La Comisión Europea ha propuesto introducir un tope a las compras de gas ruso entre las cinco medidas presentadas para responder a los “astronómicos” precios energéticos. La confirmación por parte de Von der Leyen, de un tema que se sabía sobre la mesa para la reunión del viernes, llega justo después de que Putin haya amenazado con cortar el suministro de gas, petróleo y carbón si los europeos fijaban un límite de precios, como ya ha hecho el G7 con el crudo ruso. El líder ruso ha tachado de “tonteria” imponer este tope, ya que según ha asegurado, solo se traduciría en un aumento de los costes.
El órgano europeo también plantea reducir los ingresos de las compañías energéticas o establecer un ahorro obligatorio de electricidad. “Nos estamos enfrentando a una situación extraordinaria porque Rusia no es un proveedor fiable y está manipulando los mercados energéticos”, argumentó Von der Leyen a dos días de que los ministros de Energía de los estados miembro de la UE se reúnan en Bruselas para pactar los siguientes pasos. La jefa del Ejecutivo comunitario, Ursula von der Leyen, ha explicado también en una rueda de prensa que otra de las medidas pasa por ayudar a las compañías energéticas que debido a la volatilidad de los precios del gas se están enfrentando actualmente a problemas de liquidez.
La principal medida será una propuesta para limitar el precio de compra del gas ruso con el objetivo “muy claro” de “reducir los ingresos que (Vladimir) Putin utiliza para financiar su atroz guerra en Ucrania”. Von der Leyen aseguró que este tope al precio del gas podría ser efectivo “muy rápido” y también añadió que la Comisión también está barajando aplicar un límite a los precios del gas natural licuado (LNG) que llega en barco, aunque no es una de las cinco medidas planteadas formalmente a los Estados miembros.
En segundo lugar, Bruselas propondrá a los Veintisiete “un límite sobre los beneficios de los que producen electricidad a bajo coste”, como las renovables, la nuclear o la hidráulica, y que están registrando unos ingresos “inesperados” con los que “nunca contaron, nunca soñaron, que no pueden invertir tan rápido” y que “no reflejan sus costes de producción”.
“Es el momento de que los consumidores se beneficien de estos bajos costes de las fuentes energéticas bajas en carbón, como las renovables. Así que propondremos reconducir esos beneficios inesperados para apoyar a los hogares y empresas vulnerables”, ha justificado. Otra propuesta del Ejecutivo comunitario pasa por introducir una “contribución de solidaridad” sobre las compañías petroleras y gasísticas que también se están anotando “beneficios masivos” en esta crisis para obtener otros ingresos que después sean distribuidos a hogares y empresas. En cuarto lugar, y en línea con el ahorro voluntario del 15% de gas acordado el pasado julio por los países de la UE, Bruselas propone ahora una reducción obligatoria del consumo eléctrico en los picos de demanda.
“Necesitamos una estrategia para aplanar los picos que impulsan el precio de electricidad. Propondremos un objetivo obligatorio para reducir el uso de electricidad en las horas con picos” de demanda, señaló la presidenta del Ejecutivo. El objetivo de la quinta y última iniciativa es ayudar a las compañías energéticas que se están enfrentando a problemas de liquidez derivados de la volatilidad de los mercados, una situación que “amenaza su capacidad de comerciar y la estabilidad de los mercados de futuros”. En esta línea, Bruselas actualizará el marco temporal de ayudas de Estado para que los Estados miembros puedan desplegar “rápidamente” avales públicos en apoyo de estas empresas.
El próximo viernes, los ministros de Energía de los Veintisiete se reunirán en un consejo extraordinario en Bruselas que deberá servir para debatir esta tanda de medidas planteadas por la Comisión y las que puedan proponer los países. El objetivo es disponer de herramientas para abaratar los precios energéticos en “semanas”, a expensas de una reforma de calado del mercado eléctrico que llevará más tiempo. Estas iniciativas se suman a los esfuerzos de la Unión Europea para alejarse aceleradamente del gas ruso, que esencialmente pasan por diversificar proveedores, aumentando las importaciones de Estados Unidos, Noruega, Argelia, Nigeria o Azerbaiyán, reducir el consumo de gas y llenar las reservas -actualmente al 82%- e invertir “masivamente” en fuentes de generación renovable.
En su intervención de este miércoles, Putin también culpo a los compradores europeos de Gazprom de la escalada de precios, de los 300 a los 3.000 euros por cada mil metros cúbicos de gas, ya que habían decidido optar por el mercado al contado en lugar de firmar contratos fijos a largo plazo. “Ellos mismos han creado el problema y ahora no saben qué hacer. Se han arrinconado en un atolladero sancionador”, ha dicho. Putin ha recordado que durante décadas la UE ha contado con una “ventaja competitiva” gracias a los hidrocarburos rusos, puesto que es mucho más rentable que el gas natural licuado de EEUU. Rusia estima que Europa ha dejado de ser un mercado “premium” y asegura que “no tiene problemas” para exportar sus hidrocarburos, porque “la demanda en los mercados mundiales muy alta” y ha puesto como ejemplo a China.