Este artículo se basa en una conversación con Jaime Ibáñez, de 22 años, de Dallas, Texas, en la que habla sobre cómo se convirtió en empresario en el sector de las máquinas expendedoras. Ha sido editado por cuestiones de extensión y claridad. Business Insider ha comprobado los ingresos de Ibáñez gracias a la documentación proporcionada.
En mi segundo año de instituto, a los chicos que practicaban deporte se les permitía vender chucherías para recaudar dinero para la equipación deportiva. Un día decidí preguntarle a un compañero al que siempre le compraba patatas fritas qué deporte practicaba él. Me respondió que ninguno, y que vendía la comida a escondidas para ganar algo de dinero.
Ese mismo día fui a Sam’s Club, una tienda de venta al por mayor, me hice socio y compré 2 cajas de paquetes de patatas fritas. Las llevé al instituto al día siguiente y acabé vendiéndolas todas.
Mi primer trabajo fuera del instituto fue vendiendo en un campo de fútbol
En aquella época, conseguí trabajo los fines de semana en un campo de fútbol. Llevaba un carrito de golf con una nevera en la parte de atrás y delante tenía las chucherías, patatas, chocolate, etc.
En mi último año de instituto, 3 de mis amigos formaban parte del negocio. Yo les llevaba una caja extra de patatas a cada uno y ellos las vendían en sus aulas. Al final de la semana, les pagaba 50 dólares a cada uno y yo ganaba otros 50 (unos 49 euros al cambio actual).
Vendiendo bolsas de patatas en el instituto y con el trabajo en el campo de fútbol a tiempo parcial, ganaba lo suficiente para pagarme la ropa, el material escolar, la comida y hasta podía ahorrar. Al acabar el instituto, tenía ahorrados entre 3.000 y 4.000 euros. Al graduarme, no obstante, me quedé solo con el trabajo del campo de fútbol.
Conocí el sector de las máquinas expendedoras a través de un vídeo de YouTube
En aquel momento, conocí el sector de las máquinas expendedoras gracias a un vídeo de YouTube de otro vendedor que se dedicaba al mantenimiento de sus propias máquinas de chicles.
Explicaba cómo reponía las máquinas y recaudaba el dinero, contando que al finalizar su ruta solía tener nos 1.460 euros de unas 30 máquinas. Me pareció una locura ganar todo ese dinero en un solo día de trabajo.
Entonces, decidí comprar una máquina expendedora de chicles de segunda mano. Me costó 50 euros y lo único que tuve que hacer fue volver a pintarla. Busqué un local en mi barrio en el que colocarla, pero no encontré ninguno que me dejara hacerlo.
Al final, había comprado unas 4 máquinas que luego vendí a través de Facebook, ya que al no encontrar lugar para ponerlas, pensé que quizás aquel negocio no era para mí. Sin embargo, seguí investigando sobre el tema.
Alrededor de agosto de 2018, escribí “máquina de refrescos” en Craigslist y encontré a la venta una máquina combinada: vendía aperitivos y refrescos. ¿Lo mejor de todo? Ya estaba puesta en una residencia de ancianos, por lo que no me hizo falta buscar un local. La vendían por casi 3.000 euros, de modo que llegué a un acuerdo con el vendedor.
Una semana más tarde, tuve la mala suerte de que el director de la residencia me llamase para decirme que ya no querían seguir teniendo la máquina. Por tanto, me tocó volver a llamar a 50 o 60 sitios, hasta que encontré una barbería que sí la quiso.
Querían un reparto de comisiones. Al principio les dije que el 10%, pero querían un poco más, así que lo subí al 15% porque necesitaba un local. A día de hoy, la máquina sigue estando.
Mi negocio de máquinas expendedoras lleva casi 4 años en funcionamiento
Los 2 primeros años el negocio creció con bastante normalidad, consiguiendo más o menos un nuevo local cada 3 meses. En 2021 no conseguí ninguno en todo el año. Para compensarlo, en 2022 me he propuesto poner una nueva máquina cada mes. De momento, estoy cumpliendo mi objetivo.
Ahora, tengo algo más de 40 máquinas y recaudo casi 20.000 euros en ventas al mes. Pasando de julio de 2021 a junio de 2022, gané unos 130.000 euros. Pero eso no es todo: tengo además un canal de YouTube y contenido formativo; en los últimos 12 meses, con estos otros 2 negocios he ganado casi 100.000 euros.
En 2022, el crecimiento de YouTube ha ido mucho más lento, ya que he publicado menos. A mis espectadores les sigue gustando ver vídeos en los que explico cosas sobre las máquinas expendedores, pero reconozco que para mí está resultando algo repetitivo, por lo que intento variar. Tengo un vídeo en el que como en el que compro un local por 20.000 euros.
Por otro lado, está el tema de la formación, que hago tanto a través de vídeos como de contenido escrito. Aquí, explico todo lo necesario para empezar tu propio negocio de máquinas expendedoras, y está enfocado a gente que no sabe nada sobre el sector.
Cuando empecé, cobraba 95 euros como tarifa única. Como todo el mundo me decía que el precio era demasiado bajo, lo subí a 144 euros. Pensé que con esto bajarían las suscripciones al principio, pero lo cierto es que se mantuvieron igual. Ahora me doy cuenta de que tendría que haber subido el precio mucho antes.
Las máquinas de vending son algo a lo que quiero seguir dedicándome el resto de mi vida
Quiero que mi empresa de vending se convierta en la más grande de Dallas. Puede que lo consiga dentro de 10 o 15 años.
También me gusta mucho hacer contenido en YouTube. Seguiré con los vídeos sobre máquinas expendedoras, aunque también me gustaría diversificar.
Puede que, a la larga, empiece un nuevo negocio y haga vídeos sobre ello. Uno de mi sueños, por ejemplo, es abrir una lavandería.