senadores blancos lo han dicho y yo
también lo digo: fue un grave error.
Cuénteme sobre el proyecto de ley de Cabildo Abierto para que proyectos
del Estado que se excedan un período de gobierno deban pasar antes por el
Senado. ¿De qué tipo de contratos habla? Porque parece tener nombres y
apellidos…
Sí, varios. Los parques eólicos, por
ejemplo. Son contratos muy beneficiosos para la empresa privada que los
instala, pero hoy estamos pagando por la energía el triple del valor de
mercado, incluso energía que muchas veces no necesitamos y se termina desperdiciando.
Ese tipo de negocios no fueron buenos para el país. El negocio de UPM, por otra
parte, da ciertas concesiones que -supongamos- si nuestro proyecto fuera una
ley vigente, se podría haber evitado. Y le digo más: le da un argumento al
Poder Ejecutivo para decirle a la empresa: “Mire, el ferrocarril vamos a
hacerlo a medias, porque el sistema político no me la lleva”. Y yo creo que si
el ferrocarril se hacía a medias, nadie iba a pensar que fuera injusto.
Capaz que en una discusión más amplia
y no en los que están involucrados en ese momento en el gobierno, que quieren
dar una buena noticia y sobre todo cuando se vienen las elecciones el año que
viene (póngale). Dicen: “Vamos a firmar esto, así damos una buena noticia y
tenemos toda la obra en marcha”. Capaz que con un sistema político que se
entere se puede bajar un poco la pelota al piso. De todas maneras, el proyecto
establece ciertas facilidades: mayoría simple (o sea que tanto hoy como en los
15 años del Frente Amplio, se aprobaba igual), y que si no se expiden en 60
días, está aprobado. Y eso se puede bajar a 30, no hay problema. Creo que le
daría más salud al sistema político.
Hemos asistido a concesiones como la
de Katoen Natie hasta 2081. De acá para adelante, 12 administraciones. Habrá
gobiernos de todos los signos, hasta de partidos que no han nacido. Tendrán que
ajustarse al compromiso asumido en febrero de 2021 por un gobierno que
seguramente lo firmó de buena fe, pensando en lo mejor para el país. ¿No
hubiera sido más justo que todo el sistema político estuviese enterado antes de
la firma y no después? Nosotros nos enteramos cuando el presidente lo anunció
en la asamblea general, nos enteramos que hacía una semana se había firmado con
la empresa. Ya era tarde. Después hay que honrar los compromisos, porque si no
vienen los juicios, las multas, que esto y que lo otro. Bueno, ¿por qué no
discutirlo antes? Capaz que viene un viento de sensatez en algún punto… Y si el
contrato es tan sensible que debe mantenerse en secreto, siempre está la posibilidad
de una sesión secreta del Senado.
“Buena parte de las FFAA hoy están por la ley nueva, y algunos no están alcanzados, como pasa con toda ley. Cuando entre en vigencia la reforma de la seguridad social todos van a estar por el régimen nuevo”
El gobierno le llevó a su fuerza política varios reclamos de cara a la
reforma de seguridad social. Por ejemplo, a pedido del partido, el proyecto
bajó la edad de retiro obligatorio de varios escalafones militares en relación
a lo que decía el anteproyecto. ¿Siente que fueron bien contemplados?
Lo que pedimos es que se respeten las
bonificaciones que hoy estaban establecidas. Por ejemplo, en el caso de los
militares, por cada cinco años trabajados, se consideran seis. Pero pusimos
énfasis en la policía ejecutiva, porque por la ley vigente, por cada cinco años
trabajados se le consideran siete. Eso afecta la edad de retiro, porque al
considerarle más años que los reales llega antes a los 65. Esto en el entendido
de que hay funciones que requieren ciertas condiciones físicas. Un policía de
60 y pico de años no parece lo mejor para capturar a un gurí de 17 que acaba de
robar una cartera. Hay que atender las especificidades, y por eso están las bonificaciones.
Pero lo que nosotros más hemos pedido
en ese tema es que se revisen todas las bonificaciones. Los empleados de Casino
tienen seis por cinco, seguramente esto obedece a una época en que las salas de
casino eran un fumadero tremendo. Porque si fuera por el trabajo nocturno,
habría que darles a muchos oficios más. Decimos: que se revisen todas las
bonificaciones y con un criterio de estricta justicia se establezca cuáles son
las que corresponden. Y eso se va a hacer. Mientras tanto, están vigentes las
que estaban: eso se cambió del anteproyecto al proyecto.
Los otros dos cambios que pedimos es
que aquellos que hoy tengan cumplidos 50 años, que tienen una legítima
expectativa de jubilación de acá a 10 años, que esos no queden comprendidos,
que queden bien lejos los que queden comprendidos en la nueva ley. Porque
aparte esos que tienen 50 y poquito, ya fueron alcanzados por la reforma del
96. Entonces, sería una segunda reforma que los vuelve a agarrar. Aparte
obedece a una recomendación que hizo el grupo de expertos en seguridad social.
Y el otro tema, que también se nos
incluyó, es el de las pensiones para aquellas viudas que enviudan con más de 50
años, pedimos que esa pensión sea vitalicia, como es hoy. El anteproyecto decía
que no, que recién de 65 años para arriba sería vitalicia. Si una persona
enviudaba a los 60, le pagaban por cinco años. Y nosotros decimos: ¿y después
qué pasa? ¿Pasa al Mides? Nosotros decimos: es mejor que siga cobrando la
pensión de su marido, que capaz que aportó 40 años.
El economista Hugo Bai, del Instituto Cuesta Duarte del Pit-CNT: tuiteó
que la reforma de la seguridad social “no es justa. Los militares continuarán
retirándose a edades bajísimas y en algunos casos con el doble del salario
durante los próximos 10 años. No se tocan los privilegios del Servicio de
Retiros y Pensiones Militares (mal llamada Caja Militar) para un número muy
importante de activos”, dijo. ¿Es así?
Una vez que esté vigente esta ley, no
es así. Y en estos próximos 10 años, todos van a seguir por el régimen actual.
Ya hubo una reforma de la llamada Caja Militar en el año 19, que ya marcó una
raya de a quiénes alcanza. Buena parte de las FFAA hoy están por la ley nueva,
y algunos -como toda ley- no están alcanzados, como pasa con toda ley. Y cuando
entre en vigencia esta nueva ley de la reforma de la seguridad social todos van
a estar por el régimen nuevo. Es un régimen casi común a todos, con la
bonificación que se establezca, porque un soldado no puede tener 65 años, ¿no?
Hoy el Ejército está en el Congo, ahí en el Congo todos los días hay 40 grados,
y mil pestes. Si usted manda gente de 64 años seguramente vuelvan varios
embolsados.
Las de los generales, ¿son jubilaciones de privilegio?
Habría que analizar las jubilaciones
que paga la Caja Bancaria, la Caja de Profesionales, exministros, expresidentes, exsenadores… Hay que ver todo el mundo jubilatorio, es mucho más
que determinadas jerarquías militares que están bien pagas.
“La derecha siempre fue lo conservador, lo que no quiere cambiar, y la izquierda siempre fue el cambio, la revolución. Hoy, lo más conservador en el Uruguay son los que se autodenominan izquierda”
¿Cabildo Abierto es un partido de derecha, como lo vemos politólogos y
periodistas?
Mire, yo me he resistido siempre a la
caracterización. Habría que definir qué es derecha, qué es izquierda.
¿Izquierda es la sensibilidad por los más frágiles y la defensa de los
humildes? Capaz que Cabildo es izquierda ahí, ¿no? La principal bandera que
levanta Cabildo es esa, la de defender el trabajo nacional, la de cuestionar
las concesiones excesiva que se la ha dado al gran capital internacional. Las
he hecho el Frente Amplio esas concesiones al gran capital. El proceso de
acumulación de tierras como nunca tuvo el Uruguay en los gobiernos del FA.
¿Cuál es la derecha ahí? Y el oponerse a todo cambio, en la educación o donde
sea, ¿cuál es la derecha y cuál es la izquierda? Es tan relativo eso de derecha
o izquierda…
Hay algunos conceptos que nosotros
tenemos que para algunos politólogos es suficiente para colocarnos en la
derecha. Por ejemplo, en el proyecto de eutanasia, todo Cabildo votó en contra.
O tenemos posiciones críticas sobre (legalizar) el aborto.
¿Matrimonio igualitario?
El matrimonio igualitario no lo hemos
condenado. Y no lo hemos puesto en cuestión, lo hemos aceptado.
Usted ha hablado más de una vez de “ideología de género”, y sabe a que
gran parte de la izquierda y del feminismo, le chirria…
Ah sí, hay ideología de género. Hemos
calificado sin ningún pelo en la lengua -es, quizás, nuestro mayor defecto o
mayor virtud: decir las cosas frontalmente- a la ideología de género como perversa. Esas
cosas tal vez sean las que han utilizado para decir: “estos son de derecha”.
Y usted sabe que la defensa del colectivo militar también…
También, también. Y el hecho de que
yo sea militar y que haya algunos militares en el partido (que no son más que
los que tenía el FA con Seregni en sus primeras épocas, o que los partidos
fundacionales ahora mismo), pero en Cabildo es más visible porque el candidato
es militar. Todo eso ha llevado a esa etiqueta.
Algunos hablan de “extrema derecha”, incluso.
Ahora, en este país cuesta asumirse de derecha, es como vergonzante. El
ex presidente Lacalle Herrera me reconoció que es una batalla cultural que ganó
la izquierda. La gente de izquierda se vanagloria de serlo, se reconoce
izquierdista orgullosamente. Y convendrá conmigo en que si hay izquierda, hay
derecha. Pero cuesta ver políticos que se asuman de derecha. ¿No le parece?
Es probable, es probable… Uno dice
“la izquierda”, pero en un sentido, digamos, de denominación, no en el sentido
ideológico profundo. Porque yo creo que izquierda y derecha son conceptos
perimidos. La derecha siempre fue lo conservador, lo que no quiere cambiar, y
la izquierda siempre fue el cambio, la revolución, en grandes rasgos. Hoy, tal
vez, lo más conservador en el Uruguay sean los que se autodenominan izquierda.
Indudablemente que tiene que haber
una definición para identificar un bloque y otro. Entonces, unos se
autodenominan izquierda y lo otro por contraposición -como usted dice- termina
siendo de derecha. Y mire que yo no pido volada en la izquierda, no pido que
nadie me considere de izquierda. Digo que hay temas en los que uno levanta las
banderas que la izquierda dice levantar. A veces, hipócritamente.
¿Y qué es ser de derecha? ¿Es ser
neoliberal a ultranza, decir que las leyes del mercado deben mandar y que el
Estado debe desaparecer? Si eso es la derecha, no somos derecha. Ahora, si
derecha es pedir que se vuelva a respetar la autoridad en todos los niveles: a
nivel familiar, a nivel de los maestros, policías, etcétera. Si eso es derecha,
somos derecha. Si es derecha recuperar la familia, la fortaleza de la familia
como primera institución de defensa del ser humano, también somos derecha.
Habla de la familia tradicional. Pero, ¿qué pasa si esa familia es
formada por una pareja homosexual que adoptó niños?
Si hay el cariño necesario en esa
familia de un matrimonio homosexual con un hijo, y ese hijo tiene la educación
y el cariño necesario, también es una familia que defendemos. Si es derecha
defender la necesidad de una familia fuerte, lo somos. Si izquierda es decir
que hay que sacar de los asentamientos a los 200.000 uruguayos que estaban el
1° de marzo de 2020 viviendo en condiciones indignas (paso recorriendo
asentamientos y veo gente viviendo peor que animales), si eso es izquierda,
seremos izquierda.
Su fuerza política permanentemente busca desmarcarse del gobierno. ¿Son
el socio díscolo de la coalición?
Nosotros tenemos una identidad.
Cabildo Abierto es diferente del Partido Nacional y es diferente del Partido
Colorado. Sobre distintos problemas, a veces tenemos una visión coincidente con
los socios de la coalición, y a veces no coincidimos. El tema forestal fue el
más emblemático, que terminó en un veto del presidente. El tema de la política
de droga, nosotros estamos en contra de lo que se está llevando adelante desde
los gobiernos frenteamplistas hasta hoy. Se lo he dicho públicamente al propio
doctor (Daniel) Radío. Nosotros tenemos visiones diferentes en muchos temas,
pero hay un documento firmado, el Compromiso por el País, que lo hemos
respetado a rajatabla.
En las principales leyes de este
gobierno, como la LUC, por ejemplo, hicimos nuestros aportes. Fueron aportes
sumamente valiosos para mantener la ley. Hicimos sacar de la ley un par de
puntos que yo no sé si no hubiera terminado definiendo el referéndum en el otro
sentido. Le pongo un ejemplo: las áreas protegidas, que iban a pasar a manos de
las intendencias. Iba a haber toda una movida ecológica, que yo no sé cómo
hubiera terminado el referéndum si no hubiera sido por el aporte de CA al
decir: “Eso no lo votamos”. Los aportes de CA para consolidar la gobernabilidad
a este gobierno han sido notorios: en las leyes de presupuesto, en las leyes de
rendición de cuentas…
El ministro cabildante Daniel Salinas ya anunció que quiere bajarse del
gabinete. ¿Le jugó una mala pasada el decreto presidencial sobre las cajillas
de los cigarrillos respecto a las aspiraciones de Salinas en la OPS? “No lo
ayudó”, me dijo el senador Raúl Lozano en 970
Universal.
Claramente, no ayudó. Cuando Salinas
se postula, él vino a hablar conmigo, estuvimos conversando. Yo le dije de
arranque: “Es casi imposible que eso cristalice”. Los organismos
internacionales respetan equilibrios de países. Si el secretario general de la
OEA es un uruguayo (Luis Almagro) y el que está al frente de de la Aladi
(Sergio Abreu) también es un uruguayo, no creo que elijan a otro uruguayo para
la OPS: Sería lo mismo si fueran brasileros, eh. Ahora, que el decreto del
tabaco 15 días antes de la elección no lo ayudó nada, no lo ayudó nada. Eso es
evidente.
¿Lo ve un buen compañero de fórmula en 2024?
Es un posible compañero de fórmula.
Pero de acá al 24 va a correr mucha agua bajo el puente. Él va a tener un año
23 en el que se va a dedicar a temas familiares y personales, y en el 24
veremos cómo está el escenario político. Pero es probable, sí.
¿Sigue confiando en Lacalle Pou, tanto como lo hizo cuando firmó el
Compromiso Por el País?
(Se toma 15 segundos para contestar) Yo confío en que él tiene toda la aptitud
para conducir el Poder Ejecutivo. He tenido algunas diferencias, algunas de
ellas han sido públicas, y otras no. He tenido muchas diferencias. Pero creo
que es la persona indicada hoy para estar al frente del Poder Ejecutivo.
¿Cómo ve votando a su partido en dos años? ¿Mejor o peor que en la
anterior elección?
Yo tengo la percepción de que va a
votar mejor. Y lo digo en base a datos de la realidad. Yo semanalmente recibo
gente de otras tiendas políticas que se van sumando. El fin de semana pasado
estuvimos en Rivera, en dos actos y en ambos hubo centenares de personas, con
mucho entusiasmo. Yo veo un crecimiento. Por supuesto, son puertas de vaivén,
puede haber alguno que decepcionado por algo, se vaya del partido. Pero son más
lo que están viniendo de los que se están yendo.
Cabildo Abierto representa un modelo
diferente… A ver si me entiende: en este país hay dos bloques políticos: el
bloque que hoy es gobierno y el bloque que hoy es oposición. Más o menos
iguales, cuantitativamente hablando. Pero no hay dos modelos de país, hay tres
modelos de país. Está el modelo del FA, está el modelo -llamémosle-
blanquicolorado y el modelo de Cabildo, que tiene algunas coincidencias y
algunas diferencias con ellos.
Nosotros pensamos que hay que darle
un oxígeno tremendo al trabajo nacional y no jugar tanto para los grandes
empresarios ni para las inversiones que vienen de afuera. Creemos que hay que
tratar de darle esos beneficios al trabajo nacional. He dicho que si al sector
lácteo le diéramos una cuarta parte de lo que se le ha dado a UPM, yo creo que
se darían muchísimos más puestos de trabajo estables, arraigaríamos a la gente
en el interior del país y el efecto social sería mucho más positivo. Nosotros
apostamos al modelo del cuentapropista, del pequeño y el microempresario, que
de repente en la teoría de un economista doctorado en el exterior no es lo
mejor, porque lo mejor es ir hacia grandes escalas. Pero en la vida social sí
es lo mejor.
¿Es feliz?
(Piensa) Yo diría que en la medida en que me siento útil, soy feliz. Mi vida no
es estéril en la medida en que puedo hacer algo por los demás y siento que lo
estoy haciendo. Es menos de lo que quisiera dar, pero a mi edad, seguir
haciendo algo, es importante.
Por César Bianchi
@Chechobianchi