Con el trasfondo de la montaña de problemas legales de Donald Trump y la falta de pericia de candidatos conservadores novatos y extremistas, el ala radical del Partido Republicano entró en modo “pánico” a menos de dos meses de las elecciones del próximo 8 de noviembre y colocó otra vez a los inmigrantes indocumentados como chivos expiatorios de los problemas de Estados Unidos.
Los gobernadores republicanos de Florida, Ron DeSantis, y de Texas, Gregg Abbott, fueron los primeros en copiar el libro de jugadas de su mentor Donald Trump para explotar el tema migratorio y elevarlo a un primer plano de atención nacional con el envío de cientos de extranjeros, la mayoría venezolanos, a Martha’s Vineneyard, Massachusetts, Washington DC, Chicago y la ciudad de Nueva York.
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“Los republicanos están desesperados por cambiar la conversación política porque ven que sus prospectos electorales van disminuyendo a medida que nos acercamos a la elección. Está claro que DeSantis y Abbot van a continuar lo que Trump empezó: agitar a su base con el tema de inmigración, engañando y abusando de personas desesperadas sin importarles el sufrimiento humano”, asegura a MILENIO la estratega demócrata Vanessa Cárdenas.
Se trata de la repetición de una estrategia de choque de los republicanos que conoce muy bien una de sus víctimas, Bill Clinton, quien fue blanco de un juicio político en 1998 por parte de la entonces mayoría conservadora en el Capitolio y cuando él era el presidente del país.
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“Los republicanos siempre cierran bien. ¿Por qué? Porque encuentran una nueva forma de aterrorizar a los votantes indecisos sobre algo. Eso es lo que hicieron en 2021 cuando hicieron que la teoría de la raza crítica sonara peor que la viruela”, dijo sarcástico al periodista de CNN, Fareed Zakharía.
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Clinton confía por su parte en que los demócratas pueden “absolutamente” retener ambas cámaras del Congreso, pero tienen que articular un mensaje unificado, con base en los avances contra la pandemia, la creación de empleos y contención de la inflación.
De capa caída
Las encuestas más recientes muestran que la apuesta migratoria de los republicanos no ha catapultado ni los bonos políticos de Abbott y DeSantis, que compiten por su reelección en sus respectivos estados, ni las posibilidades de que los republicanos recuperen la Cámara Baja o el Senado.
Los demócratas se mantienen en la delantera con 46 por ciento de la intención del voto, frente a 44 por ciento para los republicanos, en diversas encuestas.
Peor aún. El primer resultado ha sido la acumulación de problemas legales para DeSantis, quien tiene aspiraciones presidenciales e incluso ha superado a Trump en algunas encuestas.
Si el ex presidente se ve imposibilitado legalmente de buscar la Casa Blanca en 2024, DeSantis es su más probable sustituto.
Pero a raíz de sus vuelos fletados, el gobernador enfrenta una investigación criminal por parte del condado de Baxter, en Texas, por la remoción ilegal de los inmigrantes que se encontraban en ese estado; un bufete jurídico de Boston acusó por separado al ejecutivo estatal de orquestar un “esquema premeditado y fraudulento” al engañar a los inmigrantes venezolanos y un senador demócrata de Florida presentó una demanda adicional para que una corte prohíba a DeSantis gastar más dinero en el transporte de indocumentados.
Abbott y DeSantis le dedicaron, cada uno, un presupuesto de 12 millones de dólares para su circo migratorio.
Paralelamente, los votantes latinos del sur de la Florida están tomando nota de las acciones de De Santis, no sólo la comunidad venezolana, sino los cubanoamericanos, uno de los bloques de votación más anticomunistas y disciplinados en la política estatal y nacional.
Funcionarios latinos electos, líderes comunitarios y otros defensores de la inmigración, se manifestaron esta semana en Doral, Florida , para denunciar a DeSantis y criticar su “flagrante desprecio por la vida humana”.
“Lo que hizo Ron DeSantis fue despreciable. No hay justificación. ¿Cómo vas a engañar y aprovecharte de las personas que buscan asilo político? DeSantis puede haber engañado a estos inmigrantes, pero no nos engañará a nosotros en noviembre. ¡Sacaremos a Ron DeSantis y evitaremos que llegue a la Casa Blanca!”, dijo Andrea Mercado de la organización Florida Rising.
Los migrantes de Venezuela, Cuba y Nicaragua que llegaron en agosto pasado a la frontera representaron un tercio de todos los “encuentros” fronterizos registrados ese mes, de acuerdo con las cifras del Buró de Aduanas y Cumplimiento Migratorio (CBP, por sus sigla en inglés).
El abogado demócrata Rafael Borrás cree que hay sólidas razones para castigar no sólo legal sino políticamente a De Santis y Abbott.
“Es un acto criminal en un año de unas elecciones muy importantes y refleja desesperación pero también nos habla mucho de la base del Partido Republicano que estos gobernadores intentan impresionar y complacer. Si esto no nos hace levantar la voz, salir a protestar, y aún más importante, presentarnos a las urnas electorales, no sé qué otra cosa nos pueda motivar”, declara a MILENIO.
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AMP