Negociaciones directas entre la Casa Blanca y Miraflores y el alivio de algunas sanciones internacionales por el tema petrolero, el canje de familiares de Nicolás Maduro y Cilia Flores, que cumplían prisión en Estados Unidos por presos políticos estadounidenses y ahora la aprobación de un plan que busca frenar el flujo migratorio de venezolanos hacia el país norteamericano.
Para internacionalistas consultados por Efecto Cocuyo, el gobierno de Joe Biden viene tomando una serie de medidas progresivas que avanzan hacia una «convivencia» con el gobierno de Maduro, aunque no impliquen reconocimiento a la figura como presidente a corto plazo. El viraje de EE. UU. en su política exterior hacia Venezuela, admitieron, es evidente.
El viraje
«Todas esas medidas tienen mucho que ver con cambios de posiciones de forma progresiva de EE. UU. y de otros países de la región con miras a decisiones, cambios importantes, que se van a dar de aquí a diciembre y enero», expresó la politóloga e internacionalista Nastassja Rojas Silva.
No ve en el panorama un reconocimiento inmediato a la administración de Maduro por parte de la Casa Blanca que desde 2019 apoya a Juan Guaidó como presidente encargado de Venezuela, pero sí espera otras decisiones con miras a un «viraje completo» de lo que ha sido la posición hacia Venezuela.
Indicó que tales medidas podrían venir de la mano de una mayor flexibilización de las sanciones y de más negociación directa entre representantes de Biden y de Maduro.
Señaló que no es casual que países como Colombia le pidan a Maduro incorporarse a la Organización de Estados Americanos (OEA) y al sistema interamericano.
«Lo que hemos visto no son acciones aisladas, tiene que ver también con un viraje regional al que pronto se le sumará Brasil y que implica convivir con el gobierno de Maduro», afirmó.
En marzo de este año, sorprendió una reunión en Miraflores con enviados de Biden para tratar el tema petrolero, presos políticos estadounidenses en Venezuela, entre otros, lo cual dio paso al alivio de algunas sanciones económicas para permitir que Chevron, presente en territorio venezolano, pudiera entrar en negociaciones directas con Pdvsa.
Luego, la polémica exclusión del extesorero de la nación y sobrino de Cilia Flores, Erick Malpica Flores, de la lista de sancionados de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (Ofac), del Departamento del Tesoro de EEUU.
Posteriormente, el 1 de octubre, fueron liberados siete estadounidenses que estaban presos en Venezuela – entre ellos cinco directivos de Citgo – a cambio de la excarcelación de dos sobrinos de Cilia Flores, esposa de Maduro, condenados en 2017 por cargos de narcotráfico en EEUU.
Las causas
Rojas Silva, también consultora de derechos humanos, democracia, migración y género, atribuyó los cambios en las políticas hacia Venezuela al fracaso de las estrategias para provocar un cambio político, a partir del reconocimiento al Gobierno interino en 2019 y de la aplicación de sanciones internacionales como mecanismo de presión. Recordó que con Cuba nunca funcionaron.
«Los países han visto, lamentablemente, la migración como un problema, por eso vemos discursos xenofóbicos y argumentos de seguridad interna, más que sobre las causas. Influye también el conflicto Rusia-Ucrania que hacen ver a Venezuela como proveedor a pesar de no ser confiable», agregó.
Pese a declarar el pasado 20 de septiembre que no era «racional» deportar a migrantes venezolanos, cubanos o nicaragüenses porque en su países gobiernan «regímenes totalitarios», el Departamento de Seguridad Nacional de EEUU anunció bajo el título 42 que a partir del 12 de octubre, los migrantes venezolanos que cruzaran ilegalmente al país a través de la frontera con México, serían expulsados.
A la par el gobierno estadounidense puso en marcha un programa según el cual, hasta 24.000 venezolanos pueden solicitar ingreso a EEUU si viajan en avión, previa solicitud de acogida al plan y si logran demostrar que tienen un patrocinante con los medios financieros que esté dispuesto a recibirlo en el país. La medida fue rechazada por ONG de derechos humanos por discriminatoria.
Rojas Silva criticó que el cierre de la frontera con México para los venezolanos se sostenga más en una posición política que en un tema humanitario.
El internacionalista Félix Arellano coincidió en que se trata de un viraje en la posición de EEUU hacia Venezuela, pero hacia un mayor pragmatismo en el que destacó, el tema petrolero-energético tiene el mayor peso.
«El cierre de la cuota rusa al mercado hacen que Irán y Venezuela aparezcan como opciones importantes, aunque Venezuela con grandes recursos pero con una infraestructura muy deteriorada que requiere de grandes inversiones de dinero en un contexto de desconfianza», apuntó.
¿Y el Gobierno interino?
Consultados sobre si las medidas que ha venido tomando EEUU anticipan que no apoyará la continuidad del Gobierno interino que preside Guaidó, cuando se someta a consideración a finales de año, Arellano y Rojas Silva ven como un escenario muy probable que el interinato cese, tanto por falta de apoyo interno como externo.
«No veo a Biden quitándole el apoyo al Gobierno interino, más bien éste se va a diluir por decisiones internas de los partidos, del G4 y eso llevaría a la comunidad internacional a reaccionar en consecuencia de acuerdo con sus intereses», dijo Arellano.
En cuanto a un reconocimiento a Maduro, ve probable que como parte de negociaciones sean las de México o bilaterales, EEUU lo incluya como elemento de presión, de cara a las presidenciales de 2024.
Para Rojas Silva, la «soledad» internacional del interinato va en aumento. Mencionó que en Colombia permanecen representantes de Guaidó, más enfocados en el tema de la migración venezolana, pero que pese a los esfuerzos, no han logrado que el gobierno de Gustavo Petro los reciba.