La medición de calidad de vida en pueblos y ciudades de Argentina es un relevamiento anual que busca indagar sobre un conjunto de indicadores relacionados al bienestar en la vida cotidiana, así como la satisfacción con el lugar donde se habita.
Esta investigación, que se realizó por primera vez en el 2020, consiste en una serie de preguntas realizadas a través de cuestionarios digitales a habitantes de nuestro país.
Los ejes sobre los que se estructura la Medición de Calidad de Vida en Pueblos y Ciudades son Bienestar personal, Satisfacción con la vida en su localidad, el tercero aborda temas como la migración, confianza social, el futuro, Estado y mercado, mientras que el cuarto indaga en la participación comunitaria.
Además, anualmente siempre se agrega algún tema de alta preocupación, en este caso, estrategias frente a la inflación. El objetivo de esta iniciativa es conocer y visibilizar diferentes aspectos de las comunidades de nuestro país. El relevamiento de campo se realizó entre el 13 y el 29 de julio de 2022, en línea a través de la tecnología CAWI (computer assisted web interview, entrevistas web con cámara). La selección de encuestados se realizó en línea a través de redes sociales, por medio de algoritmos aleatorios definidos por las plataformas. La muestra de localidades se diseñó en cuatro estratos no proporcionales, según tamaño de ciudad, estimando 350 casos por estrato. Posteriormente se calibró la muestra según parámetros censales de sexo, edad y tamaño de ciudad.
En total se realizaron 1400 casos efectivos. El margen de error resultante (para P=0,50 y bajo un nivel de confianza del 95%) fue de +/- 2,6%.
El trabajo que realiza anualmente la Fundación Colsecor, contó con el diseño y la metodología de quien firma este artículo. El trabajo de campo fue desarrollado por la Consultora Dicen SRL.
Hallazgos. El informe arrojó nueve grandes hallazgos. Para comenzar, el que está vinculado a la juventud. La encuesta arroja que casi ocho de cada diez jóvenes se quieren ir del país. Los jóvenes son los menos optimistas, son especialmente sensibles a desarrollar sentimientos de pesimismo en un clima social agitado. El optimismo permanece igual, reflejado en la consulta. El 52% del total de los encuestados dice que se iría si tuviera la oportunidad, ese número asciende al 78% entre los más jóvenes.
Además, la mayoría declaró -64%- que disfruta de la vida, pero con una leve caída comparada al 2021. Hay más disfrute en localidades menores. Salir de la gravedad de la pandemia no le pone fin a muchos estados de ánimo, pero el disfrute de la vida es mayoritario en Argentina, aunque mucho más alto en pueblos y ciudades chicas que en grandes ciudades y levemente menor que en el 2021, por lo que se percibe una leve caída del disfrute de la vida.
Con respecto al cansancio pandémico, se detectaron estados individuales menos graves, pero menos vitalidad, especialmente en ciudades grandes. El cansancio pandémico generalizado sigue presente, al decir de la psiquiatra Silvia Bentolila. Se trata de un fenómeno mundial y no es el cansancio común, más allá que la experiencia no es la misma para quienes tienen asegurado un techo y un plato de comida todos los días que para los que no.
Estos últimos padecen una “sumatoria de estreses” por lo que los mecanismos de adaptación al estrés que generan las condiciones de incertidumbre sostenida en el tiempo tienen un alto costo. El organismo genera una respuesta de hiperalerta, aumenta la atención involuntaria -es común exaltarse con cualquier ruido, dificulta la concentración, cuesta dormir y aparece ira y enojo. Y la aparición de otras enfermedades. Es desde ese contexto donde se pueden leer estos datos. Como dato positivo, hay menos percepción de soledad, tristeza y depresión. El 16% dijo en 2022 sentirse deprimido, contra el 26% de 2020, por ejemplo.
Además, se han encontrado diferencias y mientras más chica es la localidad, el sentimiento de felicidad es mayor. En las ciudades de menos de 10 mil habitantes, el 63% dijo sentirse feliz. En las ciudades de hasta 35 mil, esa cifra descendió al 60% y en las ciudades más grandes de más de 100 mil habitantes, sólo el 52% respondió afirmativamente, por caso.
La mitad de los encuestados aseguró despertarse descansado habitualmente.
Hay menos energía y vitalidad, especialmente en las grandes ciudades. La encuesta preguntó “¿Con qué frecuencia se sintió con energía y vitalidad?” y en las ciudades grandes, respondió “Todo el tiempo o la mayor parte de él” sólo el 50%.
Servicios. Con respecto a los servicios básicos que caen en su satisfacción con la vuelta a la presencialidad están relevados la salud, la educación y el transporte. Cuando se comparan los indicadores de servicios educativos, de salud y de transporte, se evidencia una caída significativa en la percepción de satisfacción.
Se percibe una menor satisfacción con la calidad de los servicios de salud en todos los tamaños de localidades con respecto al 2021. Ante la pregunta “¿Qué tan satisfecho/a se siente con la calidad de los servicios de salud (hospital, clínica, salita, etc.) en la localidad donde usted vive?”, respondió afirmativamente el 48% contra el 59% de 2021.
Con la educación, las respuestas de satisfacción fueron 65% afirmativas este año y 76% el año pasado. El transporte pasó de 47% a 42%.
Otro tema sensible es el acceso al crédito. Ante la consulta “¿Y qué tan satisfecho/a se siente con las posibilidades de acceso al crédito en la localidad donde vive?”, este año respondió afirmativamente el 36% contra el 46% del año pasado.
Aunque los dos bajen, se rompe una tendencia histórica en Argentina: el mercado es mejor valorado que el Estado.
El Estado ha sufrido una baja en su valoración muy significativa. Paralelamente la valoración con respecto al mercado permanece igual. Se consultó, “en una escala de del 1 al 10, donde 1 es nada defensor/a del Estado y 10 es muy defensor/a del Estado.
Valores. Pasada la crisis pandémica, el valor de la libertad puntea: supera a la solidaridad y al orden. Esto representa un cambio respecto al 2021 donde la solidaridad era el valor más elegido.
Otro punto notable es la caída en la participación en instituciones. También, aumento en la confianza pública y el compromiso comunitario con vecinos. Un dato que necesita atención es el aumento de confianza que existe entre los ciudadanos, es decir hay un aumento de confianza pública. Según su opinión, “¿si las personas tuvieran la oportunidad de aprovecharse de usted, cree que lo harían?”, se consultó. El 52% respondió que sí, contra el 63% del año pasado.
Sin embargo, si se afirma que hay mayor confianza pública, mayor compromiso comunitaria, podría aseverarse que descendió bruscamente la confianza institucional ya que resalta en este año la desconfianza en el vínculo entre sociedad y su participación en diferentes instituciones. Como dato impactante, se reflejó una caída de la participación en muchas instituciones. Sólo el 10% afirmó haber participado en el último año de algún partido u organización política; el 14% en alguna organización escolar o de padres y el 11% en una ONG u organización sin fines de lucro.
Finanzas. Con respecto a la otra gran preocupación argentina, la inflación, el informe plantea que las grandes estrategias tienen que ver con buscar ofertas y reducir el consumo.
Pensando en el contexto que se está atravesando el país, particularmente en lo económico, este año se le consultó a la sociedad argentina qué tipo de estrategias tenía frente a la inflación.
El 62% dijo buscar ofertas para comprar en el supermercado, usar ferias, etc. El 54% redujo los gastos del consumo asociado a las salidas y compras. El 15% se retrasa en los pagos de impuestos o utiliza el consumo en cuotas. Otro tanto compra dólares y el 13%, bienes para que no se les desvalorice la moneda. El 8% dejó de hacer cosas que les gustaban y otra porción igual compra colectivamente. En una respuesta llamativa, el 11% dice que no les afectó la inflación.
*Director de la Maestría en Comunicación Política (Universidad Austral).
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