Hechos clave:
-
Achacan la inflación a la pandemia, como si el coronavirus imprimiera el dinero.
-
Bitcoin es una respuesta contundente a los gobiernos y voceros del sistema fíat.
La mayoría de la teoría económica tiene como origen de los procesos inflacionarios el aumento de la masa monetaria, algo que la Reserva Federal de Estados Unidos y los emisores de grandes potencias han hecho de manera indiscriminada desde la declaración de la pandemia, hace ya dos años y medio.
Sin embargo, no parece que los responsables de los mayores índices inflacionarios en décadas estén dispuestos a asumir su error. Al menos, no en su totalidad. La postura de ejecutivos y hasta economistas parece apuntar a reconocer su error a medias, mientras se mantiene el intento de endilgar a la situación pandémica el aumento indetenible de la inflación.
El más reciente con esta postura, que reseñamos en CriptoNoticias, fue el economista Paul Krugman. El ganador del Premio Nobel de Economía escribió una nota de opinión en el New York Times donde aseguraba reconocer su error con respecto a las predicciones sobre la inflación. Pero en realidad, solo asume que la situación era peor de lo que él había previsto. Poco más que eso.
Para Krugman, la pandemia es la verdadera responsable, como si se tratara de un hecho al que las instituciones no tenía posible respuesta y como si la mayor emisión monetaria de la historia no fuera a tener ningún efecto en las economías del mundo. Particularmente en el caso del dólar, moneda de reserva mundial que ha visto la mayoría de su masa monetaria circulante emitida en los últimos años.
Si la inflación es producto de un aumento desigual de la oferta monetaria en contraste con la demanda de ese dinero en las calles y la producción de bienes y servicios (claramente reducida por los confinamientos a inicios de la pandemia)… ¿no es lógico ver en las acciones de la Fed y los bancos centrales como el europeo la causa principal de esta espiral inflacionaria en la que estamos ahora?
Lo que dicen las instituciones
Si les preguntamos a los representantes de los gobiernos, la respuesta será siempre la misma: la pandemia fue una situación imprevista y el curso de acciones que tomaron para responder a la crisis era la mejor opción disponible. Nada muy distinto a lo que dijo Krugman.
Incluso, figuras como Janet Yellen de la Oficina del Tesoro estadounidense; o el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, se han referido al fenómeno. Ambos están entre los reconocimientos tímidos del error. Yellen, por ejemplo, dijo que se equivocó en su previsión sobre el rumbo que tomaría la inflación, en un tono muy similar al que adoptó ahora Krugman.
Por su parte, Powell se refirió al aumento del fenómeno inflacionario como algo imprevisto. «Entendemos muy bien lo poco que sabemos sobre la inflación», dijo Powell.
Ya a comienzos de este año hubo incluso grandes esfuerzos discursivos por desviar la atención sobre el origen de la inflación hacia Putin y su guerra en Ucrania. Pero enfriado el tema en el ojo público, parece que vuelven a optar por el factor pandemia.
Es decir: ¿nos quieren hacer creer que los mayores responsables de las políticas monetarias de las principales monedas de reserva mundial no saben prevenir un escenario como este a raíz de sus propias acciones? O nos creen tontos a nosotros o se declaran a sí mismos como tal. No, Krugman… no, Yellen… no, Powell, la inflación no es otro síntoma del coronavirus, sino del sistema fíat. Y eso ustedes lo saben. Por eso temen tanto a Bitcoin.
Por eso tenemos a Bitcoin
El sistema fíat está fallando. Todos lo sabemos y se hace cada vez más evidente. El control absoluto de los Estados sobre el dinero y cómo, por extensión, tienen control sobre las vidas de sus ciudadanos, se ha convertido en un problema lo suficientemente notorio como para que empiecen a surgir soluciones.
La más clara de ellas es Bitcoin, nacida hace poco más de una década. En principio, como respuesta a la gran crisis financiera del 2008, pero si lo vemos de forma más profunda es una respuesta a todo un sistema que se encuentra en decadencia.
Bitcoin representa todo lo que no es el sistema fíat. Precisamente, el mayor contraste entre la criptomoneda y el dólar o cualquier otra moneda nacional es que no hay una persona con el poder de determinar nada de lo que ocurre en Bitcoin.
Ya el mundo se cansó de los políticos, su forma de manejar el dinero de todos y su evasión de responsabilidad cuando todo se empieza a derrumbar. El mismo Fondo Monetario Internacional ya ha reconocido que la popularidad de esta herramienta como respuesta contra la corrupción de los gobiernos. Por eso nos gusta Bitcoin, porque no tenemos que depositar nuestra fe en ninguna persona para que el sistema funcione. Y hasta ahora, vaya que funciona.
Descargo de responsabilidad: Los puntos de vista y opiniones expresadas en este artículo pertenecen a su autor y no necesariamente reflejan aquellas de CriptoNoticias.