El Gobierno Nacional está construyendo una nueva estrategia frente a Nicaragua en dos temas de enorme trascendencia: la situación interna de derechos humanos de ese país y los casos entre las dos naciones ante Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya.
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Estas, en concepto de una fuente de absoluta credibilidad de la Casa de Nariño, serían las razones por las que Colombia no asistió a una sesión, el pasado 12 de agosto, de la Organización de Estados Americanos (OEA) en la que se condenó la violación de los derechos humanos en Nicaragua.
“Varios líderes del continente están muy preocupados por lograr la liberación de dirigentes de oposición actualmente detenidos”, le dijo la fuente a EL TIEMPO que indagó el por qué de la ausencia de Colombia en esa cita crucial.
“Algunos de ellos consideran que el presidente Gustavo Petro podría interceder con Daniel Ortega para lograr ese propósito”, argumentó.
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Según la Corte Interamericana de Derechos Humanos, en Nicaragua hay 180 presos políticos encarcelados en condiciones inhumanas. Hasta ahora, las peticiones para que Ortega ceda han sido infructuosas.
Eso en el ámbito interno. Pero al gobierno del presidente Petro le interesa también resolver con Nicaragua un asunto de suma importancia para Colombia: la cuestión fronteriza.
En este caso hay dos litigios. El primero, iniciado el 16 de septiembre de 2013, corresponde a la delimitación de la Plataforma Continental Extendida entre Nicaragua y Colombia más allá de las 200 millas náuticas, lo que podría extender más el territorio ya ganado en la disputa con Colombia. Este caso, sin embargo, todavía está pendiente.
Y la segunda demanda, instaurada el 26 de noviembre de 2013, y sobre la cual se pronunció la Corte recientemente, corresponde a las supuestas violaciones de derechos soberanos y espacios marítimos en el mar Caribe.
Nicaragua acusó a Colombia de no respetar e incumplir el fallo emitido en 2012, que decidió que aproximadamente 75.000 km² de espacio marítimo pasarían a ser parte de la Zona Económica Exclusiva (ZEE) de Nicaragua.
El presidente Petro, según la fuente, considera que a esto hay que darle una solución de fondo y que la mejor vía es que exista una relación con Nicaragua. La relaciones entre Managua y Bogotá estaban completamente rotas hasta el 7 de agosto, día de su posesión.
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En palabras sencillas, el presidente decidió aguantar una tormenta y no entrar pegándole a Nicaragua. Y menos a solo cinco días de haber asumido el mando.
La inasistencia, en efecto, le ha costado al Gobierno. La oposición ha criticado la ausencia que, según la respuesta a un derecho de petición de Noticias Caracol, fue tomada por el propio ministro Álvaro Leyva.
De hecho, Noticias Caracol reveló este domingo que el Gobierno ordenó la no participación de Colombia en la sesión de la OEA, y que la decisión “se relaciona con delicados aspectos de política exterior que tienen carácter confidencial”.
Estos son los asuntos que en la mañana de este lunes confirmó EL TIEMPO en la Casa de Nariño.
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