Platicamos con Alejandra Márquez en el FICM y nos explicó cómo es su forma de hacer cine y lo que busca transmitir con sus películas
Alejandra Márquez Abella es una de las cineastas mexicanas más interesantes de los últimos tiempos. Aunque solamente tiene tres películas largometraje: Semana Santa (protagonizada por Tenoch Huerta), Niñas Bien (con Ilse Salas) y la reciente El Norte Sobre el Vacío, que se acaba de presentar en el Festival Internacional de Cine de Morelia, sus historias siempre dan de qué hablar y terminan siendo alabadas por la crítica especializada y la audiencia por igual.
Y en Fuera de Foco tuvimos la oportunidad de platicar con ella y nos explicó cuáles son sus inquietudes a la hora de hacer cine y los temas que más le gusta tocar.
Diferentes formas de tocar un mismo tema
Alejandra Márquez comenzó su carrera con la película Semana Santa, en donde exploró la compleja relación entre una madre soltera, su nueva pareja y su hijo. Pero lo que la catapultó a la fama fue sin duda Niñas Bien, una película sobre una mujer de alcurnia que lo pierde todo en la crisis económica de 1982. Y en su más reciente cinta: El Norte sobre el vacío, ella explora las complejas relaciones de clase en un rancho del norte sumergido por la violencia del narcotráfico.
Aunque parezcan ideas completamente diferentes, Márquez nos contó que ella siente que en realidad “todas sus películas vuelven a lo mismo”, ya que “siente que repito ciertos tonos temáticos siempre: la idea del patriarcado, cómo nos afecta el sistema. Para abordar estos universos temáticos me sigo sirviendo de la familia, de la causa feminista. Lo que cambia radicalmente es el mundo, los personajes, el entorno”.
¿Cuál es el significado de su nueva película?
El Norte Sobre el Vacío trata sobre Don Rey (Gerardo Trejoluna), un empresario de la tercera edad que tiene un rancho y es un reconocido cazador. A todas luces, él es el dueño y señor de su tierra, pero poco a poco comienza a descubrir que esos días están a punto de llegar a su fin. No sólo porque realmente no tiene a alguien a quién heredarle su legado, ya que sus hijos son una “decepción” a sus ojos y poco les interesa el negocio de su padre, sino porque un grupo criminal amenaza con quitarle su tierra.
“Don Rey es la humanidad y el rancho es el planeta, nuestro propio sistema de accionar nos va a llevar a la ruina” nos comentó Alejandra Márquez.
Y es que para ella, la película intenta hablar sobre lo nocivo del patriarcado y cómo destruye todo a su paso, incluyendo la manera en la que nos relacionamos con la naturaleza: “Al final habla sobre la tierra, la posesión de la tierra, el patriarcado como sistema nos ha impuesto un orden para relacionarnos en el centro de todo y los seres vivos no importan”.
Por eso, a lo largo de la cinta vemos cómo Don Rey se da cuenta que sus decisiones son erradas, que atacar con violencia sólo empeora las cosas y que ya simplemente no tiene ni el mismo poder, ni impone el mismo respeto que antes. Pero en la cinta se cierne también una heroína que nunca esperamos: Rosa, la cuidadora del rancho interpretada por Paloma Petra.
¿Quién tiene derecho a ser valiente y quién no?
Rosa es una chica que, aunque creció con Don Rey y tiene la misma edad que sus hijos, ella está limitada a ser “la mujer de servicio”. Y durante buena parte del metraje permanece al margen y al fondo, sí dando órdenes a los otros trabajadores, pero callada y de pie cuando la familia de Don Rey se reúne para comer y discutir banalidades.
Alejandra Márquez comentó anteriormente que su película es como “un western neoexistencial”, debido a que se centra mucho en la historia de venganza de Don Rey y su búsqueda por proteger su patrimonio. Pero conforme avanza la cinta, nos damos cuenta de que Rosa tiene un arco sumamente similar: fue abusada por uno de los narcos que amenazan con invadir el rancho, ella también busca venganza, también busca proteger la tierra del rancho.
Y como nos contó Alejandra: “también busca reclamar su cuerpo, que también es su territorio”. Sin embargo, su lucha no es tan clara ni tan directa como la de Don Rey y durante mucho tiempo se mantiene oculta y en silencio.
Pero sobre las razones de por qué no hacerla a Rosa la gran protagonista de la historia, Márquez nos comentó que prefirió hacer un experimento en donde ella se mantuviera en las sombras, no sólo porque le parecía algo más real, sino también porque va de acuerdo con otro tema que le interesa mucho tocar en su cine: la compleja relación de una persona marginada con el poder.
Me parecía que no correspondía con la realidad, están tan oprimidas que tienen que ocupar que no son centrales, y el experimento del fondo iba robándose la película. Decía yo: quiero retratar personajes que no necesariamente tienen una relación muy clara con el poder. En las Niñas Bien y Semana Santa tenías personajes de que a pesar de tener una agencia no estaban pudiendo gestionar su relación con el poder.
Alejandra Márquez, Fuera de Foco
“Y es que en el patriarcado, que nos oprime a todes, sí me quería preguntar: ¿quién tiene derecho a ser valiente y quién no? Quería jugar con esas expectativas”.
La conversación con Alejandra Márquez terminó con que su visión del cine tiene varios objetivos: “hacer una reflexión a cómo el sistema nos impone una serie de violencias. En la crianza de nuestros hijos, en las primeras planas de los periódicos, en las historias que nos contamos. Eso es lo que quiero analizar”