En el argot festivalero se dice que “la vida es aquello que pasa entre Sonorama y Sonorama”. Y nunca mejor dicho. Han transcurrido más de dos décadas cuando un 25 de julio de 1998 Dr. Explosion, Chucho y Mercromina tocaron en la antigua plaza de toros de ‘La Chata’ de Aranda de Duero (Burgos) ante cuatro gatos pelaos (300 personas tirando por lo alto).
Las entradas costaban mil de las antiguas pesetas en taquilla y setecientas pelas por venta anticipada. “Abrimos las puertas de la plaza porque no entraba nadie. A la gente que pasaba la tuvimos que invitar a vino y cerveza para que se quedase”, recuerda con nostalgia Javier Ajenjo, director del Sonorama Ribera y uno de los fundadores de la asociación cultural Art de Troya, organizadora de tal evento.
Hoy, 25 años después, nada se parece a aquello, salvo el espíritu del festival arandino que sigue siendo el mismo de antaño con una esencia que ha dejado poso todo este tiempo tras haber estado en barrica un cuarto de siglo como los buenos caldos Ribera del Duero. En este proceso de envejecimiento y maduración, la música como el vino, ha conseguido los mejores aromas. Un certamen, Denominación de Origen, que las llamadas generación ‘X’, ‘Millennials’, la ‘Z’ o la ‘Alpha’ han visto nacer y crecer de forma imparable.
Los más viejos del lugar cuentan que la añada de 2022 ha sido una de las mejores que se recuerdan (mejorables algunas cosas como algunas colas de acceso al recinto el primer día o las de recarga de las pulseras, por ejemplo o el cobro de un euro por retirar el saldo restante. Los fallos de sonido y de imagen de las pantallas ya son cosas propias del directo) y también, la cosecha más multitudinaria con récord de asistentes.
Alrededor de 130.000 personas acudieron en peregrinación a esta localidad burgalesa el pasado fin de semana para festejar las bodas de plata del Sonorama Ribera. Una emotiva fiesta de cumpleaños que se prolongó durante seis días y cinco noches, cual celebración gitana. La música a todo volumen sonó desde bien temprano por las calles del pueblo con las sesiones y los vermuts toreros hasta entrada la madrugada en el nuevo recinto de ‘El Picón’, estrenado en 2019.
El Sonorama Ribera sopló las velas de su 25 aniversario. Y lo hizo por todo lo alto. Este gran evento músico-social es como el vino que, con los años, mejora y se supera. Un cartel con guiño especial a los 90, en donde lo mejorcito del panorama musical nacional congregó en tierras arandinas a todos esos grupis que tenían muchas ganas de volver a sentir conciertos al aire libre, cantar a viva voz y bailar hasta el amanecer tras dos años pandémicos. Y así fue. Aranda de Duero volvió a ser la capital del vino, el lechazo y de la música el pasado fin de semana.
Diez escenarios, 250 conciertos y la plaza del Trigo
Este 2022 se han recuperado las tradiciones y la forma en que vivíamos y estábamos acostumbrados al festival arandino hasta la edición de 2019, justo antes de la pandemia. La magia del Sonorama volvió con más fuerza que nunca a orillas del Duero (en 2020 no se celebró por culpa del coronavirus y en 2021 se realizó una edición especial en la que se reinventó con 15.000 personas bailando sentadas y cantando con mascarilla).
Los mejores temazos se dejaron oír por cada esquina y calleja del casco antiguo al otro lado del puente de Aranda. El bullicio, el jolgorio y la alegría se mezclaron de nuevo en la mítica y consagrada plaza del Trigo. Aquella en la que se han vivido momentos únicos e inolvidables y que sirvió como impulso musical a bandas ahora consagradas como Vetusta Morla, IZAL, Shinova, Rufus T. Firefly o Supersubmarina.
Este año los aplausos han señalado a Jack Bisonte, Sienna, Las Ginebras, Arde Bogotá, Chica Sobresalto o Sexy Zebras como el futuro emergente de la música alternativa. El ‘trigal’ volvió a rugir con las actuaciones sorpresas cada día: Nena Daconte, La Habitación Roja, IZAL (como cierre de un círculo) y Xoel López. El artista gallego animó a los valientes que se meten a este rinconcito (que ya se alarga por toda la calle Isilla) a gritar “plaza del Trigo” en vez de “escenario principal”.
Este punto neurálgico de la ciudad se llenó de vida, de gargantas afónicas, de gafas de sol, camisas de flores variopintas (ya vale cualquier cosa), calcetines hasta la rodilla, labios rojos, barbas frondosas y algunos bigotes. También de brilli-brilli, de sudor pegadizo, zapatillas de punta de goma, ‘pistolones’ de agua (ya no son simples pistolas), calderos, sulfatadoras ‘Bricoferr’, neveras de playa de corcho pan, bolsas del ‘Ikea’ con celveza flía y hasta de luces de Navidad.
No faltaron los Katxis con bebida y los de croquetas (a pesar de que el mítico mesón El Cid echó el cierre esta primavera), ni tampoco las gorras verdes retro de la ‘Rural’, los abrazos que significaban reencuentros de chupipandis, los gritos de “escenario principal…” o los carteles ya medio borrosos en los que se podía intuir eso de “temazo”. Pero sobre todo había muchas dosis de buenrollismo y de notas musicales. También estuvieron al pie del cañón los voluntarios de Protección Civil pulverizando agua desde los balcones para refrescar el ambiente en plena tercera, cuarta o quinta ola de calor (ya ni se sabe cuántas llevamos este verano).
Las otras plazas como la de La Sal, la Mayor, el escenario Charco también acogieron los conciertos mañaneros y en una estrenada ‘Pool Party’ en el antiguo recinto (el ferial) hubo agua para divertirse además de música. Todo esto antes de comer un buen lechazo y como aperitivo de lo que vendría por la noche dentro de ‘El Picón’. Además de los almuerzos en las bodegas con morcilla, vino y música en vivo con actuaciones secretas.
La cita con la música en Aranda de Duero empezó el miércoles pasado con la fiesta de bienvenida a todos los sonoritos y sonoritas, sonorámicos y sonorámicas, o sonoramers (como prefieran) con su tradicional pase de disfraces para ir calentando motores a cuatro noches mágicas en la que no faltaron los directos de Ciudad Jara, Álvaro Suite, Arnau Griso, Luis Brea, Olimpia y Santero Y Los Muchachos.
Canciones de ayer y hoy para abrir boca
El Sonorama se reencontró con la gente a lo grande en la primera jornada del festival. Una tarde-noche para el recuerdo ante un variopinto público donde se mezclaron varias generaciones (entre el brilli-brilli y las canas) para disfrutar de un viaje al pasado lleno de cierta nostalgia moderner.
Con un calor de justicia y el sol metiéndose por el horizonte Los Secretos fueron los encargados de subirse al escenario Ribera del Duero para abrir esta edición especial tocando reconocidos temas como ‘Déjame’, ‘Pero a Tu Lado’, ‘Ojos de Gata’ o ‘Por el bulevar de los sueños rotos’. Himnos nacionales de los 90 que fueron dando paso ‘Por la Senda del Tiempo’ hasta llegar a un ’20 de abril’ entonado por una de las bandas instrumentales de rock-folk más legendarias que “nacieron hace ya unos años en Pucela capital…”. Celtas Cortos, con un Cifu reivindicativo (camiseta incluida con la bandera de Ucrania) dedicaron la canción de ‘El Emigrante’ a todos esos refugiados y a los que huyen de las malditas guerras.
Y nos fuimos dejando llevar “una noche más, una noche más…” con ese pegadizo hit titulado ‘Vigilantes del Espejo’ que puso el cierre a la actuación de Triángulo de Amor Bizarro. La banda gallega, con su ensordecedor ruido de guitarras, tiró de repertorio repasando los temas de su último disco como ‘Eres tú’ o ‘Estrellas Místicas’ y el clásico ‘De La Monarquía A La Criptocracia’ y que muchos sonoritos y sonoritas se perdieron al llegar al recinto a la carrera por las colas a la hora de validar la pulsera y meterla pasta para poder consumir dentro.
Uno de los momentos más emotivos del jueves fue la presencia de Jeanette sobre el escenario. Una actuación con mucho valor de esta ‘señora de 70 tacos’ (Viejoven) que cuando triunfaba en esto de la música la mitad de la chavalería que se agolpaba en ‘El Picón’ ni si quiera había nacido y que, ahora, por lo menos ya les suena de algo.
La actuación de la que es quinta de Raphael o el Dúo Dinámico, ambos grandes sensaciones en Sonoramas pasados, no pasó inadvertida. “Otra de las idas de olla del Ajenjo” se escuchaba en los corrillos. “Sí, ¿y qué?”. El público empatizó con la artista de nacionalidad británica y española (hace una semana perdió a su marido) y ella sacó en su voz todo lo que llevaba dentro. Empezó su bolo fuerte, con ‘Porque te vas’ (no apta para corazones rotos) y poco a poco fue encandilando al respetable con sus grandes éxitos más internacionales como ‘Soy Rebelde’,‘El muchacho de los ojos tristes’,‘These Boots Are Made for Wakin’, de Nancy Sinatra o el ‘Look What They’ve Done To my Song’ de Melanie. Después montó su propio karaoke en el escenario al que subieron con ella Alberto (Miss Caffeina), Gabriel de la Rosa (Shinova) y Coque Malla (ex de Los Ronaldos) en una tarde entre la nostalgia y la melancolía mientras muchos aprovechaban para ir a cenar o darse una vuelta por el ‘escenario Comedia’ con mucho level de risas este año.
El rock melódico de Rulo y la Contrabranda llevó al público a su rincón secreto (‘La cabecita rota’) ante la atenta mirada de una superluna que iluminaba todo el recinto. Un viaje por el tiempo por su carrera musical en el que el de Reinosa tiró de la setlist de La Fuga para delirio de los melómanos con ‘Baja por diversión’, ‘Buscando en la basura’, ‘Luna de Miel’ o ‘Paqui Palla’. Emotiva fue la interpretación de ‘Heridas de Rock and Roll’ dedicada a su colega Boni (guitarrista de Barricada) que nos dejó a principios de 2021. El momento donde más gargantas se quedaron afónicas fue con ‘Noviembre’ y ‘Verano del 95’.
La presencia de Rozalén iluminó la primera noche con una actuación llena de alegría y de color. Natural como la vida misma. Tal y como es ella. Con mensajes inspiradores a la sociedad. De esos que calan. De los que te hacen pensar. Y es que, no da puntada sin hilo. La cantautora de Albacete animó a los presentes a hacer la conga más grande para brindar por la amistad con el tema ‘Amiga’ y hasta sacó una pancarta que vio entre el público que rezaba: ‘Stop despoblación Castilla y León’ antes de entonar ‘El día que yo me muera’.
Enérgica y con un vestido de lo más fashion que brillaba con los focos cantó ‘Que no, que no’, con la que ganó el Goya a mejor canción original en ‘La Boda de Rosa’, de Icíar Bollaín. Después llegarían ‘Girasoles’ o ‘Agarrarte a la vida’ para poner el cierre a la fiesta con ‘La puerta violeta’ y ‘El Paso del Tiempo’, su canción bailable más funky con lluvia de confeti y fuego saliendo del escenario.
Acto seguido llegó el momento de Coque Malla. El ex líder de Los Ronaldos también tiró de repertorio con su mítico tema cierra bares ‘No Puedo Vivir Sin Ti’ que enloqueció al personal. Desde Baltimore, Maryland, Future Islands fueron otra de las grandes sorpresas dejando el listón muy alto con un show musical del cuarteto estadounidense con el vocalista gustándose sobre la tarima (de lo poco internacional este año, por no decir casi lo único del cartel).
Con un retraso de media hora en los horarios (que se arrastró hasta el final de la jornada) llegó el turno a Belako que borró de un plumazo todos los recuerdos sentimentales y la nostalgia de la noche nada más que saltaron al otro escenario principal denominado Aranda de Duero. Y esto solo con el primer punteo de Josu y con el vestido blanco de Cris donde estaba escrito en letras negras: “Tú qué miras”.
Estamos ante una de las bandas más sólidas del panorama musical, pero poco valoradas dentro de ese matiz punk que tiene el indie. ¡Escúchenlos porque no se van a arrepentir. Y si es directo, mejor! Vayan y llenen las salas.
A pesar de su juventud derrochan confianza, personalidad y mucho, mucho talento como es el caso de su último álbum: ‘Plastic Drama’. Sus clásicos ‘Sea of Confusion’ o ‘Beautiful World’ emocionaron al público. Es difícil resistirse a la intensidad brutal de los de Munguía. Un concierto que no dio un segundo de tregua. Inconmensurables. Aúpa Lore, Lander, Josu y Cris por tanta caña. Eskerrik Asko (gracias). Así, a secas. En castellano y también en euskera.
We are not DJ’s cerraron el recinto a eso de las cinco de la mañana, casi casi cuando el sol está en la cumbre otra vez, en una primera jornada que todo salió a pedir de boca y que tanto anhelábamos los amantes de la música en directo al aire libre. Al cumpleaños del Sonorama Ribera 2022 aún le quedaban tres largos días más. Por cierto, Explosion, Chucho y Mercromina volvieron a subirse a un escenario para reeditar aquel festival de 1998 con el que empezó todo. Esta vez ya no fueron cuatro gatos, sino 30.000.
‘Shinovazo’ en El Picón con regalo sorpresa de Leiva
Con el mercurio rozando los 38 grados desde bien temprano el calor musical se trasladó del pueblo al recinto en una segunda jornada del festival para el recuerdo. Se preveía algo salvaje. Así fue. El viernes no defraudó a nadie y llegó con un invitado inesperado a la fiesta. Desde por la mañana había mucha expectación por saber qué grupo iba a cortar la tarta de cumpleaños de este Sonorama 2022 en una noche llena de magia con el concierto sorpresa por el 25 aniversario.
Una posible reaparición de Supersubmarina, la irrupción de Vetusta Morla, los Lori (Meyers) o incluso que tocasen los lesbianos (Love Of Lesbian) eran algunas de las apuestas. También el run run situaba sobre el escenario principal a Rigoberta Bandini o incluso volver a ver juntos a El Canto de El Loco con Dani Martín a la cabeza. Al final, ni unos, ni otros…
Las lágrimas de San Lorenzo (más conocidas como Perseidas) hacían algún destello sobre el cielo despejado de Aranda (120 meteoros por hora) cuando se resolvió el misterio. Los primeros acordes de ‘Terriblemente cruel’ le delataron (aunque muchos ya lo sabían desde por la mañana se hicieron los longuis como cuando descubres de niño quienes son los Reyes Magos). Con todos ustedes, José Miguel Conejo Torres, conocido por los amigos como Leiva, se convirtió en el regalazo con el que el Sonorama Ribera 2022 sopló las 25 velas.
El cantante madrileño aprovechó para tocar canciones de su nuevo álbum (‘Cuando te muerdes el labio’) con el que está en plena gira e hizo un viaje retrospecter para quitar la Pereza de muchos con grandes éxitos que lo encumbraron como ‘Estrella polar’, ‘Lady Madrid’ o ‘Como lo tienes tú’.
Leiva tuvo un bonito recuerdo para Supersubmarina, una de las grandes promesas musicales que vio truncada su carrera en un accidente de tráfico el 14 de agosto de 2016 cuando regresaban de tocar. “Imposible pisar este escenario y no acordarse de ellos”, dijo. También dedicó la canción ‘El equibrio es imposible’ a su amigo Iván Ferreiro. Su actuación continuó con ‘Superpoderes, ‘La llamada’, ‘Sincedirio’ y ‘Como si fueras a morir mañana’, entre otros temazos.
Antes, Shinova, uno de los grupos preferidos por la organización del Sonorama Ribera, que les ha visto nacer y crecer, se marcaron un bolo antológico. El ‘Maracanazo’ a su lado se queda corto. Aunque son vascos jugaban en casa y notaron el empuje del público con un Gabriel de la Rosa que se metió al público en el bolsillo demostrando energía y muchas ganas. Magistral. Enorme. Soberbio. Pirámide.
“Solo era (es) necesaria una razón para cambiar el mundo…” y Shinova lo demostró una vez más con un concierto lleno de luz, confeti y fuegos artificiales. No escatimaron ya metidos en gastos. La banda vizcaína subió el libido de los grupis con los temas de ‘La Buena Suerte’, su último álbum, y en el que no faltaron canciones de ‘Cartas de Navegación’ o ‘Volver’. Dos discazos.
Unos ‘Ídolos’ que saben “que los mejores momentos están por llegar”. ‘Te debo una canción’ cerró este bolazo histórico para la banda y el público que será recordado eternamente. “Gracias por tanto… Gracias por ser parte de mí…”, dice la canción. A vosotros.
‘La Pequeña Gran Revolución’ del viernes fueron ellos. La ‘Magia y los efectos especiales’ también la puso Shinova antes de que IZAL se subiera al escenario principal por última vez en un Sonorama, el festival que los catapultó al estrellato. El grupo se retira de los escenarios en octubre y este fue su último concierto en Aranda de Duero (o no, quien sabe porque en el Sonorama todo puede pasar).
IZAL era el plato fuerte del cartel del viernes. Se esperaba mucho y su actuación se quedó en numerosos mensajes de despedida con Mikel hablando más de la cuenta. A pesar de que todas las expectativas estaban puestas en el concierto que iban a ofrecer no fue su mejor actuación sobre los escenarios. Con todos mis respetos a una banda que admiro, parecían ya retirados y que se habían juntado para echar el rato. Siempre hay días mejores.
Sonó “ya ha comenzado la cuenta atrás, se acabará…”para los IZAL. Mikel, Gato, Alejandro, Alberto e Iván han tocado como banda en su último Sonorama. Una ‘Despedida’ descafeinada del festival arandino y que terminará definitivamente el próximo 29 de octubre en Madrid con dos llenazos en el Wizink Center. Sin embargo, al día siguiente (domingo) fueron la sorpresa en la plaza del Trigo y molaron. Lo petaron. Así, sí. ‘Qué bien’.
‘El Pozo’, ‘Asuntos Delicados’ y ‘Copacabana’ fueron tocados del tirón para acabar con ‘El Baile’, ‘Pausa’, ‘Qué Bien’ (donde se bajaron del escenario para tocarla entre el público y darse el último baño de masas) y ‘La Mujer de Verde’. Esta última estuvo dedicada a todos esos hombres y mujeres vestidos de verde que durante la pandemia se dejaron la piel por salvar vidas y por la sanidad pública.
Antes había estado un clásico de la música española y del festival arandino como es Mikel Erentxun. Sus temas más coreados fueron ‘Una calle de París’ y ‘Esos ojos negros’, de su andadura con Duncan Dhu. El cantante, de origen venezolano y afincado en San Sebastián, intercambió colaboraciones con Ángel Stanich en sus respectivas actuaciones.
Emir Kusturica And The No Smoking Orchestra vinieron a Aranda de Duero a pasárselo bien. Dicho y hecho. Los serbios levantaron los cuerpos escombros de los allí presenten y se ganaron los aplausos y el cariño de la gente ante de la hora de la cena, hora española. Un show que entretuvo a la gente con un folk rock alternativo muy pero que muy bailongo con estilo propio y singular.
El fiestón y el baile posterior lo pusieron Dancetería, esa mezcla de Varry Brava y MissCaffeina. Muy verbeneros con rasgos de pop psicodélico que resucita a cualquiera que este reventado (por las horas de la actuación). ElyElla pusieron los confetis a la segunda jornada pinchando temazos del indie, pop y rock nacional e internacional con un fiestón por todo lo alto para los ‘madibulillas’ con ganas de más.
C.Tangana y el viento, protagonistas del tercer día
Con resaca de dos días, la tercera jornada empezó con algo de incertidumbre y malas noticias por lo sucedido en el Medusa Festival de Cullera (Valencia). Las fuertes rachas de viento provocaron un reventón térmico que hizo que parte de las estructuras de los escenarios salieran volando y cayesen sobre los asistentes dejando un joven de 22 años muerto y varios heridos.
En Aranda el día amaneció gris y con mucho bochorno.El aire empezó a soplar con fuerza por la tarde y la organización del Sonorama decidió retrasar una hora la apertura de puertas al recinto y el inicio de los conciertos por la seguridad de los asistentes.
Superada la alarma meteorológica, Sonorama retomó su programación de conciertos con Tu Otra Bonita, Rufus T. Firefl y el indie rock irlandés de Kodaline, que abrieron esta jornada del sábado, aunque todas las miradas estaban puestas en C. Tangana.
Para ir afinando a lo que estaba por llegar, la ‘triunfito’ Amaia dio unos de los mejores conciertos. A la joven cantante navarra no le tembló la voz y parecía que llevaba toda una vida sobre los escenarios con ese chorrazo que saca desde bien adentro y que suena espectacular. La de Pamplona interactuó de manera muy espontánea con el público mientras iba demostrando su talento para cantar y tocar el piano con una puesta en escena sencilla, pero estudiada al detalle. Cantó sus grandes temas como ‘El encuentro’, ‘Quiero pero no’, ‘Yamaguchi’ y las versiones de ‘Fiebre’ de Bad Gyal y ‘Santos Que Yo Te Pinté’ de Los Planetas.
Acto seguido se subió al escenario La M.O.D.A. quienes derrocharon entrega y entusiasmo a raudales. Los siete chavales de Burgos que van con camisetas de tirantes blancas ‘Abanderado’ se sintieron como en casa. La Maravillosa Orquesta del Alcohol ya son profetas en su tierra. Con un directo enérgico el septeto encabezado por la voz de David Ruiz tocó canciones de su último álbum ‘Nuevo Cancionero Burgalés’ como ‘La Molinera’, ‘Un lunes’ o ‘Mañana voy a Burgos’ mezclándolas con temas tan pegadizos como ‘Nómadas’, ‘1932’, ‘Catedrales’ o ‘Quién nos va a salvar’ para convertirse ellos mismos en lo verdaderos ‘Héroes del sábado’. La banda multi instrumental puso patas arriba al público a pesar de que tocar antes que el Tangana no les favorecía para nada.
El rapero madrileño protagonizó el mayor despliegue técnico que jamás se ha visto en un concierto del Sonorama (con pasarela incluida saliendo de escenario) con una producción y puesta en escena a la altura de Hollywood. Antón Álvarez Alfaro, también conocido como Pucho, tiene mucho de músico, pero también tiene dotes de actor. Domina el trap, el pop, el flamenco, el reguetón y se vio que también la interpretación.
Ya sólo quedaba él: el Divo de Madrid. Una actuación que siguieron cerca de 35.000 personas desde ‘El Picón’ en donde no cabía ni un alfiler. 1.000 ateos arriba o abajo menos que son los que fueron a cenar o a otros escenarios del recinto mientras era su momento. Para gustos los colores…
Una película musical (‘Sin cantar ni afinar’) que duro casi hora y media y en donde C. Tangana quiso montar una fiesta siendo él mismo el anfitrión. Empezó el show tomándose un tequila y gritando “¡Viva México, cabrones!” y sus actuaciones se fueron mezclando con juegos de luces, giros de cámara y fuegos artificiales. Sentado junto a él contó con la colaboración especial de Carmona, La Húngara y El Niño de Elche. Un espectáculo audiovisual que es mucho más que un concierto en sí. Es un propio festival dentro de un festival.
‘Me Maten’, ‘Ateo’, ‘Ingobernable’, ‘Tranquilísimo’, ‘Demasiadas mujeres’ o ‘Tú me dejaste de querer’ fueron los temas más coreados de un público que no perdía detalle a lo que estaban viendo sus ojos. También versionó ‘Luces de bohemia’, ‘No estamos locos’, ‘Tú me camelas’,’ Mala, malita, mala’ e incluso hubo sitio en el repertorio para la ‘Campanera’. Todo un esperpento a la altura de Ramón María del Valle-Inclán.
El ‘tanganas’ encandiló al público y se lo cameló entre sorbo y sorbo de champán copa en mano. Una performance en toda regla y nunca antes vista en Aranda de Duero “porque un milagro bajó del cielo. Yo era ateo. Pero ahora creo. Ahora creo…”. Es lo que tiene cumplir 25 años.
Aunque parecía que la gente iba a desfilar para casa tras acabar C. Tangana el público se quedó en shock y expectante por ver lo que depararía el concierto 25 aniversario. Una actuación bajo la batuta de Charlie Bautista, que ya ideó la del 20 cumpleaños, donde se interpretaron temas de las bandas más míticas que han pasado a lo largo de los años por el festival. Un tributo a lo grande a la música independiente española. La idea era muy buena, pero pudo haber estado algo mejor organizada. Popurrí, popurrí…
El público se lo paso en grande ante las ‘buenas vibras’ de los músicos. Una verbena indie en toda regla que parecía improvisada y por la que se vieron sobre el escenario a Mikel Erentxun, Alberto Jímenez, Gabriel de la Rosa, Chica Sobresalto o Xoel López… que cantaron temas de Love of Lesbian, Supersubmarina, Raphael, Vetusta Morla, Dover, Nacho Vegas, Deluxe, Amaral o Lori Meyers. Estos últimos fueron versionados por un Jordi Évole desatado sobre el escenario cantando ‘Emborracharme’ al más puro estilo de ElFollonero como en los viejos tiempos. El concierto acabó con un homenaje a Pau Dones cantando todos juntos ‘Grita,’ de Jarabe de Palo. Muy emotivo.
Tras este orgasmo musical llegó el turno de Ladilla Rusa que tampoco estuvieron ‘solos en casa’ como Macaulay Culkin. Más bien lo contrario, petaron el escenario con ese pop electrónico que tanto les caracteriza y que tiene más de show que de música en sí. Bravísimo por el atrevimiento. La gente sabía que era sábado sabadete y estaba entregada a la causa. Se montó una especie de fiesta rave dentro del ‘festi’. Casi na. Serial Killerz cumplió con las expectativas y el dúo de DJ’s cerraron la jornada para los que aguantaron el tipo porque aún quedaba la última velada de cumpleaños.
Un cierre muy loco con Loquillo
No se quisieron perder la última fiesta bandas como LaFrontera, Fuel Fandango o Dani Fernández. El broche de oro a estos días mágicas fue cosa del puto jefe del rock. Llegó el turno más esperado del domingo con la actuación de Loquillo. El ‘loco’ nunca defrauda. Ni con 61 castañas. Un recital de movimientos, con sus casi dos metros de estatura y su tupé, por todo lo largo y ancho del escenario principal. José María Sanz Beltrán deleitó al público con clásicazos como ‘Cruzando el Paraíso’, ‘Carne para Linda’,‘El rompeolas’, ‘La mataré”, o ‘Cadillac solitario’. Toda una oda al rock más pasionario. Muy grande. Mito y leyenda que tiene ganado el cielo.
Los incondicionales de Dorian disfrutaron con su ‘Tormenta de Arena’ . El público entregado gritó junto a Marc Gili (voz y guitarra) ‘Los amigos que perdí’ y ‘Verte Amanecer’. Con los temas de La Casa Azul se iba poniendo el punto final al festival de 2022 con todo un arsenal de pop y lluvia de confeti. Guille Milkyway y su banda se llevaron la ovación con ‘La fiesta universal’ y ‘La revolución sexual’. Rayden, No te va a gustar y Amatria apagaron las luces del Sonorama Ribera 2022 hasta el año que viene con ‘matraca’ de la buena.
“Nunca habíamos visto así el pueblo en 25 años. Lo mejor ha sido darnos cuenta de que seguimos todos juntos. El impacto mediático y económico del festival para el pueblo de Aranda de Duero ha sido arrasador. Un locura”, valoraba Javier Ajenjo después de cinco intensos días de festival.
Sonorama Ribera se ha consagrado como uno los grandes festivales de nuestro país y es uno de los acontecimientos más esperados del verano. Más de un millar de grupos han pasado por Aranda de Duero en todos estos años. En esta edición unos 250-300 músicos (y los que faltaron) no se quisieron perder esta fiesta de cumpleaños tan especial. Este festival hay que vivirlo alguna vez en la vida. Brindemos por otros 25 años más de buena música en el Sonorama Ribera y por la fundación de la Denominación de Origen Ribera del Duero que también está de celebración (40 años). A por las bodas de oro. ¡Salud! Larga vida para el Sonorama Ribera.
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