En los últimos años se ha fortalecido la migración temporal de personas que vienen de Estados Unidos o Europa a grandes ciudades de México, como la Ciudad de México.
Para estas poblaciones es atractivo venir aquí, porque su moneda es más fuerte que el peso mexicano. Esto influye en cómo se les recibe en México: “generalmente sin discriminación y sin racismo, más bien con los brazos abiertos”, nos explicó el doctor en Ciencia Política Agustín Morales Mena, profesor de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM.
Este trato diferenciado ayuda a definir el racismo y el clasismo que hay en México hacia algunos grupos de migrantes, generalmente personas de Centroamérica. “Es un racismo no generalizado y que tiene un componente importante de clasismo, que afecta la vida cotidiana de las personas migrantes”, dijo.
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Además, el especialista en migración puntualizó que en el país existe un racismo institucional y un racismo social, “parte del profundo racismo que hay en México entre personas mexicanas y el cual está velado o relativamente normalizado”.
También señaló la diferencia entre “la xenofobia que existe hacia algunos grupos y la xenofilia, que es el acercamiento o apertura a ciertas nacionalidades. Porque no se le trata igual a alguien que viene de Estados Unidos o Europa, que a alguien que viene de Centroamérica o el Caribe”.
Para el investigador es importante visibilizar las múltiples formas de discriminación y de racismo que viven las personas migrantes en México. Ya que regularmente sabemos por los medios de comunicación, organizaciones y redes sociales cómo las personas migrantes se enfrentan al acoso, extorsiones, violencia y violaciones de derechos humanos por parte de autoridades en México.
Pero hay otras formas en que se les discrimina a migrantes que no suelen ser denunciadas. Morales Mena nos detalló las contrataciones fraudulentas de que son objeto las y los migrantes en México.
Esto sucede en lugares donde se les paga un salario menor por el mismo trabajo que realizan personas mexicanas. También existen empleos donde no les pagan e incluso reciben amenazas de ser denunciados ante el Instituto Nacional de Migración si se quejan de estas condiciones.
Diferente trato según lugar de procedencia
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Migración, elaborada por investigadores de la UNAM en 2014, la mayor parte de la población entrevistada, 35.4%, opinó que el trato que reciben las personas migrantes en México depende de su lugar de procedencia.
El 31.3% consideró que las personas migrantes son tratadas de forma igualitaria y 30.6% opinó que no siempre se les trata igual, según la encuesta publicada en el capítulo “Miradas a la inmigración en México”, del libro Imaginarios de la migración internacional en México. Una mirada a los que se van y a los que llegan.
La investigación también reveló que la mayoría de la población encuestada, un total de 72.4%, consideró que en México se discrimina a las personas extranjeras. De este total, 6.7% consideró que se les discrimina “mucho”, 36.6% que se les discrimina “algo” y 29% que se les discrimina “poco”. Solo el 24% opinó que en el país no se discrimina a las personas migrantes.
Según el análisis de Agustín Morales, es una discriminación histórica “muy arraigada y que no tiene que ver con partidos políticos o con el gobierno”. Para el especialista, tanto el racismo como la discriminación son “componentes clave de la forma en cómo se tejen las relaciones sociales en el país”.
Morales ha analizado otras prácticas discriminatorias cometidas por autoridades locales en algunos municipios de entidades al sur del país. Estas incluyen las fumigaciones de los lugares, como los parques, donde las personas migrantes viven o duermen para evitar que utilicen estos espacios. Prácticas que se están aplicando a partir de políticas persecutorias en México, nos expuso.
Son acciones discriminatorias “atomizadas” o no generalizadas y eso permite que queden invisibilizadas y al no ser denunciadas quedan impunes, como la gran parte de la violencia y violaciones a sus derechos humanos, precisó Agustín Morales.
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Prejuicios
Por su parte, el doctor Jorge Alejandro Lumbreras Castro, también profesor en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, enfatizó la importancia de que los medios de comunicación traten con responsabilidad los temas sobre racismo y xenofobia.
Considera que estos prejuicios contra la población migrante no son generalizados en México. Por tanto, dijo, sería irresponsable afirmar que “odiamos” a cierto grupo de nacionalidad extranjera.
Y sobre todo porque se trata de construir el concepto de “ciudad ampliada”, donde las limitaciones y molestias que se generan en las comunidades con la presencia masiva de personas migrantes, como la falta al acceso al agua, transporte o vivienda, se solucionen, explicó.
México es una nación pluricultural y diversa que enfrenta resabios de racismo, de exclusión y de prejuicios que tienen que ver con lo étnico, histórico y cultural. En la historia nacional han existido “patologías identitarias” o “síndromes de identidad”, esto significa que así como hay un nacionalismo, también hay un “nacionalismo excluyente”.
“¿Cuáles son esas patologías identitarias? El racismo, la xenofobia y el antisemitismo” explicó Lumbreras Castro. En el caso mexicano, como en otros países, existe un prejuicio antijudío, que es un problema que se debe de enfrentar a través de la educación, la cultura, las artes, la ciencia, con la convivencia y la ley, porque en México está prohibido discriminar, puntualizó el académico.
De igual forma, aclaró, la xenofobia en México es una situación compleja, porque a veces se confunde con el prejuicio, la exclusión e invisibilidad de ciertos grupos, “y no todo cabe en el mismo concepto, son distintos síndromes y cada uno requiere un tratamiento distinto”.
Caravanas migrantes
En los últimos años con los flujos migratorios masivos y las caravanas de migrantes en México, en algunos medios de comunicación y en redes sociales algunas personas se han dirigido “de una manera discriminatoria y en ocasiones de manera xenófoba a nuestros hermanos de América Central, América del Sur, personas de naciones hermanas de África y de Asia que transitan por México”.
Aclaró que se trata de prejuicios contra las caravanas migrantes, “pero no hay una narrativa común, no hay homogeneidad, no hay un movimiento, algo que cause o alimente alguna manifestación xenófoba, un discurso de odio hacia las comunidades de migrantes que pasan por México”.
Esto, recalcó, es muy distinto del odio racial dirigido hacia un grupo específico de personas y que implica prácticas de odio, fue el caso del Ku Klux Klan, en Estados Unidos, o como el caso de odio contra la comunidad China que hubo en el norte de México a principios del siglo pasado.
Por tanto, Jorge Lumbreras descartó que exista un movimiento actual de racismo o xenofobia en México.
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Medidas para combatir el racismo
Agustín Morales considera que combatir la discriminación y el racismo en México es una tarea pendiente, pues “no se han atendido las causas, la reproducción y la normalización que vemos, por ejemplo, en redes sociales, que aunque se diga que sirve para visibilizar, parece que sirve más para reproducir que para contrarrestar” dichos problemas.
También hace falta crear e implementar campañas de sensibilización y de respeto a la diversidad de forma amplia, ya que “el racismo y el clasismo en México son parte de la vida cotidiana”, expuso.
De igual forma, Jorge Lumbreras enfatizó que en México “tenemos que fortalecer la educación para la identidad”, para mantener los principios y valores de la pluralidad y diversidad. Así como leyes sólidas que establezcan penalidades contra quienes violenten los derechos de las demás personas a la lengua, a la manifestación particular de su identidad, ya sea sexual, nacionalidad o cualquier otra.
“La educación es nuestra gran esperanza para poder seguir habitando en un país diverso”, concluyó Jorge Lumbreras.