La guerra de Ucrania pone de manifiesto las divisiones en Asia Central y provoca malestar en los antiguos territorios soviéticos
La cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái podría haber supuesto una oportunidad para que Beijing y Moscú defendieran un “orden mundial multipolar”, pero la invasión rusa de Ucrania puede haber sembrado divisiones dentro de la agrupación y alejado a algunos países.
Después de haber visto cómo los tanques rusos entraban en Ucrania, una antigua república soviética, los líderes de Asia Central de los antiguos territorios soviéticos están preocupados por la posibilidad de que Rusia invada también su territorio.
Kazajstán, en particular, se ha negado a seguir la línea de Moscú. Ha enviado ayuda humanitaria a Ucrania, y su presidente, Kassym-Jomart Tokayev, se ha negado públicamente a reconocer las regiones separatistas respaldadas por Rusia en el este de Ucrania, lo que ha enfurecido a algunos funcionarios del Kremlin.
La negativa de China a condenar a Rusia también ha causado malestar entre los países de Asia Central, según los expertos. Ello podría obstaculizar los esfuerzos de China por estrechar lazos con sus vecinos centroasiáticos, un esfuerzo en el que China ha invertido mucho durante dos décadas.
Durante la visita de Estado de Xi Jinping a Kazajstán este miércoles —su primer viaje al extranjero en casi 1.000 días— el líder chino trató de disipar estas preocupaciones.
China siempre apoyará a Kazajistán en el mantenimiento de la independencia nacional, la soberanía y la integridad territorial”, dijo Xi a Tokayev, según los medios estatales chinos.
También complica el panorama India, que ocupa un papel único en la OCS.
Delhi, que al igual que Beijing no ha condenado la invasión rusa, mantiene fuertes vínculos con Moscú que se remontan a la Guerra Fría. Según algunas estimaciones, India obtiene más del 50% de su equipamiento militar de Rusia.
En los últimos meses, India ha aumentado significativamente sus compras de petróleo, carbón y fertilizantes rusos, a pesar de las presiones occidentales para que corte los lazos económicos con el Kremlin tras su agresión en Ucrania.
Pero Delhi también ha visto caer en picado las relaciones con Beijing debido a los conflictos en su frontera, y se ha acercado a Washington y a sus aliados en el Indo-Pacífico. La India es miembro del Diálogo Cuadrilateral de Seguridad junto a Estados Unidos, Japón y Australia, una agrupación que se ha acercado por las amenazas de China.
Se espera que Modi, que llegó a Samarcanda en las primeras horas de este viernes, mantenga reuniones individuales con sus homólogos ruso, uzbeko e iraní, dijo a CNN una fuente del Ministerio de Asuntos Exteriores indio.
Pero según su agenda provisional, Modi no tiene prevista ninguna reunión con Xi. Los dos líderes no se han reunido desde el inicio del conflicto fronterizo entre China e India hace más de dos años.
La semana pasada, Delhi y Pekín iniciaron la retirada de la zona fronteriza de Gogra-Hotsprings, en el Himalaya occidental.
Además de sus disputas territoriales, Delhi también recela de la creciente influencia económica de Beijing sobre sus vecinos más pequeños.
“Desde que Modi llegó al poder, hemos visto que las relaciones (entre India y China) se han deteriorado constantemente”, dijo Manoj Kewalramani, miembro de estudios sobre China en la Institución Takshashila de India.
Pero Kewalramani dijo que la OCS podría proporcionar un “espacio (para India) para relacionarse con China y Rusia”.
“En particular, estar en la mesa mientras China y Rusia están juntas, porque cuanto más se acerque esa relación, más difícil será para India”, dijo.