Hechos clave:
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Plantean llevar al mundo virtual todo lo que se aplica en las galerías de arte tradicionales.
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Aunque vendan sus obras, los artistas conservan el derecho de autor sobre lo que ofrecen.
Para los artistas que quieren incursionar en el mercado de los tokens no fungibles (NFT, en inglés) y monetizar sus obras, lo primordial es apelar a la conexión con la comunidad en el entorno artístico, además de observar el ecosistema antes de adentrarse en él.
Así lo recomiendan artistas digitales que se congregaron en la primera edición del evento ETHSantiago 2022, celebrado este viernes 23 de septiembre en la capital de Chile.
De acuerdo con Benjamín Grandi, quien se dedica al arte y lo ofrece en plataformas NFT, el mercado de los tokens coleccionables es «mucho más potente» que solo vender obras. «Tiene el carácter de ser una revolución del mercado del arte», sugirió.
En ese sentido, precisó que hay que conectar con la gente y el ambiente que existe en torno a las obras antes de proceder a ofrecerlas. «Nadie llega imponiendo su arte al mercado, prepotentemente. Ese éxito brutal de un día para otro es poco común», aseguró.
Para él, ese principio visto en galerías de arte y el mercado tradicional debe aplicarse en el virtual: «Meterse en Twitter, conocer a la gente, sin mintear (acuñar) ninguna obra, con paciencia, no hay apuro. Está súper temprana esta tecnología», recomendó.
Y recordó que la venta no siempre está asegurada, por lo que priva la persistencia para poder comenzar a obtener ingresos a partir del arte digitalizado.
Grandi coincidió con César Vázquez, también artista digital y desarrollador, quien recomendó a quienes quieren incursionar en el mercado NFT, que primero observen el ecosistema.
«No se necesita poner un peso chileno para observar un mercado, un sistema, y todo el engranaje. Y después si se decide entrar, debe tener en mente que su seguridad es personal», recordó.
«El autor mantiene sus derechos»
Durante el conversatorio se tocó el tema de los derechos de autor de las obras de arte tokenizadas. De acuerdo con Benjamín Grandi, no se venden dichos títulos al ofertar la obra. «Eso tú lo conservas 100%. Siempre el autor mantiene sus derechos», indicó.
En ese sentido, explicó que quien compra un NFT (o una obra digitalizada), solo adquiere un proyecto de ese artista, más allá de la obra concreta digital. «Está el objeto digital, pero al comprarlo estás apostando por mí como artista y agregando valor a la obra (…) Eso el arte NFT lo cumple todavía mejor», acuñó.
Lo que dice Grandi guarda relación con un estudio de Galaxy Digital, que establece que un comprador de un NFT no es el dueño del archivo (u obra) que representa ese token digital, pues son los emisores los únicos que conservan la propiedad de los derechos, como lo reportó CriptoNoticias.
Para César Vázquez, el arte NFT es, además, la representación de la idea del criptoanarquismo. «De crear mercados líquidos para cualquier cosa que se pueda poner en palabras o fotos. Existe esa tecnología, la podemos utilizar, y tenemos que usarla y quererla por eso mismo», señaló.
Así las cosas, los artistas instaron a los demás a que incursionen en el mercado NFT. Esto, tomando en cuenta que existe una comunidad de creadores que se apoyan entre sí. «Hay una ventana importante. Es momento de subirse a esta ola y surfearla con valentía», finalizó Grandi.
Los ponentes, oriundos de Chile, reafirmaron de esta manera que el mercado de NFT ayudó a darle un valor significativo al arte digital. Dicha concepción también la comparte Julián Sileiko, un artista digital de Argentina, quien valora la narrativa de la propiedad digitalizada, como lo reportó CriptoNoticias.