El mar Mediterráneo tiene en sus profundidades historias ocultas que nadie se presta en mirarlas. Muchas vidas perdidas en el agua y que desgraciadamente suman diariamente nuevos nombres y un gran listado de personas que tienen lugar de salida en algún puerto y no encuentran el punto de llegada. Absorbidos por el éter, por el inmenso mar quedan allí o en otros puntos sin identificación ni registro alguno. Una infinidad de incógnitas que están pendientes de resolver y que es difícil buscarles el ‘quid’ de la cuestión. De resolver estas densas pesquisas se encargan numerosas personas diariamente con entrega y dedicación absoluta a sacar a flote este tema que resulta muy controvertido y difícil de atajar.
Varios cargos de Cruz Roja Internacional y Cruz Roja Española, así como miembros de Cruz Roja Almería, han participado recientemente en unas jornadas técnicas que dan nombre a un proyecto novedoso y que ya ha sido puesto en marcha de forma experimental en Canarias, llamado Migrantes Desaparecidos. En representación del (CICR) han visitado la provincia el antropólogo forense José Pablo Baraybar, junto con miembros del equipo regional de París como Hana Triki Yamani y Kristy Macdonald.
Este proyecto se puso sobre la mesa en Alicante el pasado mes de junio y Almería lo fue los días 20 y 21 de julio, para continuar en Motril los días siguientes con vistas a extenderlo hacia Murcia, Ceuta y Melilla entre otras autonomías.
A colación, para estas reuniones entre comitivas también se ha podido mostrar la labor humanitaria y el funcionamiento del Centro de Acogida de Emergencia y Derivación (CAED) –abierto desde 2019 en la provincia– y los módulos de la Cruz Roja implantados en el puerto de Almería en enero de 2020.
Estos módulos sustituyen la primera recepción de los migrantes –cuando se les asiste en una primera toma de contacto– al antiguo Centro de Atención Temporal de Extranjeros (CATE).
Los contenedores están divididos en dos plantas y cuentan con servicio de enfermería, recepción, duchas y espacios de entretenimiento enfocados especialmente a niños y familias entre otras áreas. «Esta renovación para la acogida de estas personas es algo que se llevaba esperando mucho tiempo para el bien que merecen estas personas al llegar a tierra», han manifestado a IDEAL algunos miembros de la institución humanitaria.
Este proyecto conlleva un antes y un después para la atención e información sobre la desaparición de personas en las rutas migratorias que se producen en el Atlántico pero sobre todo en el Mediterráneo desde determinados países africanos próximos a la península Ibérica.
Puesta en valor
En esta visita pudieron ver el funcionamiento y organización que tiene el equipo de Cruz Roja Almería ante los frecuentes movimientos migratorios entre otras funciones. «Cruz Roja Almería tiene una organización de base muy fuerte, estoy impresionado con el trabajo de los ERIE y tienen la capacidad de poder gestionar y prepararse para la llegada masiva de migrantes», destacaba Baraybar– y continúa diciendo–. «Los ERIE han acomodado sus procedimientos para facilitar y agilizar la información que junto con otros datos puede ser vitales para superar los obstáculos de desinformación que se tienen con respecto a los desaparecidos o los fallecidos», comentaba Baraybar.
La figura que da nombre a este proyecto, ‘Desaparecidos’, hace que se pongan en valor numerosas hipótesis y el equipo técnico se centra en ir paso a paso minuciosamente para ir reclutando datos y dar una solución concreta a este problema de gran calado. «No es lo mismo la suerte que el paradero de una persona», afirma Baraybar. «La suerte es importante, tiene dos vertientes; vivo o muerto». «En cambio, el paradero sella la suerte; está o no está. Esto ayuda a confirmar cualquier margen de error», explica el antropólogo forense.
Estos sucesos desgraciadamente ocurren a diario en las costas de nuestra provincia y en muchos otros puntos del amplio territorio costero andaluz.
Muchos de los migrantes lo utilizan como el único modo para poder marchar de sus países de origen a causa de los regímenes que hay instaurados, entre otros motivos. Es el inicio de su ruta. Luchar por los sueños que tenemos todos no es fácil para muchos. De hecho, es un arduo y lamentable trayecto el que tienen que afrontar para llegar al otro punto que usualmente tiene su destino en las costas españolas.
La principal labor que quieren conseguir con el proyecto es la de encontrar los cadáveres de los desaparecidos en caso de que hayan fallecido o de saber cuál es su paradero y, también, dar a las familias la información más reciente que se tenga sobre los casos de sus familiares. «Las familias saben sin saber» –y continúa Baraybar– «las familias no son tontas; hay que dejar de pensar en que las personas se conforman con lo que se les diga cuando se trata de una vida y que no se tiene la totalidad de la información», explica contundente Baraybar.
La atención familiar y el cuidado de los allegados de la persona desaparecida son una pieza fundamental que el proyecto quiere cuidar y velar por su estabilidad. «Aquí viene la parte de responsabilidad nuestra cómo movimiento hacia las familias. ¿Esto va a consolar a las familias? No, no es suficiente. ¿La familia pude no creerte? Puede ser. El derecho de las familias es privado», destaca el experto. «Si yo tengo esa información de la cual estoy trabajando y actuando, tengo que saber como transmitirlo a las familias y sobre todo si su familiar ha fallecido», destacaba el médico forense.
No más de 200 kilómetros separan algunas costas argelinas y marroquíes de nuestra provincia. En esos cientos de kilómetros, la vida cambia años luz y hacen lo que sea por escapar de unos sistemas de gobierno alejados de la democracia, distando mucho de una defensa de los derechos propios y reconocibles a todo ser humano.
El precio que deben pagar por tener una nueva vida es, en ocasiones, sacrificarla o estar al límite de perderla. Una lotería que nadie querría que le tocase.