Hace una semana, el gobierno estadounidense implementó un nuevo sistema de solicitud de acceso para migrantes venezolanos vía aérea a fin de ordenar la migración; con ello, se aceptará la entrada de 24,000 ciudadanos de Venezuela por avión, pero se expulsará a los que entren de manera irregular por la frontera con México.
Lo anterior ha provocado que los migrantes venezolanos que vienen en caravanas o llegaron por otras vías al país, comiencen a quedarse rezagados aquí.
De acuerdo con datos de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) desde el 12 de octubre que se implementó la nueva medida, han ingresado a México 1,768 venezolanos , mismos que se suman a la comunidad de 140,000 que están en el país.
Un destino incierto
A sus 42 años, Eliecer aprovechó la apertura de las fronteras entre Venezuela y Colombia para salir de su país en busca del “sueño americano”. Sin pareja o hijos, decidió dejar su vida atrás para iniciar un viaje que desde su inicio era incierto.
En Colombia, relató, muchos migrantes tienen la posibilidad de tomar un autobús que los lleve hacia la frontera con Panamá donde, desde su perspectiva, inicia el “terror”.
Varado en terminal de Autobuses del Norte, cuenta que para cruzar la selva panameña llegan a pagar hasta 300 dólares por los servicios de un guía, donde además de sufrir por el clima, deben sobreponerse rápidamente al cansancio y enfrentar el abusos por parte de las autoridades.
“Ahí (en Panamá) todo es un negocio redondo, ahí nos mandan a migración, de ahí salen autobuses, los militares organizan las salidas, cobran 40 dólares y el que no tenga dinero se queda, si no amenazan con meternos a la cárcel 15 días”, narró el venezolano a Expansión Política.
Aún con algunas dificultades, Eliecer logró cruzar Costa Rica, Nicaragua y Honduras, pero al llegar a Guatemala se complicó su avance por los diversos retenes de control migratorio.
“Todos los policías piden dinero, tenemos que pasar los retenes improvisados, nos quitan 50 o 100 quetzales por persona, uno tras otro, uno tras otro”, expresó.