Un total de 641 pueblos de Aragón (casi el 88%) presentan índices de juventud (que mide el número de jóvenes menores de 15 años por cada cien adultos con 65 y más) inferiores a la media regional, que se sitúa en el 62,5%. De esos municipios, 293 (el 40%) cuentan con ratios inferiores al 20%, tan solo 19 (el 2,6%) tienen índices iguales o superiores al 100% y, aún más preocupante, en 57 (el 7,8% del total) es cero: no existe ningún habitante menor de 15 años.
Estos son algunos datos del ‘Índice de juventud’ de 2021 elaborado por el Instituto Aragonés de Estadística (Iaest) -adscrito al Departamento de Economía y Empleo del Gobierno autonómico-, que son el reflejo de una estructura demográfica sujeta a “importantes desequilibrios espaciales” y “muy envejecida” y que anuncia el problema del “alto grado de dependencia” de su población.
Si se va al detalle, de esas 57 localidades con índices de juventud cero 29 están en la provincia de Teruel, 26 en la de Zaragoza y solo dos (Fago y Valle de Bardají) en la de Huesca. Todas ellas son muy pequeñas (la más grande tiene 73 vecinos) e incluso hay 11 que no tienen menores de 30, tal y como explica Alfredo Peris, director del Iaest. “Y está el caso de Los Pintanos en el que no existe ningún habitante que tenga menos de 45. Las pirámides de población de estos municipios dan un poco de pena; revertir la situación es un tema complicado. Es el resultado de muchas décadas y de una concentración en el valle (del Ebro). Si quitamos el área urbana, la provincia de Zaragoza está en una situación equivalente a la de Teruel. Y Huesca tiene una dinámica diferente, con pueblos no muy grandes pero sí bastante más equilibrados”, dice.
En el lado opuesto están Cuarte de Huerva, María de Huerva o La Puebla de Alfindén (en el área metropolitana de Zaragoza) con los índices de juventud más altos de la Comunidad (378%, 323% y 239%, respectivamente), junto con la localidad oscense de Tierz (262). “En Cuarte se ve claramente donde hay elementos de atracción económica o de proximidad a Zaragoza; durante bastante tiempo ha sido el municipio que más ha crecido en España en términos relativos. También se ve en Huesca y en Teruel, un poco menos: estaría dividido entre la capital y la zona del Bajo Aragón, en Alcañiz“, apunta Peris.
Por provincias, Teruel es la que presenta un índice más bajo (un 53,9%), mientras que Huesca y Zaragoza arrojan cifras del 59,4% y 64,6% respectivamente. Y por comarcas, los porcentajes inferiores se registran en Campo de Belchite (19,81), Campo de Daroca (24,26), Sierra de Albarracín (26,54) y Aranda (28,19) y los mayores en Valdejalón (86,72), Ribera Alta del Ebro (71,93), Cinca Medio (69.29) y la Comarca Central (68.46).
No obstante, si se amplia más la lupa y se analizan los mismos datos desde 2003 la percepción cambia. Según señala el director del Instituto Aragonés de Estadística, hace 19 años Aragón estaba “peor”; su índice de juventud se situaba en el 58,8% cuando en España era del 83,1% (ahora es del 71,8%). En 2008 pegó un salto al 66,2 gracias a la inmigración y el máximo lo alcanzó en 2012, con un 69. “Ese año, a nivel nacional el índice era de casi el 86. A partir de entonces empieza a bajar, aunque en España incluso más rápido. En términos medios en los municipios pequeños de Aragón ha ido a peor, pero en las zonas de desarrollo ha ido a mejor. La llegada de extranjeros supuso un verdadero impulso a tener gente más joven; eso ha sido muy positivo. La inmigración le ha sentado bien a Aragón en el sentido de que podíamos estar mucho peor”, afirma.
45,1 años de media en la región
En cuanto a la edad media, en la Comunidad es de 45,1 años (en 2021) y en España, 43,8. Con el pasado de los años, la población aragonesa ha ido envejeciendo en términos medios, ya que en 2003 era de 43. Sin embargo, en términos relativos lo ha hecho en menor porcentaje que la media nacional. “El porcentaje de población de 65 años y más que había en Aragón en 2003 era del 21,3% y en España, del 17%. En 2021 es del 21,8% y a nivel nacional, del 19,6%; es decir, hay zonas de España que están envejeciendo más que nosotros. En la Comunidad sí que hay buenas señales de cierto rejuvenecimiento pero si lo ves desde el punto de vista territorial; municipal ya no es tanto”, informa.
Mientras, el porcentaje de población menor de 15 años también refleja una evolución positiva con el devenir de los años. En 2003 en Aragón era del 12,5% y en España, del 14,1%. Ahora, la Comunidad tiene el 13,7% de toda la población por debajo de esa edad (1,2 puntos más) y a nivel nacional se mantiene en un 14,1%. “En conjunto parece ser que el motor de Zaragoza, Huesca y la parte de Teruel capital y el Bajo Aragón ha tenido en ese tiempo un cierto grado de rejuvenecimiento. Pero hay que tener en cuenta que en estos dos últimos años se ha perdido bastante población mayor por la pandemia“, asegura.
Por su parte, Javier Allué, comisionado del Gobierno de Aragón para la lucha contra la despoblación, advierte de que cualquier referencia a la hora de tratar el tema ha de hacerse sin olvidar la realidad territorial, municipal (731 pueblos) y de asentamientos (1.553) de la Comunidad. “Respecto a la serie histórica, Aragón está frenando la sangría demográfica desde 2015; no así regiones como Castilla y León o Galicia. En 2018-2019 está arrojando datos positivos en las tres provincias. Huesca, especialmente, que lleva cuatro años continuos de crecimiento poblacional y Teruel ha frenado la sangría (llevaba 10 años seguidos perdiendo población en cifras de cuatro dígitos y ahora lleva dos incluso arrojando cifras positivas en global en lo que es el conjunto de la provincia)”, explica. Asimismo, informa de que en 2021 Huesca y Teruel han sido las dos provincias españolas con mejores datos en natalidad porcentualmente hablando. “Y Zaragoza estaba tercera o cuarta, con lo cual la Comunidad está bien situada”, añade.
“Respecto a la serie histórica, Aragón está frenando la sangría demográfica desde 2015. Especialmente Huesca, que lleva cuatro años continuos de crecimiento poblacional. Y Teruel lleva dos arrojando incluso cifras positivas”
Allué señala que son datos “muy importantes” que animan a seguir trabajando. “Es posible que la pandemia haya afectado, pero creo que es sobre todo a que la despoblación está cada vez más en la agenda pública y en la de las administraciones. Cada vez se hacen políticas de mayor consolidación de los servicios básicos también en el medio rural. Las inversiones que realiza el Ejecutivo aragonés en el medio rural son de una dimensión estratosférica. Eso promueve mayor dinamismo y en consecuencia ayuda a la población e incluso a atraer nuevos pobladores”, apunta el comisionado para la lucha contra la despoblación, que hace hincapié en que las mejores políticas son aquellas que generen fijación de empleo. “Es decir, dinamización, emprendimiento y apuesta por sectores estratégicos que crean riqueza. Y Aragón está destacando por apostar por ese tipo de sectores, encabezado por el agroalimentario, turístico, energético, la logística… En este caso, creo que estamos dando pasos muy importantes para consolidar población”.
Además, destaca la ley de dinamización del medio rural, que incorpora una fiscalidad diferenciada para el medio rural. “Empezando por los asentamientos que más lo necesitan. Ahora está en fase de ponencia en las Cortes y espero que la podamos aprobar antes de fin de año”, comenta Allué, que sostiene que el imán de las grandes ciudades va a existir siempre. “Esto es la vida misma. Lo que tenemos que intentar es que allí donde hay gente que desea vivir, tenga una accesibilidad de servicios clara”, concluye.
Alcalde de Jabaloyas: “Aposté por el pueblo para sacarlo adelante. Tenemos proyectos de turismo activo para que esto no se muera”
Su familia emigró en su momento a Barcelona porque no había trabajo en el pueblo y él ha hecho el camino inverso: volver a su añorado Jabaloyas (en la sierra turolense de Albarracín). “Desde que nací lo llevo en la sangre. Cuando voy a la Ciudad Condal con dos días que esté allí ya quiero volver. Aquí se está tranquilo y con una calidad de vida envidiable. Decidí que tenía que estar aquí y como veía que estos pueblos de la España vaciada están ahora en auge, quería aportar mi granito de arena para ver si lo podemos sacar adelante”, comenta Óscar Castillo, alcalde del municipio desde 2020.
Jabaloyas es una de las 57 localidades aragonesas que no tienen menores de 15 años censados. Aunque en el censo figuran 70 habitantes, solo viven todo el año entre 15-20 vecinos. “La gente se empadrona pero mucha vive en Teruel (capital), Zaragoza, Valencia… Proceden de la zona o tienen una casa aquí y nos dan el apoyo. Cuanta más gente empadronada más dinero nos da la Diputación”, comenta el regidor, quien subraya que la mayor dificultad a la que se enfrentan es que no tienen infraestructuras para que la gente se instale, puedan trabajar ahí y ‘reabrir la escuela’. “Nos tienen un poco abandonados. Si la administración está por la labor de ayudar a la España vaciada, entiendo que tendría que echar una mano. Yo lo intento y estoy en ello”, añade.
“Si la administración está por la labor de ayudar a la España vaciada, entiendo que tendría que echar una mano. Yo lo intento y estoy en ello”
Ese ‘estar en ello’ pasa por diferentes proyectos, todos ellos relacionados con el turismo activo: la construcción de un camping (les falta la autorización del Inaga) y de un albergue, la puesta en marcha de una vía ferrata o Cabaltur (de rutas ecuestres impulsado desde la comarca). “El camping es el estrella; es el resurgir de Jabaloyas porque habría bastantes puestos de trabajo. Además, estamos esperando que salga la subvención para montar un ‘coworking’ y hemos conseguido que nos vayan a poner el 5G. Planes no me faltan, pero como la administración va muy lenta y soy muy ansias, ahí estamos”, dice.
Castillo recuerda que todos ellos están abiertos y lo que falta es que se los concedan. “He apostado por el pueblo para sacarlo adelante, no para ser un alcalde más. Tenemos que hacer proyectos de turismo activo para que esto no se muera”, indica con convencimiento.
Alcaldesa de Villanueva de Jiloca: “Tenemos casas rehabilitadas. Ahora necesitamos que vengan familias a ocuparlas; a ser posible con hijos”
“El no tener niños conlleva el que tarde o temprano el pueblo termina por morir”. Es la reflexión que hace Basilia Torres, alcaldesa Villanueva de Jiloca, perteneciente a la comarca de Campo de Daroca y que cuenta con un censo de 63 habitantes (la mayoría residentes durante todo el año). En su caso tampoco tienen vecinos menores de 15 años, pero eso pronto cambiará ya que una familia llegada recientemente al municipio espera su primer bebé. “El otro día cuando me lo dijeron fue toda una alegría. Y otra tiene un hijo de 20 años”, detalla.
Desde que hace tres años ocupara la Alcaldía, todos sus esfuerzos van encaminados a intentar recuperar población. “Tú me dirás lo que hacemos con 63 vecinos; piensa que recibimos (subvenciones) por habitante y año. Aún así estamos haciendo milagros. Me refiero a la hora de ayudas, de poder transformarlas en obras, en servicios, mantener médicos, farmacia…. En los tres últimos años nuestro pueblo ha triplicado las inversiones y recuperado el 60% del censo electoral. Pero eso conlleva un gran esfuerzo por parte de la alcaldesa y del equipo que llevas detrás”, reconoce.
Con el fin de lograr ese objetivo, han adquirido vivienda para después alquilarla a precios sociables. “Hemos tenido que empezar por esos puntos. Ya tenemos casas rehabilitadas. Ahora necesitamos que vengan familias a ocuparlas; a ser posible con hijos”, apunta la primera edil de Villanueva de Jiloca, quien advierte de que habría que evitar por todos los medios que las escuelas de los pueblos se cerraran. “En el momento en que la escuela se cierra, el pueblo empieza a morir. Es muy difícil volver a remontar porque todos los jóvenes que se trasladan a vivir a la capital normalmente sus parejas suelen ser gente de fuera. Viene si todavía quedan padres y abuelos y por las fiestas, pero es muy complicado que ya vuelvan a tener un lugar en el pueblo”, sostiene.
“En el momento en que la escuela se cierra, el pueblo empieza a morir. Es muy difícil volver a remontar”
Entre los proyectos más inmediatos, Torres resalta la apertura de una tienda multiservicios (pendiente de sacar a concurso público) y la construcción de unas piscinas municipales (prevé que estén en funcionamiento el próximo año). “Se invierte en piscinas con la idea de atraer todo el turismo rural posible. Ese es el futuro: es de donde nos van a venir los ingresos y la gente. Por eso intento que se reactive al máximo posible la vía verde. El parque Arnau de Villanova lo tenemos a escasos 50 metros del río Jicola al paso de la vía verde. La tenemos que explotar al máximo; tenemos unos caminos fantásticos para poder ir con motos, caballos…”, informa en lo que es todo un reclamo para visitar su pueblo.