Aquel 8 de marzo del 2019 cuando Mabel Klimt se incorporó a Elzaburu para liderar el área de audiovisual y entretenimiento pocos podrían presagiar que su carrera profesional en este despacho centenario iba a coronarse con su presencia como socia directora de esta entidad. Una firma que este último año ha asesorado a cerca de 150 producciones.
En ese día de su incorporación confluyeron dos elementos, de un lado la onomástica de Antonio Tavira, presidente del despacho y, de otro, el Día de la Mujer Trabajadora.
A partir de ahí se sucedieron los acontecimientos y esta abogada, con una experiencia notable en otros despachos como Santiago Mediano o Andersen, se vio inmersa en el proceso de renovación de esta firma centenaria.
El proceso de sucesión tras el fallecimiento de Tavira en diciembre del 2020 fue largo. Las dos propuestas que se presentaron para liderar Elzaburu se discutieron por los socios del bufete siendo elegida la encabezada por la propia Mabel Klimt. Fue en junio de 2021.
15 meses de cambios
Desde ese mes comparte la dirección de la firma con Ignacio Diez de Rivera, presidente de la entidad. Ambos toman las decisiones más destacadas lo que hace que sea más dinámica la gestión, en un puesto que en principio no tiene fecha de caducidad.
Sobre este primer año al frente de Elzaburu se muestra satisfecha de los logros alcanzados y de la implicación de los más de 150 profesionales que acuden a diario a las oficinas de Torre de Cristal. “Aún hay mucho por hacer. Los cambios se siguen produciendo a nivel interno de cara a mantener nuestra posición de liderazgo dentro del sector”.
Uno de los elementos claves ha sido la apuesta de Elzaburu por su digitalización mayor de la que tenía. “El papel es algo a extinguir, eso nos permite ganar espacio y trabajar de otra manera. De alguna forma hemos vuelto a pensarlo todo otra vez para ganar en eficiencia y mejorar la relación con nuestros clientes”.
“Es importante que la creatividad sea un elemento clave en nuestro trabajo de proveedor global de soluciones para intangibles. Se trata de responder al nuevo entorno legislativo y a las necesidades de nuestros clientes”, destaca.
Desde su punto de vista “el despacho debe estar sometido a un proceso de constante cambio. A largo plazo haremos revisión de procesos, que llevan su tiempo. Siempre en búsqueda de la mejora continua”.
En ese proceso de mejora continua, Klimt deja claro que “nunca vamos a entrar en negocios que se alejen de la gestión integral de intangibles que es lo que nos caracteriza a lo largo de nuestra larga historia como firma. A partir de esa realidad si quieres ser bueno en lo que haces, debe ser capaz de cubrir todo aquello que tenga que ver con los intangibles”.
En este contexto, Klimt señala que “Elzaburu tiene una parte legal clara que nunca va a cambiar. El poder aglutinar en un mismo techo el trabajo de agencia de patentes y marcas con el de bufete es un valor añadido que pocas firmas pueden ofrecer”.
Y añade: «Nuestro negocio tiene muchos alicientes. En la actualidad hay cuestiones de ciberdelincuencia que preocupan a los clientes y que vamos a empezar a abordar, el metaverso y sus implicaciones, las finanzas vinculadas con la gestión de intangibles o cuestiones relacionadas con la innovación”.
Ser digital para Elzaburu es clave para atender a las necesidades de sus clientes. “La mayor parte de ellos son internacionales y hay que buscar la manera de darle respuestas de forma ágil y concreta a sus necesidades. Eso facilita que ciertos procesos se automaticen. No podemos olvidar que para el cliente el tiempo también es dinero”.
Sobre la firma, Klimt tiene claro que tiene un hueco en el mercado que se ha ganado a lo largo de los años. “Estamos en el Foro de las Marcas Renombradas y se nos reconoce por nuestros servicios que es nuestro gran capital. Ahora se trata de revisar nuestra expansión nacional y ver si es viable seguir creciendo”.
Planificación ante todo
En este contexto de recesión que se avecina “las empresas deben tener claro que salir al mercado con cualquier servicio tiene sus riesgos. Es importante plantear de inicio una estrategia sólida de protección para evitar problemas futuros que, a la larga, son más costosos y complejos de gestionar. En este sentido, las estrategias preventivas son clave”.
En situaciones de crisis Klimt no descarta que pueda haber más conflictos. “En ese sentido, nuestros profesionales pueden serles de gran ayuda, tanto a nivel preventivo para evitar problemas, como si éstos problemas surgen, nuestros abogados especialistas en litigios están ahí para buscar una solución, primero en via extrajudicial y luego en los tribunales”.
El despacho participa esta semana en la reunión europea Marques que se celebra en Madrid por vez primera en la historia. Elzaburu es una de las firmas españolas que se integra en la junta directiva de esta organización internacional que agrupa a empresas y firmas legales.
Colaboración con abogados «in house»
En su opinión, las empresas en los últimos años tienen sus estrategias de patentes y marcas definidas “hay compañÍas que cuentan con departamentos específicos de propiedad intelectual e industrial. Nuestra función es adaptarnos a sus necesidades y aportar como uno más del equipo”.
“Es evidente que, en general, que la cultura sobre estos temas ha crecido de forma notable. Nuestro papel también pasa por orientarles sobre los cambios legislativos que se avecinan, para que puedan tomar mejores decisiones”.
Para esta jurista “las empresas se han dado cuenta de la importancia de proteger sus activos intangibles. Otra cuestión es saber realmente cuál es su valor, cuestión que no siempre está clara y en la que podemos jugar un papel decisivo. Es indudable que contar con una marca de prestigio o una patente sólida y con viabilidad productiva puede ayudar en momentos de recesión económica o refinanciación de deudas”.
Klimt no cree que ahora haya más conflictividad que antes “lo que si está claro es que los asuntos son más complejos y se requiere un grupo interdisciplinar de profesionales. Es fundamental el asesoramiento preventivo y la planificación en la gestión de intangibles para reducir la conflictividad.”
La actividad de este año está siendo similar a la del anterior. El 2023 de momento es incierto, considerando los indicadores económicos. No obstante, si que se prevé como un año de muchísima actividad, sobre todo por los cambios normativos tanto en patentes como en marcas, que requerirán flexibilidad y adaptación, tanto por parte de los clientes como de los profesionales.
“Es importante que cada cliente entienda estos cambios legales y como le afectan, de cara a los negocios que lideran. En palabras de Cervantes, “Estar preparado es la mitad de la victoria”, comenta Mabel Klimt.
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