Según datos del Ministerio de Agricultura, las zonas de mayor producción de plantas aromáticas en Colombia son Antioquia, Valle del Cauca y Cundinamarca. En el territorio nacional se cuenta con una variedad de casi 400 especies; siendo las más comercializadas la albahaca, la hierbabuena, el romero, el orégano y el tomillo. Estas son de fácil cuidado gracias a su adaptabilidad climática y no requieren condiciones de cultivo exigentes.
Javier Leonardo Rodríguez Cabra, ingeniero agrónomo de la Universidad Nacional de Colombia y especialista en gestión y creación de empresas hortofrutícolas , resaltó el potencial de negocio de las plantas aromáticas en el área de obtención de aceites y como un gran ingrediente para exportación en el sector gastronómico.
Está coordinando el proyecto “Obtención de un aceite esencial de romero como alternativa de comercialización en Cundinamarca”, en el cual se trabaja con pequeños agricultores “para que ellos puedan obtener un ingrediente que sirva de insumo en otros productos. La idea es que ellos puedan obtener productos como jabones y shampoos, a base de aceites naturales, y los puedan vender con ese valor agregado”.
Además de las oportunidades de negocio que puede representar este tipo de cultivo, las huertas urbanas de plantas aromáticas son muy populares para el autoconsumo de infusiones. Conozca cómo puede cuidar las aromáticas de su huerta:
¿Cómo cuidar las plantas aromáticas de su huerta casera?
Sobre este tema, el especialista comentó que la mayoría de las plantas aromáticas son rústicas. “No necesitan exceso de agua y no son exigentes en nutrientes. Sin embargo, es fundamental que sean podadas, al menos 2 o 3 veces al año”. La poda es necesaria para la salud de la planta y de las plantas que la rodean, ya que al ocupar tanto espacio las pueden empezar a sombrear, disminuyendo su rendimiento. La planta se debe podar lo más bajo posible, pero sin dejar una rama sin hojas o sin brotes, pues se secará por completo.
El especialista aseguró que suelen ser plantas bastante longevas y duraderas; por ejemplo, comentó el caso de la ruda, la cual es una planta perenne que puede durar casi 20 años. Respecto a la temperatura, asegura que no hay una regla fija y depende de la adaptabilidad térmica de cada especie. En el caso de las huertas urbanas es importante considerar el factor de la luz, pues la mayor parte de aromáticas no sobreviven con menos de 4 horas de luz directa.