Hubo que esperar a las 22.00 para que se despejara la incógnita de la primera jornada del apagón. ¿Cómo y quién debía desenchufar la iluminación de la basílica del Pilar? Durante toda la jornada, el Ayuntamiento de Zaragoza y el Cabildo Metropolitano no se pusieron de acuerdo sobre quién tenía la competencia de desconectar las luces. El Consistorio sí paga religiosamente la factura, pero el problema parecía radicar en que ambos desconocían dónde se encuentran los fusibles en cuestión. Al final, alguien debió encontrarlos, porque el templo dejó de verse iluminado a la hora fijada y su imagen a oscuras, especialmente por la parte posterior de la avenida de Echegaray y Caballero, sorprendió a todos.
A media tarde parecía que solo iban a desconectarse las luces interiores de las torres, según explicó el deán, Joaquín Aguilar, pero el apagado exterior acabó siendo prácticamente total. El principal símbolo de la capital aragonesa se sumó así a la decisión del Consistorio de apagar las luces ornamentales de todos los edificios y monumentos de su competencia, pese a no estar obligado a ello.
“Parece mucho más triste. Hay que empezar a gastar menos, pero seguro que hay otro tipo de medidas con las que se ahorraría mucho más“, señaló José Vicente que acudió a ver el templo desde el Puente de Piedra con un par de amigos turistas y captó una fotografía que no se esperaba. “He tenido mala suerte porque solo me quedaba esta noche para contemplarla. Menos mal que ya estuve en Zaragoza hace tres años“, se lamentó Patrizia Massimi.
Un análisis nocturno permitía ver también las diferencias entre grandes y pequeños comercios y entre los barrios más transitados y los menos. El Corte Inglés, como la mayoría de los establecimientos, apagó sus escaparates con una puntualidad británica al mismo tiempo que salían los últimos clientes. “No tiene sentido. Me parece vergonzoso quedarnos a media luz”, señaló Mercedes Soria que paseaba a su perro por el paseo de Las Damas. Menos disgustada se mostró Susana Sánchez: “Todo ayuda y nosotros tenemos que concienciarnos y hacer algo en nuestras casas”. La fuente de la plaza de España y la Audiencia Provincial no lucían iluminadas. Y tampoco la fachada de La Seo, pero en este caso porque la instalación no funciona, confirmaron desde el Cabildo.
La confusión generalizada fue mucho más allá. La medida marcaba el miércoles como el inicio de la nueva normativa. Para unos la medianoche del martes, pasadas las 00.00, ya tocaba dejar a oscuras los escaparates. Nada más alejado de la realidad. Según el Ejecutivo no era obligatorio hasta este miércoles, que fue cuando la oscuridad se hizo en los comercios y grandes cadenas que suelen tenerlos encendidos en verano hasta las 23.00 o las 00.00, porque pocos aguantan más allá.
“Nos ha mandado el encargado un guasap desde sus vacaciones para decirnos que cuando cerremos apaguemos todo el escaparate”, explicó a el empleado de la The Sneaker One de la calle de Alfonso I. A su parecer la normativa era “demasiado precipitada” y el tema “más preocupante”, el cierre de puertas para evitar despilfarrar energía. En este negocio las vitrinas con las zapatillas relucían un rato después de bajar la persiana y durante toda la noche había una mínima iluminación para resaltar algunos pares. A pocos metros, la dependienta de la tienda Rosa Clará comentó que hace ya unos días un técnico reprogramó el apagado de las luces para cumplir con el decreto.
Un análisis nocturno permitía ver también las diferencias entre grandes y pequeños comercios y entre los barrios más transitados y los menos. El apagón tempranero de escaparates no atañe a todos por igual. “En esta zona la mayoría ya venimos apagándolos a las 22.00, no nos afecta mucho, todo lo contrario que la temperatura”, Begoña Abad, presidenta de la Asociación de Comerciantes de la Zona Centro de la capital aragonesa. “A lo mejor en las calles del entorno de la plaza del Pilar y el centro histórico les vale la pena mantener los escaparates iluminados, pero no en esta parte de la ciudad no”, dijo. Una opinión que compartió su homólogo del sector comercial de la avenida de Madrid, Sergio Bretos, aunque lamentó que la “sensación de inseguridad” aumentará.
“En esta zona comercial la mayoría ya apagamos los escaparates a las diez o antes, no nos afecta mucho, todo lo contrario que la temperatura”
La gerente de Puerto Venecia, Yolanda Gimeno, explicó que los escaparates del complejo son competencia “de cada uno de los operadores” y que se ha informado a todos “de los cambios en el BOE para que puedan aplicarlos bajo su criterio”. Subrayó que “la preocupación energética siempre ha sido uno de los pilares básicos para el centro” y que se han logrado reducciones del consumo de hasta un 20%. El 14% del consumo total energético del centro está cubierto por los paneles fotovoltaicos instalados en las propias instalaciones.
Las medidas energéticas se colaron hasta en las fiestas de San Lorenzo, en las que se puede perdonar que el ahorro se posponga por unos días. Fue de la mano del presidente aragonés, Javier Lambán, que, aunque alineándose con el Gobierno español, volvió a abogar por la flexibilización a la hora de aplicarlas y por “resarcir e indemnizar a los negocios por este coste suplementario”.