Las dos monedas criptográficas de mayor relevancia en el mundo de la minería de datos son Bitcoin y Ethereum. La primera, líder de la minería con dispositivos ASIC y la segunda, la más rentable para minar con tarjetas gráficas (GPU). Sin embargo, Ethereum renunciará a ese título muy pronto debido a su cambio de mecanismo de consenso.
En pocos días, entre el 10 y el 20 de septiembre de este año, Ethereum ya no será minable, pues cambiará su algoritmo de consenso de prueba de trabajo (PoW) a prueba de participación (PoS). De allí en adelante, quienes quieran generar ether (ETH) validando transacciones tendrán que acumular esta criptomoneda en un contrato inteligente determinado. A este proceso se le conoce como staking.
La llegada del Merge a Ethereum, a mí en particular, me llena de nostalgia; dado que mi primer contacto con el mundo de las criptomonedas fue por medio de la minería de esta red. Aunque, por cuestiones de convicciones, así como de situaciones, con el tiempo me fui acercando mucho más a Bitcoin.
«No hay mal que por bien no venga»: mi llegada a la minería de Ethereum
Era el año 2017, la situación económica y social en Venezuela eran un completo caos. Mi economía a nivel personal tampoco estaba nada bien. A pesar de ser un profesional con experiencia y un empleo que pagaba «relativamente» bien, la realidad es que apenas teníamos para comer 3 veces al día en casa. Aun así, me siento agradecido y afortunado de haber tenido lo que tuve; ya que, por poco que fuese, era algo envidiable para muchos que tenían menos.
Un día de abril, un amigo cercano me habló de la minería y me dijo que le estaba yendo muy bien con eso. Este amigo, al que llamaremos Víctor para proteger su identidad, me contó que la minería de datos (como él la llamaba) no era legal, pero tampoco ilegal. Simplemente no había un marco legal en el país para ese entonces.
A pesar de no ser una actividad ilegal, había que ser muy discreto sobre la minería. Esto se debe a que se rumoraba de muchos casos de extorsión a mineros por parte de bandas e incluso autoridades, como lo llegó a reportar CriptoNoticias en distintas ocasiones.
Víctor me describió la minería de la siguiente manera: «se trata de poner tu PC al servicio de una red para procesar sus datos y ellos te pagan con criptomonedas por ese servicio». Me llamó la atención que era un ingreso extra que llegaría de forma pasiva; por lo que podría seguir con mi rutina y mi empleo sin problema.
«Mis ahorros, mi dinero…»: la hora de tomar riesgos
Después de endulzarme el oído con lo bonito de la minería, llegó la hora de enfrentarme a una de las preguntas más difíciles para quien está corto de dinero: ¿cuánto cuesta eso?
Rápidamente buscamos precios en Amazon para tener una idea y me dio el presupuesto que incluían todos los componentes estándar de una PC, más dos tarjetas gráficas AMD RX470. Afortunadamente las compramos justo antes que su precio se disparara con la burbuja del 2017. Lo más duro fue que ese rig de minería se llevó todo lo que tenía ahorrado y un poco más, ya que tocó pedir prestado para completar el costo total.
Tan pronto como tuvimos todo en nuestras manos, armamos el rig Víctor, su hermano y yo. Siempre he sido fanático de la tecnología, así que, para mí fue un proceso fascinante. Después de superar las fallas que nunca faltan tras ensamblar una PC, pusimos a minar Ethereum a mi pequeño rig. ¡Estaba emocionadísimo! Tanto, que ahora, mientras rememoro ese momento, me vuelve esa emoción. Esa mezcla de alegría, expectativa, esperanza, tantas cosas…
De allí en adelante me volví un ratón de biblioteca de todo lo que tuviera que ver con minería, blockchain y criptomonedas. Me apasioné tan locamente por este tema, que llegué al punto en el que Víctor me pedía asesorías a mí para reconfigurar su Claymore, un software muy utilizado por los mineros de Ethereum.
La burbuja del 2017, de la mano con la caída de la dificultad de minado en Ethereum en octubre de ese año, me ayudaron a recuperar mi inversión mientras cubría mis necesidades y las de mi familia.
El ocaso prematuro de la minería
A pesar de lo mucho que me gustaba la minería y mi sueño de convertirlo en mi emprendimiento, muchas razones empezaron a sumarse en mi contra. La más grave era la calidad del servicio eléctrico en el país. Había altibajos de corriente varias veces al día, que interrumpían el proceso de minado y tocaba volver a encender todo.
La lista de contras también incluía el servicio de Internet (que era bastante precario y no tenía otra alternativa), el temor a que alguien descubriera que minaba y quisiera hacerme daño a mí o a mi familia, problemas con actualizaciones de Windows y muy poco tiempo disponible para buscar y probar posibles soluciones.
Por si fuera poco, el Gobierno venezolano empezó a intentar regular la minería de criptomonedas en diciembre del 2017. Mi rig ya estaba inactivo, pero ese anuncio tampoco me alentó a esforzarme para seguir intentando hacerlo funcionar. Fue pasando el tiempo y se me hizo imposible volver a la minería.
De etherean a bitcoiner: conserva lo bueno, desecha lo malo
La minería de Ethereum fue una especie de corredor que me trajo hasta CriptoNoticias. Mi experiencia en el periódico me llevó a conocer mucho mejor a Bitcoin, su origen y sus valores. Inevitablemente, me enamoré de ese ideal. La descentralización, la libertad, la lucha contra un sistema autodestructivo en el que está inmersa la humanidad, todo eso que ya estaba en mí, abrazó a Bitcoin.
Con el tiempo, también me di cuenta que Ethereum era muy diferente a Bitcoin. Más allá de lo obvio, como las diferencias a nivel tecnológico, creo que su estructura empresarial y la gran influencia de Vitalik Buterin en el curso que toma la red es lo que más choca con los ideales de descentralización.
No dudo que, si Satoshi Nakamoto revelara su identidad hoy en día, pudiera ejercer la misma influencia (o más) en Bitcoin que Buterin en Ethereum. Seguramente esa fue una de las razones por las que el creador de la madre de las criptomonedas se ha mantenido en el anonimato.
Si bien mi corazón es más bitcoiner que etherean en este momento, le debo a Ethereum estar aquí hoy. El desarrollo y la visibilidad que le ha dado esta red al ecosistema de las criptomonedas ha incidido en su adopción y crecimiento.
Para concluir, debo decir que me alegra haber sido parte de la red de nodos mineros de Ethereum por el tiempo que lo fui. No se equivocó Vitalik cuando afirmó que la minería y PoW eran la mejor manera de empezar con esta red. Por otro lado, aunque no estoy a favor del paso de esta red a PoS, deseo sinceramente que el cambio sea un éxito. Creo profundamente que sería lo mejor para toda la comunidad de usuarios de la tecnología de Bitcoin.
Descargo de responsabilidad: Los puntos de vista y opiniones expresadas en este artículo pertenecen a su autor y no necesariamente reflejan aquellas de CriptoNoticias.