En Beverly Hills hay una mansión que es mucho más que eso. El que antaño fuera el hogar de Paris Hilton es hoy una de las sedes de Launch House, una incubadora de fundadores de startups y un exclusivo club social con más de 500 miembros procedentes del sector tecnológico, en especial del mundo cripto. Sin embargo, esta sociedad podría tener un lado oscuro.
En un primer momento, Brett Goldstein, Michael Houck y Jacob Peters idearon Launch House como un reality show que vería la luz en 2020 y en el que emprendedores de TikTok e Instagram vivirían un mes juntos en una casa en Tulum, México. Este planteamiento pronto se desechó por uno más interesante: crear un “club social profesional para fundadores, ingenieros e inversores unidos por la creencia central de que el propósito de la vida es construir cosas con tus amigos que hagan del mundo un lugar mejor“, según reza su página web.
Existen varias formas de acceder a esta exclusiva comunidad. Por un lado, se puede pagar por los cursos “sprinters” de 1-2 semanas de duración y, dependiendo de la cuota anual que se pague –1.000 dólares o 3.000 dólares– se tiene acceso a más o menos servicios. Con la suscripción más cara, el miembro es incluido en el canal de Discord de Launch House y puede asistir a los eventos que organiza Launch House. Asimismo, se le permite utilizar las zonas de trabajo de la mansión de Beverly Hills y de la sede de Nueva York.
La otra vía son los diversos programas especiales que el club lanza a lo largo del año. Se trata de residencias de cuatro semanas en las que 12 participantes aprenden habilidades y crean conexiones clave para alcanzar el éxito y la plenitud. Launch House ofrece experiencias adaptadas a cada tipo de miembro tanto en las sedes de Los Ángeles y Nueva York como en el metaverso. Según publica El Español, estas residencias pueden costar entre 4.000 y 5.000 dólares al mes.
Dos años después de su lanzamiento, más de 300 personas han participado en sus cursos o han realizado alguna residencia. Durante este periodo, Launch House también ha cerrado una ronda de serie A de 12 millones de dólares liderada por Andreessen Horowitz, firma de capital riesgo conocida por sus inversiones en Facebook, Twitter y Lyft. Asimismo, ha creado un fondo de inversión de 10 millones de dólares en el que también han participado firmas como a16z, Sequoia e Y Combinator. El principal objetivo de este vehículo financiero es impulsar nuevos proyectos y contribuir en la búsqueda de soluciones a los actuales retos a los que se enfrenta el planeta.
Una secta no tan selectiva
Sin embargo, estos programas podrían no ser lo que aparentan. Según los testimonios de antiguos miembros recopilados por Vox, el proceso de selección consiste en rellenar una breve solicitud, tras la cual se realizan 1-2 entrevistas de no más de 20 minutos en las que el aspirante expone los detalles de su proyecto. Dicho proceso suele durar un día y no incluye ningún tipo de investigación por parte de Launch House. En respuesta a estas acusaciones, los fundadores han asegurado que Michael Houck se encarga personalmente de revisar cada solicitud. Además, se lleva a cabo una “comprobación final” antes de elegir a un nuevo participante.
Otra cosa que llama la atención es el interés de Goldstein por la religión organizada. En concreto, lo que le interesa al fundador son las dinámicas de las sectas religiosas y su aplicación a las redes sociales. Ejemplo de ello es el concurso que organiza Launch House entre los miembros de las residencias para poner en prácticas lo aprendido sobre cómo incrementar su influencia en Twitter. Según las fuentes del medio estadounidense, dicha competición la gana quien más veces haya mencionado al club en sus tuits. Es decir, los participantes se convierten en fervientes embajadores del mismo.
Otro tema preocupante es la inseguridad física, en especial entre las mujeres. Algunas de las entrevistadas han detallado situaciones que incluyen tocamientos no deseados, comentarios ofensivos, una falta total de control de quién entra o sale de la casa, y casos de sumisión química y denuncias de agresiones sexuales. “Honestamente, todo parecía un evento de networking de citas para ellos”, asegura una mujer que participó en una de estas residencias. Por su parte, Launch House ha enviado un comunicado señalando que “tiene una política de tolerancia cero para las insinuaciones sexuales no deseadas”.