CIUDAD DE MÉXICO (proceso.com.mx).-El mundo del ajedrez fue, por muchos años, la fascinación por entender las posiciones. La evaluación de las mismas es probablemente la parte más difícil del juego y en donde se equivocan tanto aficionados como los más connotados maestros. Vamos, si no fuese así no podríamos explicarnos como un jugador de la talla de Kasparov o Carlsen, pueden de pronto perder alguna partida. Y para perder –lo sabemos bien– se necesitan cometer errores y además, que el rival los explote.
Con la llegada de los motores de ajedrez, los “engines”, los módulos, los ajedrecistas empezaron a tener una oportunidad nunca antes disponible en el pasado. Ahora podíamos analizar con poderosos programas las diferentes variantes y así ver quién tenía la ventaja o cuándo un movimiento fue un grave error o quizás una jugada muy brillante. Hoy tenemos accesibles módulos como Stockfish, Houdini, Leela0, Komodo, entre otros, los cuales hacen valoraciones cada vez más precisas. Y aunque en ocasiones los propios módulos fallan en sus evaluaciones de las posiciones, la herramienta en general nos da un panorama bastante certero de qué jugador tuvo la ventaja en un momento dado.
También, hay que decirlo, nacieron los portales de ajedrez, que de ser bastante primitivos, se volvieron estupendos y entonces las partidas de ajedrez “en línea” se volvieron una realidad. Hoy hay portales como Internet Chess Club (ICC), LiChess.org, Chess.com, Chess24.com, entre otros, que permiten a los aficionados y profesionales poder jugar en línea con jugadores de cualquier parte del mundo. Los sistemas llevan la clasificación de las partidas, guarda las mismas en las bibliotecas personales de los registrados en el sistema y además, se pueden tomar clases, leer las noticias actuales, analizar partidas, estudiar variantes específicas e incluso, jugar otras modalidades de ajedrez (con más piezas, con las piezas en la primera fila revueltas – FischerRandom), etcétera.
Cuando inició la pandemia, los torneos presenciales se suspendieron, pero nació un boom: el de los campeonatos en línea. Pronto, jugadores de elite: Carlsen, Aronian, Ling Diren, Caruana, Nakamura, etcétera, comenzaron a jugar torneos de partidas a 10, 15 y 25 minutos, las cuales se transmitían en vivo en los portales de ajedrez. Desde luego, para evitar la ayuda de los módulos en estas partidas, se colocaban cámaras de video en los cuartos en donde los diferentes jugadores participaban. Quizás cuando hay bolsas de premios grandes, más de uno se tentaría de usar un módulo moderno que como bien sabemos, son súper gran maestros.
Pero claramente los jugadores de elite no van a arriesgar su prestigio cometiendo este tipo de trampas. Sin embargo, en otros niveles se ha visto jugadores, como el búlgaro Ivanov, que despachaba a grandes maestros con una facilidad increíble y que llamó la atención de organizadores de torneos y medios especializados. Y a pesar de que las sospechas de que Ivanov usaba un módulo y se comunicaba con él vía un dispositivo en los pies, nunca se pudo demostrar. No obstante esto, las sospechas de los organizadores fueron muy graves e Ivanov tuvo que abandonar las competencias porque todos los ojos estaban sobre él y no parecía razonable que un jugador relativamente mediocre pudiese ganarle a los grandes maestros con demasiada facilidad.
Lo que es curioso es que en el mundo del ajedrez de elite, el Campeón del Mundo, Magnus Carlsen, ha acusado implíctamente al joven gran maestro Hans Niemann, de hacer trampa. Para ello, primero, decidió no jugar una partida del torneo presencial en la Copa Sinquenfield y luego, en una partida en línea, Carlsen se rendiría en la jugada 2 contra el estadounidense, lo que dio a todo tipo de especulaciones. ¿Sería Niemann un tramposo con un sistema de comunicación con un módulo, que fuese indetectable? Si hace trampa, ¿cómo es que la hace?
Carlsen, al momento de escribir esto, no ha dicho nada pero aseguró que el gran maestro Max Dugly, quien entrenó a Niemann, “ha hecho un estupendo trabajo”, pero lo que no sabemos es si el noruego estaba satirizando el tema, pues Dugly fue suspendido de Chess.com (como Niemann), por haber usado módulo en sus partidas en línea. ¿Le habrá enseñado Dugly cómo hacer trampa? o todo esto es ficticio y las acusaciones de Carlsen no tienen asidero.
Magnus Carlsen ha indicado que después de un torneo en línea –que se está jugando– termine, dará algunas declaraciones sobre el tema de Hans Niemann. Mientras tanto todo queda en la especulación. ¿Tendrá el Campeón del Mundo evidencias de las trampas de Niemann? ¿Tendrá un caso fuerte? ¿Podrá demostrar que el estadounidense es un tramposo? ¿Mostrará el truco que hace que –supuestamente– Niemann gane contra los mejores jugadores del planeta?
Habrá que esperar. Lo que parece claro es que el tema está lejos de resolverse. Vamos a ver si Magnus Carlsen da más información que permita discernir la verdad en toda esta “telenovela” ajedrecística.