Hechos clave:
-
El gobierno toma medidas con “mala leche”, sin cuidado de la confianza de los ciudadanos.
-
El derecho al ahorro está obstaculizado cada vez por más trabas en Argentina.
Para los argentinos, ahorrar en moneda extranjera es prácticamente una tarea imposible. En una situación que ya genera hartazgo, el Estado parece esforzarse cada vez más —y sin temor al ridículo— por «cuidar» esos tan preciados dólares que sus ciudadanos «quieren arrebatarle a toda costa».
Dejando la ironía de lado, cada medida que anuncia el Estado argentino deja en evidencia su inoperancia y, en algunos casos, hasta su mala fe. Con una mano, el gobierno frena la compra dólares y añade impuestos para compras y servicios en el exterior; con la otra, imprime billetes y hace añicos la moneda con la que te obliga a quedarte.
Comprar dólares es absurdamente difícil en Argentina
Con un peso en constante devaluación, la moneda de Estados Unidos es un tema recurrente en la planificación a largo plazo de cualquier argentino. Sin embargo, cada vez hay más trabas para acceder al mercado oficial a través de los bancos, que alcanzan incluso a quienes compraron bitcoin (BTC) u otras criptomonedas.
La última limitación fue, además de llamativa, casi traicionera. El Estado argentino anunció que quienes solicitaron el subsidio a la tarifa eléctrica y de gas (subsidio que el propio gobierno promocionó repetidamente) no podrán comprar dólares en el mercado oficial.
Aparte de no tener una justificación sensata, esto no se avisó de antemano, por lo que no es más que un golpe por la espalda a los contribuyentes. Además, es una señal de la escasa confianza que inspira el Estado a estas alturas y de lo poco que le interesa esa confianza de los ciudadanos.
Por si no es suficiente, otro ejemplo de ello es la imposibilidad de comprar divisas para quienes accedieron a un préstamo sin intereses otorgado por el Estado. «Sin intereses» es una forma de decir, ya que, al fin y al cabo, el préstamo se paga con el derecho al ahorro en la moneda que cada persona crea más conveniente. Un préstamo carísimo, por ende.
El Estado no pone nada de su parte
Cuando uno exige mucho a otros, correspondería que ponga una cuota de esfuerzo igual o mayor de su parte en pos de un objetivo en común. Esto no aplica para nada en el caso del Estado argentino.
Por un lado, no se ha visto ningún sacrificio de la clase política ante la coyuntura actual, con un Banco Central agudizando estrategias para conseguir reservas en dólares y una deuda internacional que se acumula como una bola de nieve.

A esta exasperante quietud de los políticos se suma una inoperancia manifiesta para cuidar la moneda propia. Preservar el valor del peso sería algo lógico —y moralmente correcto— si se pretende que los argentinos no salgan corriendo a comprar dólares a diestra y siniestra.
Pero no, tampoco se cumple y la inflación crece a pasos agigantados, como bien se ha reportado en CriptoNoticias. En otras palabras, te ata de manos mientras tu salario se evapora el ritmo de la devaluación.
Argentinos «se bancan» injusticias y un control económico desproporcionado
Argentina ocupa el puesto 148 (entre 178 países calificados) en el Índice de libertad económica en 2022. Esto se consigue a base de impuestos repetidos en diversos peldaños de la escala productiva, cepo a la divisa extranjera y otras medidas que, por la forma en que se aplican, ya parecen improvisadas.
Ejemplo de esto último son los crecientes impuestos a las compras en el extranjero, que dan forma así al famoso «dólar tarjeta», uno de los tantos tipos de cambio que existen por estas tierras.
Semejante cantidad de trabas para llevar una vida normal ya producen mucho cansancio. ¿Tanta culpa tenemos quienes habitamos este país como para que nos compliquen así el derecho de preservar el valor del dinero que ganamos trabajando? Está claro que no, y la cuerda ya aprieta demasiado el cuello.
Descargo de responsabilidad: Los puntos de vista y opiniones expresadas en este artículo pertenecen a su autor y no necesariamente reflejan aquellas de CriptoNoticias.