Aunque parezca ciencia ficción, no lo es: es ciencia; por primera vez en la historia de la humanidad, el Homo Sapiens está en condiciones de alterar deliberadamente el rumbo de su propia especie y convertirse en el último sapiens. Es la gran afirmación que luce en la contraportada de ‘El último sapiens’, un título avalado científicamente por el profesor Pedro Guillén y el doctor Juan Carlos Izpisúa con la firma de José Antonio Ruiz (Archena, 1964).
Doctor en Periodismo y licenciado en Artes Escénicas. Ruiz cuenta con una carrera profesional con inicios en Antena 3 Radio, jefe de informativos en la Cadena Ser, experiencia en el Servicio Mundial de Noticias de la BBC (Londes) y en Radio Francia Internacional (París), y director de comunicación de varias compañías. En la actualidad, compagina la docencia en la Facultad de Comunicación y Artes de la Universidad de Nebrija con su trabajo como asesor político en la Comunidad de Madrid.
Recibe a ABC en su despacho personal para conversar detenidamente sobre la manipulación genética y el futuro de nuestra propia especie.
—¿Cómo fue la idea de empezar con ‘El último sapiens’? ¿Qué supone para un periodista escribir un ensayo científico’?
—Siempre me ha interesado todo lo relacionado con la ciencia. Uno de mis primeros acercamientos en la materia fue el día que Iñaki Gabilondo entrevistó a Juan Carlos Izpisúa en el programa de entrevistas ‘Cuando ya no esté. El mundo dentro de 25 años’, en el año 2017. Una de las preguntas que Gabilondo le formula es «¿Qué sensación tiene cuando cruza el umbral del laboratorio?» y fue algo que desde ese día me impresionó mucho.
Asumo que puedo ser un ‘outsider’ de compañeros que llevan años comunicando desde el periodismo científico. Yo no lo soy, soy un simple periodista que únicamente estoy muy interesado en los pros y contras de la manipulación genética de embriones humanos.
En el libro hablo de poner encima de la mesa la necesidad inaplazable de un debate, para que las autoridades legislen sobre el asunto y desde un punto legal decidan lo que se puede o no hacer. He tratado de hacer un gran esfuerzo para realizar un ensayo de divulgación científica y evitar la pseudociencia. He guardado cautela y realizado las especulaciones en forma de preguntas y que sean los especialistas quienes tengan que responderlas.
Por otra parte, la intención no ha sido de hacer un libro divertido, pero los periodistas tenemos que comunicar de forma entretenida y evitar la falta de rigor. En definitiva, una ciencia entretenida que la entienda el lector, aunque se trate de un libro complejo.
—¿’El último Sapiens’ es un libro que puede asustar o preocupar al lector?
—Empezando por mi madre…claro que sí (ríe). Cuando lees o escuchas a un periodista como yo me puedes tomar más o menos en serio, pero cuando tus palabras vienen avaladas por un científico candidato al premio Nobel de medicina como Juan Carlos Izpisúa o un traumatólogo como el profesor Pedro Guillén, entiendes que detrás de esto no hay frivolidades sino muchos años de estudio, conocimiento y trabajo.
Las dos grandes cuestiones radican en decir sí o no a la manipulación de genes humanos. Ahora mismo en algún lugar del mundo, en un laboratorio clandestino supervisado por servicios secretos, es muy probable que haya nacido ya un homo que no sea 100 % Sapiens. Estamos condenados a desaparecer como especie, estamos en cuenta atrás…
—¿Conoce la sociedad que es la manipulación genética? ¿Hay suficiente información del tema?
—Supone un tema más complejo de lo que se cree, a veces se le queda lejano a la mayoría de personas. Son temas espinosos y tenemos la obligación profesional de abordar estos conocimientos que no son fáciles de abordar e intentar explicarlos para que todo el mundo lo entienda. Es complicado suscitar el interés, pero hay que intentarlo.
—¿Hay que poner límites a la manipulación genética? ¿Puede ser más ventajoso que perjudicial? ¿Quién los tiene que marcar y cuándo debería hacerlo?
—Debe marcarlos la Organización Mundial de la Salud (OMS) o una agencia de las Naciones Unidas. En España hay que actualizar o cambiar la regulación, aunque tiene que existir una iniciativa internacional. Si no se realiza una normativa supranacional el investigador puede cambiar de país y hacer cualquier experimento prohibido que no puede hacer en el lugar de donde viene. Se sabe que algunos investigadores van a China para hacer experimentos con simios que no tienen permitido dentro de sus fronteras.
Se da la circunstancia que el primer comité ético que se constituyó fue con Federico Mayor Zaragoza, siendo director de la UNESCO. Aun así, hay que seguir pensando que independientemente de lo que se prohíba, habrá países que se salten esa normativa. Es obvio, que Naciones Unidas no puede abstraerse de una obligación de una decisión de tal calado.
—¿Qué posibilidad hay que se haya producido ya manipulación genética del Homo Sapiens? ¿Dónde se podría haber dado lugar y con qué fin?
—En las páginas hago referencia a Jennifer Doudna, Nobel de Medicina en 2020. Ella explica que cuando conoció la existencia de una tijera molecular y que se realizaban manipulaciones genéticas en monos, daba por supuesto que compañeros poco ortodoxos lo habían hecho y que lo harán en humanos…por eso el subtítulo del libro: ‘A las puertas de la creación de una nueva estirpe humana‘. El hombre está en condiciones de alterar las células germinales y crear una especie humana y permitir una evolución exponencial. Por lo tanto, el Homo Sapiens es una especie en peligro de extinción.
China, Rusia y Corea del Norte son los países más laxos en la materia y se centran, sobre todo, en la experimentación. Imagina poder crear superhombres o infrahombres, manipular genes que disminuyen la capacidad física mental de una persona…se pueden crear esclavos, trabajdores sometidos o un ejército de soldados.
Se calcula que existen unas 10.000 enfermedades monogénicas, producidas por la mutación de un solo gen, y que con la manipulación genética podrían desaparecer y se van a erradicar. Como explicaba Guillén, la manipulación puede erradicar una enfermedad como el Síndrome de Down. ¿Alguien podría pensar que si podemos evitar tumores o cánceres, se concibe que un gobierno pueda prohibir la manipulación genética con fines terapéuticos? Es difícil comprenderlo.
No debería haber censura. Tienen que existir unas reglas normativas, un mínimo común denominador susceptible de cumplimiento a nivel internacional donde la única limitación es la dignidad humana. Es algo muy genérico conocer dónde empieza y dónde acaba, lo suficiente para no contravenir las leyes de la naturaleza y eso te lo da el sentido común.
MANIPULACIÓN GENÉTICA
¿Si podemos evitar tumores o cánceres, se concibe que un gobierno pueda prohibir la manipulación genética con fines terapéuticos?
José Antonio Ruiz
Periodista
—¿Confía en que los países y los científicos hagan un buen uso de la manipulación genética?
—Estoy convencido que la inmensa mayoría de los científicos de todo el mundo, incluso de los países que no son democracias, como las autocracias, van a dar un uso lícito y legal a la manipulación genética. Cualquier persona sensata lo hará.
—Resulta paradójico que nosotros mismos tengamos la posibilidad de elegir nuestro rumbo y que seamos los últimos Homo Sapiens existentes ¿Estamos preparados?
—No estamos preparados… firmamos nuestro propio certificado de defunción. Es un hecho que lo van a padecer nuestros nietos, es la primera vez que sucede en la historia de la humanidad porque Darwin ha marcado la evolución natural de las especies.
Actualmente se trabaja con el Proyecto Genoma Humano, que supone el abecedario de nuestra vida genética. Aunque las técnicas y los conocimientos han evolucionado, aún falta mucho para entender el lenguaje. Paralelamente se trabaja también con el Proyecto Cerebro Humano con la participación de Rafael Yuste. Si desciframos el genoma y el código de nuestros cerebros…después de eso no nos queda absolutamente nada.
—¿Cómo de cerca estamos de la desaparición de las enfermedades y de la vida longeva o eterna?
—Izpisúa y Guillén piensan que el reto que nos hemos planteado no es la inmortalidad. En 2045 la muerte será opcional, dispondremos de los conocimientos y herramientas bioquímicas para retroceder en edad en el tiempo. Seremos cada día, más jovenes.
Por mi parte, no creo en la mortalidad, es incompatible con la evolución. Izpisúa dice que ya ha nacido el niño que cumplirá 130 años. Seremos mas longevos y viviremos más años jovenes. Aun así, Guillén comentaba que igual que vamos a erradicar enfermedades aparecerán otras vinculadas con la longevidad. La media de edad es ahora de 83 años ahora. Las personas que lleguen a 100 años van a tener enfermedades desde los 80 años, ligadas al proceso de envejecimiento.
Futuro Homo Sapiens
Ahora mismo en algún lugar del mundo, en un laboratorio clandestino supervisado por servicios secretos, es muy probable que haya nacido ya un homo que no sea 100 % Sapiens
José Antonio Ruiz
Periodista
—¿A quién recomendaría leer ‘El último sapiens’?
A cualquier persona con hambre de conocimiento. Por supuesto, los que nos dedicamos a la comunicación tenemos que tener curiosidad. Me gustaría que me leyeran medicos cientificos y sanitarios investigadores, para poder enmendar muchas cosas de las que digo desde mi rol de periodista. Por último, se lo recomiendo a todos los jóvenes universitarios, y en especial, a mis alumnos de la Facultad.