Colombia suspenderá los bombardeos aéreos contra los grupos armados ilegales en medio del conflicto interno para evitar daños colaterales a la población civil, la muerte de menores reclutados forzosamente y como un gesto para avanzar a una paz total, dijo el jueves el ministro de Defensa, Iván Velásquez.
El anuncio supone un cambio en la estrategia militar del país sudamericano para combatir a la guerrilla izquierdista y a otros grupos armados ilegales como las bandas criminales implicadas en el narcotráfico en medio de una confrontación de casi seis décadas que ha dejado al menos 450.000 muertos.
Los bombardeos desde aviones Kfir y Super Tucano permitieron a las Fuerzas Militares propinar en los últimos años los golpes más duros a la desmovilizada guerrilla de las FARC, a las disidencias que rechazaron un acuerdo de paz del 2016, al Ejército de Liberación Nacional y al Clan del Golfo con la muerte de importantes líderes.
“Los bombardeos deben ser suspendidos, vamos a evaluar el momento específico en que como una directriz absoluta se pueda disponer, pero hacia allá es que tendemos”, dijo Velásquez en una conferencia de prensa en la que afirmó que los menores reclutados forzosamente por grupos armados ilegales son víctimas de la violencia.
“Hay que privilegiar siempre la vida sobre la muerte y no se pueden desarrollar operaciones de un lado absolutamente que pongan en peligro la población civil”, aseguró. “Por lo tanto toda acción militar que se desarrolle respecto de miembros de organizaciones armadas ilegales no puede poner en peligro la vida de estas víctimas también de la violencia”.
En los últimos años las Fuerzas Militares enfrentaron críticas de grupos de derechos humanos y de políticos por la muerte en bombardeos de menores de edad reclutados forzosamente.
El presidente de Colombia, Gustavo Petro, quien este mes asumió como el primer presidente de izquierda en la historia del país, anunció ambiciosos programas sociales para combatir el hambre, la pobreza y la desigualdad en el país de 50 millones de habitantes.
El mandatario, un economista de 62 años que en su juventud perteneció a la desmovilizada guerrilla del M-19, también impulsa una política de paz total que busca poner fin al violento conflicto armado a través de una negociación con la guerrilla y el sometimiento de las bandas criminales a cambio de beneficios jurídicos como rebajas de penas.
Velásquez aseguró que la paz no es debilidad del Estado frente a las organizaciones armadas ilegales y que las Fuerzas Militares y la Policía Nacional seguirán cumpliendo con sus obligaciones constitucionales.
“Todo esto de la paz no significa debilidad, la paz no es una rendición del Gobierno, no es una rendición de las Fuerzas Militares, la paz es un proceso de construcción colectiva”, explicó.
El ministro de Defensa también aseguró que se evalúa la posible adquisición de una nueva flota de aviones de combate para remplazar los Kfir de fabricación israelí cuya vida útil está a punto de concluir porque no se puede reducir la capacidad de la Fuerza Aérea.