Juanjo Mánez y Paloma Álvarez son los diseñadores de la firma de ropa exclusiva Malne. Preocupados por el cambio climático y seguros de que se ha producido un cambio de paradigma en cuanto a la moda, la nueva forma de consumirla y de vivirla, presentan el próximo jueves su nueva colección en la pasarela MBFW de Madrid.
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“Este año, hemos planteado el tema del cambio climático, y lo que esto supone para la sociedad, el continuo cambio, las nuevas oportunidades, los nuevos desafíos y lo que ya no es válido”, asegura Paloma.
Y continúa: “Nuestra nueva colección se llama Birth, nacimiento, y tiene que ver con lo que nosotros pensamos que va a ser el nuevo mundo, el nuevo tipo de gente que va a protagonizarlo, los valores que van a ser su referencia. Dicho esto, suena muy ambicioso, parece que vamos a presentar un tratado filosófico, pero sí queremos trasladar cómo ese cambio climático va a afectar a nuestras vidas, y a nuestra manera de vivir”, afirma la diseñadora.
Juanjo Mánez: Sí, en ese cambio, hemos imaginado la belleza del desierto, aunque sea el mayor caos. No hay que olvidar, que nosotros somos una firma de costura premium. Entre otras cosas, por la manera de fabricar las prendas. Lo hacemos todo aquí y eso también es parte de la filosofía de ese otro mundo. Después de la pandemia se ha consolidado que esa va a ser la manera de hacer las cosas, menos ‘made in Taiwan’ y que la gente va a empezar a comprar moda de otra manera, y que va a haber un cambio de paradigma importante en el consumo.
JM: Nuestro primer desfile como marca fue el en Qatar. Fueron las circunstancias las que nos llevaron a ello…
PA: Malne es una firma internacional, atendemos a mujeres de todo tipo, con lo cual en esas circunstancias favorables elegimos salir allí y luego vinimos a España, pero tenemos clientes en Arabia Saudita, en Qatar, en Dubai, en Brasil, en Nueva York, California, Texas… Hay gente que viene al atelier solamente porque quiere algo diferente y algo nuevo.
Los clientes se van haciendo a la marca porque hacemos cosas muy personales, hemos estado muchísimos años trabajando como estilistas y en revistas como Vogue, por ejemplo. Cuando llega una persona, ya sabemos lo que le va a quedar bien, sabemos lo que le va a realzar.
Tenemos mucha intuición sobre la gente. Hay clientas que tenían miedo de que las viéramos y se han ido encantadas. Además, ahora que tendemos a huir de la belleza perfecta, para abrazar la diversidad…
Los dos estamos de acuerdo en esto. Muchas veces llega gente que no se ha sentido nunca bien vestida, que le da miedo ir a la tienda, que siente que no tienen su talla o que la están criticando… ‘Como tu tienes tal…. pues no te va a quedar bien…’
Aquí hacemos todo lo contrario, nuestro mundo se adapta a esa persona y entonces es la profesionalidad de Juanjo y la mía, también la de nuestro atelier, por supuesto, la de Manuel con sus patrones, la de nuestra gente cosiendo las prendas. Todo eso se pone a favor y en dirección a esa persona.
De repente, dicen: ‘¡Me vuelvo a sentir bien conmigo misma. Se motiva. Es que esto es de lo que va realmente nuestro trabajo, no va de vestirte para una boda o para que vayas fina a un sitio, es para realzarte’.
¿Es mejor que una sesión de psicología?
PA: Se trata de verse como uno es, y no con todos los espejos velados que uno tiene sobre cómo debería de ser.
Incluso la mujer más perfecta del mundo se ve un poquito peor de lo que se supoone que debería ser. Y eso es un error. ¿Mejor que una sesión de psicología? Por lo menos, nuestro vestido te va a hacer ver, algo que a lo mejor tú misma no estabas viendo. No hay misterio, es que tú seas tú misma y estés contenta contigo, es la única norma, es eso al final.
¿Cómo es la colección que presentáis el jueves?
Nos ha inspirado mucho el desierto en cuanto a los colores, la luz, la manera en que se mueven las dunas. También nos ha inspirado mucho este siglo XXI y la gente que viene. Estamos viendo otro mundo a través de las personas jóvenes que componen el equipo y que ya tienen naturalizadas una serie de cosas.
Por ejemplo, me acuerdo que cuando hicimos el último desfile, Miquel venía prácticamente vestido de mujer, de chico pero con un montón de cosas que acostumbra a llevar una mujer, un collar, etc. Y Claudia, en cambio, iba con elementos de chico, sin ir disfrazada, con un chaleco, etc. Y es tan natural y es tan de verdad…
Viene esto y tenemos que abrir los ojos, y quizás no envejecer es eso, el abrir los ojos a los cambios y a la evolución. La gente joven trae lo nuevo, y la moda es lo nuevo. Y por eso la moda tiene que ser la vanguardia, en el mejor sentido de la palabra. Coger lo bueno de lo nuevo y avanzar y crecer y descubrirse y ser mejor.
Entonces viene esa inspiración, el desierto y viene no con un sentido apocalíptico, sino con un sentido positivo. Viene un mundo nuevo. El planeta probablemente nos va a dar una advertencia, un tirón de orejas, pero también de los momentos difíciles se aprenden cosas buenas, y esa es la clave.
¿Qué importancia le dais al desfile?
JM: Es muy importante porque realmente es la semana de la moda en España y realmente estar ahí, es estar en los ojos de todo el mundo. Y para nosotros también es en cierto modo, desarrollar una colección.
PA: Nosotros siempre hemos pensado que Mercedes-Benz Fashion Week es la marca internacional de los desfiles. Entonces cuando tú sales fuera a trabajar o a vender los clientes te preguntan: ‘¿esto sale en la pasarela?’ Tienes ese escaparate. Luego te diría que tú puedes, hoy presentar tus colecciones donde quieras, por ejemplo en internet, que también es muy interesante.
Quizás ya por nuestra madurez, el desarrollo que tiene esta empresa, donde quiere vender y donde se encuentra su clienta, no de moda globalizada, pero la clienta si es global, necesitamos estos escaparates.
Si no hubiera MBFW sería una gran pena. Tenemos muy buena relación con las personas que trabajan allí. Pero también es verdad que tenemos que estar por encima del marco. La pasarela es un marco que nos viene bien para vender y que nos viene bien para para estar ahí. Y eso es magnífico. Y también uno tiene que ser artista y a veces tiene que trascender ese marco. Algunos compañeros nuestros ya lo hacen y nosotros lo hemos hecho en alguna ocasión, hacer la presentación en otro sitio porque no le conviene a tu desfile o tienes que entender que lo que tú vas a presentar el sitio adecuado no es ese.
Pero de momento el sitio adecuado es la ‘Mercedes Benz’ y de momento, nosotros estamos muy satisfechos.
¿Y cómo veis el sector de la moda?
Yo creo que la moda española se ha pasado la vida entera haciendo piruetas. Cuando digo moda, que no se confunda con confección y moda. La confección es una cosa y la moda es otra. A la confección no creo que le vaya mal nunca, porque al fin y al cabo siempre va a haber un low cost y siempre va a haber gente que compre esto, pero creemos que el mundo ya no va a caminar hacia ese panorama.
Los creadores, lo que hace el diseñador con su ropa, con su creatividad, con sus horas de desvelo, pensando como quedaría mejor aquí un pliegue, creo que siempre lo hemos tenido muy difícil. Demasiado difícil. En España no hay una cultura de moda como en Inglaterra, en Francia, en Estados Unidos, donde el diseñador está mejor considerado.
Creo que tiene mucho que ver con la cultura de moda que tenemos, que es mucho menor que en otros países. Primero, por que vivimos una dictadura para empezar… , Cuando se llevaba la falda corta, aqui se llevaba larga, imagínate. Llegaba todo más tarde. Y bueno, que ha habido muchas modistas de casa, que por un lado es una buena tradición, pero a la hora de la creatividad, es malo porque se copiaban las revistas de fuera.
Es una gran lástima, porque creo que se ha demostrado ampliamente que hay una creatividad en España enorme.
Cuando vamos a París nos encontramos con compañeros de profesión y decimos cómo es posible que en España no nos hacen caso y salimos fuera, que es lo más difícil, y vienen a buscarnos por lo que están viendo. Y aquí parece que eres un pobrecito que está cosiendo botones.
Recuerdo que en una ocasión, en la que trabajábamos para otro diseñador, montamos la exposición y vino un señor a darnos besos muy emocionado y nos felicitó. Al cabo de un rato, vino el dueño y nos dijo ese viejecito entrañable que os ha saludado es el crítico del New York Times y se acaba de cargar la exposición de Armani que había tenido lugar antes de la nuestra. Esto nos ha pasado siempre.
Suena el timbre en la puerta del estudio. Paloma nos avanza de que “esta es una clienta extranjera que viene cuando puede y entonces de repente, sin tener ni día ni hora, se presenta aquí. Es nuestro día a día”.
Y continúa: “Las boutiques de lujo han ido menos a las ferias. En cambio, la clienta final sí que ha venido a los sitios directamente. Y entonces, se ha producido un incremento de esa clienta muy grande, y un descenso del intermediario pero lo estamos retomando de nuevo”, asegura.
¿Sobre qué patas se asienta vuestro plan de negocio?
PA: El plan de negocio lo pensamos en el año 2008. Trabajamos para firmas españolas que tenían un alcance medio. Yo observé que iba a empezar a perder poder adquisitivo ese target y en cambio empezamos a recibir pedidos Juanjo y yo de cosas muy exclusivas, y de clientas que nos decían: ¡Tengo una fiesta en Las Vegas, quería llevar un diseño de Dior, pero he decidio que no, porque la última vez que fui a la fiesta, había otra persona con el mismo diseño que yo’.
Y ahí es donde se empieza a pensar en un tipo de mujer que ya no es que quiera comprar un pantalón bonito para ir a una celebración familiar, sino que tiene una vida social importante, que necesita un taller de alta costura, con modelos exclusivos. Entonces pensamos en nuestras debilidades y fortalezas. Debilidades, somos una empresa pequeña. ¿Y cuál es mi fortaleza? Que somos una empresa pequeña, en la que te vamos a atender personalmente Juanjo y yo, que estamos aquí para ti.
Eso es un lujo. Toda la experiencia que nosotros tenemos está puesta a tu servicio. Es otro planteamiento, quizás más humano. Está basado en el trato personal. Está basado en la producción responsable también, en lo pequeño y lo próximo, lo cercano, en lo íntimo. No hay nada más íntimo, yo creo que desnudarse delante de un espejo. La gente tiene que sentirse muy bien, y tiene que salir de aquí muy bien.
No hay cinco piezas iguales de Malne en todo el mundo…
PA: No que yo sepa. Nos gusta mucho trabajar con elementos diferenciadores, el trabajo, las formas. Parece una tontería, pero es que esta chaqueta lleva un forro que es un pañuelo, que sólo hay uno o unos botones que hemos encontrado en una mercería antigua, y luego también al trabajar a mano no hay dos prendas iguales. Son únicas.
¿Qué opinión te merece entonces que dos personas famosas coincidan en un evento con el mismo vestido?
Pues que ojalá todos los problemas fueran esos. Últimamente ha pasado, pero yo creo que esas personas que han ido a esos eventos, que eran personajes públicos españoles, es que es que es lo normal que te puede pasar si compras fast fashion.
JM: Nosotros siempre en este sentido sabemos como movernos. Comentamos entre nosotros: ¡A Menganita le ha gustado esto, pero es que es amiga de esta otra… Decimos mira Mar Flores se ha llevabado es,e modelo en color tierra, etc… !Estamos en todos esos detalles, pero necesitamos que la gente cuando viene, confíe en nosotros. Hacemos un poco sesión de coaching.
A veces la gente entra aqui, pensando incluso que no va a poder pagarlo, o que no le va a quedar bien, porque claro, es ropa muy espectacular.
Y apostáis por la combinación de la artesanía, con innovación
Toda la vida hemos trabajado así, y lo que te decía la moda es lo nuevo, la novedad y cómo incorporamos la artesanía a esto. Utilizamos elementos tradicionales y además creo que hay que recuperarlos. Pero sí que hay que tener esa visión de futuro, recuperando cosas que a lo mejor justamente se habían olvidado.
¿Y cómo definiriais vuestro estilo?
PA: Yo diría que nuestro estilo es estar cómodo para empezar. Que te sientas a gusto y que te veas que eres tú misma. Y por otro lado, nosotros creamos con unas claves, con nuestro diccionario. Creamos para personas que no se imponen limitaciones.
El patrón es muy importante, están muy estudiados para que sienten bien y para que se adapten a tu cuerpo. Y luego hay una cosa que para mí es importante que es que la moda es divertida. Yo me acuerdo cuando entré a trabajar con Juanjo, que es la persona que me enseñó todo al respecto de esta profesión, y me dijo que esto.
JM: Nos conocimos en un viaje a Nueva York y gracias al trabajo que había hecho Paloma me decía: ¡yo quiero estar en ese mundo!
PA: Sí porque hay códigos que manejamos muy parecidos y son códigos de glamour, que la moda tiene que servir para pasártelo bien, de estar a gusto, de qué bien me siento…
Es que Juanjo me me dio esa lección, me dijo: ‘Paloma, desde el momento en que esto, no te divierta, es la hora de dejarlo. Y la señora que venga se lo tiene que pasar bien, no tiene que pasar un mal rato, sino todo lo contrario, un buen rato. Es una experiencia’.
Malne es moda en el mejor sentido de la palabra, en el sentido en el que la moda significa cultura humana, que significa el plumaje que nos gusta ponernos los humanos para celebrar. Y es artístico, es arte.
¿Quién hace los bocetos?
JM: Los diseños son de los dos, pero los dibujos son míos. Dibujo desde siempre. De pequeño lo tenía prohibido. Mi padre era militar. Fue el director de la Policía Armada de Franco. Y tuvo un hijo que se dedicaba a hacer bocetos y figurines, pero no pudo conmigo. Yo dibujaba por la noche. Es una cosa que me sale muy intuitiva y muy real también.
PA: En Malne somos dos personas que por determinadas vicisitudes que hemos sufrido en nuestra vida, hemos tenido que sacar nuestra fuerza. A mí me ha pasado como mujer también. El tener esa diatriba entre lo que se espera de mí socialmente y qué es lo que yo quiero hacer.
Vengo de una familia que somos muchos hermanos y en verano todos buscaban un trabajo para tener algún ahorrillos, y yo el que me encontré fue el de modelo. Trabajé y viví en Nueva York. Y a la vez estudié una carrera, historia, pero al volver seguí trabajando en ello.
¿En este mundo de la moda, dónde queda la humanidad?
Me parece muy importante pensar menos en el negocio y más en las personas. Nuestras clientas son muy importantes y nuestro equipo es muy importante. Las relaciones que establecemos entre nosotros son muy importantes. Y me gustaría que el mundo fuera hacía ahí, no para matarnos entre nosotros. Parece que ahora hay que debatirlo todo, y tener una posición como muy en contra de todo, y espero que eso sea un espectáculo del que nos cansemos. Y sobre todo, no juzgar a la gente.
Tendría que ser lo contrario, tendríamos que ser más solidarios, más humildes en el buen sentido de la palabra, no en el sentido de falsa modestia. Y tendríamos que ser mejores personas. Es que al final, eso es lo único que te va a quedar.
Ni el vestido, ni la ropa, ni lo guapa que eras… Llevamos toda la vida viendo gente guapa en el momento más álgido de su belleza. Y Juanjo siempre dice: ‘lo guapo te cae del cielo’.