lunes, 12 de septiembre de 2022
Energía, Ambiental, Life Sciences y Minero son las prácticas que tienen una mayor participación femenina en todas las bandas
Uno de los momentos más esperados en la comunidad jurídica es la publicación de los listados de Chambers and Partners, donde la compañía británica clasifica las firmas y abogados en varias áreas de práctica. A simple vista se evidencia que son más los hombres en los rankings, pero lo confirman los datos recopilados por Upwyse Legal, que muestran que solo tres de cada 10 mencionados en Colombia son mujeres.
Sin duda la cifra es baja, teniendo en cuenta, además, que más de la mitad de estudiantes de derecho son mujeres. Sin embargo, la cifra de 31,89% de participación femenina pone a Colombia por encima de otros países de la región, a pesar de que los datos registraron una variación insignificante frente al análisis realizado el año pasado. Por ejemplo, en México el porcentaje no alcanza a llegar a 10%; en Chile es 13,79%, en Argentina de 16,5%, y en Perú es de 27,5%.
“Este no es un problema del ranking, la inequidad que se muestra es reflejo del mercado. Para aparecer en las bandas hay que ser socio, los demás solo pueden entrar a la categoría de ‘Associate to watch’, entonces, como no hay tantas socias hay menos mujeres rankeadas”, explicó Alejandra Rojas, socia fundadora de Upwyse Legal.
El primer paso para nivelar la cancha, coinciden varias abogadas consultadas, lo deben dar las firmas, que tienen que implementar planes de carrera y estructuras organizacionales para que las mujeres lleguen a ser socias y no se queden en asociadas senior o directoras, más allá de las campañas o iniciativas puntuales de equidad.
“Es clarísimo que todavía no se ha roto el techo de cristal, las organizaciones creen que estableciendo paridad numérica rompen las brechas, pero lo cierto es que tienen que estar en cargos directivos. Además hay que entender que este no es un tema de igualdad, sino de crecimiento económico, una mayor participación de las mujeres en cargos directivos es un buen negocio”, dijo Catalina Hoyos, socia de Goh_GodoyHoyos, quien fue destacada en Banda 1 en Tributario.
Pero el reto no es solo para las firmas, que en todo caso deben adoptar estrategias claras para promocionar a sus abogadas como lo hacen con los hombres.
Para Claudia Barrero, socia de Philippi Prietocarrizosa Ferrero DU & Uría (PPU) y la única mujer rankeada en Banda 1 en la práctica de Mercado de Capitales, también “es importante que los clientes también trabajen en el cierre de la brecha y reconozcan el trabajo de las abogadas. Y no menos importante, las propias abogadas deben seguir trabajando para hacerse cada vez más visibles y aprovechar las oportunidades para buscar el merecido reconocimiento”.
El tema de clientes, en efecto, ha sido un factor de impulso pues, como anotó María Claudia Martínez, socia de DLA Piper Martínez Beltrán, son cada vez más las compañías que exigen, para contratar los servicios, que los equipos que los asesoren estén integrados, al menos parcialmente, por mujeres.
Además de los datos agregados, que sin duda muestran que todavía hay espacio para el crecimiento de la participación femenina, llama la atención la disparidad de las rankeadas por áreas.
Por ejemplo, mientras las mujeres destacadas son mayoría en prácticas como Energía (64,3%), Ambiental (60%), Life Sciences (53,3%), y hay paridad absoluta en Minero (50%), representan menos de 20% en otras, como Competencia (12,5%), Resolución de conflictos y Corporativo (14,7%), o Bancario y Financiero (19,2%).
Aunque no hay evidencia científica que explique esas diferencias, surgen varias teorías al respecto.
Para Rojas, tiene que ver con que las prácticas predominantemente femeninas son aquellas más ligadas al relacionamiento humano, pues tradicionalmente se ha establecido que las mujeres tienen más habilidades interpersonales.
“Son áreas de mucho relacionamiento y conciliación. Por ejemplo, Ambiental tiene esa tendencia porque es un área más conectada al medio ambiente, el bienestar o la salud, mientras otras áreas, como Corporativo, se entienden como netamente transaccionales”, dijo.
En una línea similar, Martínez planteó que las diferencias por prácticas reafirman los sesgos cognitivos que existen frente a las mujeres abogadas. “En las prácticas de sectores históricamente lideradas por hombres, como Financiero, Mercado de capitales o Corporativo, es donde se ven de manera más claras las brechas. En cambio, cuando uno mira áreas como Laboral, Propiedad Intelectual, Energía o Life Sciences, en las que la asesoría versa más sobre la prevención de riesgos y la organización, sin esperar un enfrentamiento, hay mayor participación de mujeres”, anotó.