El lamentable fallecimiento de 14 elementos de las Fuerzas Especiales de la Marina Armada de México (UNOPES), el pasado 15 de julio ha dejado días de luto en todo el país. Cuando hombres valientes que arriesgan su vida por cuidarnos fallecen en cumplimiento del deber, se consuma con la máxima del amor a la Patria.
Es conocido el lamentable accidente que tuvo un helicóptero Black Hawk de la Marina Armada de México en el estado de Sinaloa. Todavía no se descubre cuál fue la falla que produjo el accidente, se sabe que el personal a bordo había participado en el operativo de la captura junto a sus compañeros de la Marina y de la Policía Federal Ministerial de la FGR en el municipio de Choix. Sin embargo, hasta ahora se desconocen las causas reales del desplome de la aeronave.
Pero más allá de las conjeturas que han surgido y de la serie de historias especulativas, la realidad es que ha sido un duro golpe para el ánimo del personal naval. El alto mando naval ha decretado diez días de luto en todas sus instalaciones del país, así como que todo el personal porte un moño negro en el brazo izquierdo para reconocer el sacrificio de los compañeros caídos.
Entremos de lleno al tema del que todos opinan pero que en realidad desconocen: la detención de Rafael Caro Quintero, el Narco de Narcos. Fue el precursor de los grupos criminales a mediados de la década de los 70 y mediados de los 80. Fundador del poderosísimo y extinto Cártel de Guadalajara, que tuvo el control de las rutas de droga más importantes en esos años. Socio de Miguel Ángel Félix Gallardo, el Jefe de Jefes.
Fue famoso por mencionar en una entrevista en aquellos años que si lo dejaban trabajar libremente él se comprometía a pagar la deuda externa del país. Asimismo, era conocido por sus excentricidades, ya que constantemente le gustaba regalar automóviles Grand Marquis a las autoridades políticas y policiacas, obteniendo así el premio a la concesionaria Ford de más ventas a nivel internacional. Visionario en los negocios, y a diferencia de otros narcotraficantes, siempre buscó que sus ganancias fueran invertidas en México y en negocios legales, por lo que compró varias agencias Ford para que no le salieran tan caros los carros que regalaba.
Su historia, al igual que muchas, está llena de claroscuros. En sus inicios trabajó para los jefes de aquel entonces como Miguel Ángel Félix Gallardo y Ernesto Fonseca. Ascendió de forma rápida al concretar rutas de traslado de drogas que en aquel entonces eran de mariguana y heroína, que es lo que se producía en México. Con el boom de la cocaína se potencializó el negocio a sus máximas ganancias, lo que hizo que su fortuna y popularidad crecieran, cosa que no fue bien visto entre los grupos criminales en aquellos años.
Siempre se comportó de forma humilde y cercana a su gente, por lo que esto llamó demasiado la atención. Le compusieron corridos y se le ligó como colaborador de la CIA (Agencia Central de Inteligencia). Se decía que era intermediario de los contras en Nicaragua, grupo de insurgentes financiados por Estados Unidos para derrocar y acabar con el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) que gobernó el país centroamericano por décadas hasta 1990.
El pecado más grande que cometió Rafael Caro Quintero fue su participación en el asesinato del agente encubierto de la DEA: Enrique Camarena Salazar “Kiki” . Esto lo volvió el enemigo público del país más poderoso del mundo. Según los informes de investigación, el agente encubierto se había infiltrado a tal grado en la organización del Cártel de Guadalajara, que descubrió la forma de operar de ésta, logrando grandes incautaciones de propiedades, dinero y drogas como el famoso Rancho del Búfalo en Chihuahua.
Caro Quintero utilizó a sus contactos para dar con el informante y así terminaron asesinando a Enrique “Kiki” Camarena. Sin embargo, hay otra versión que relata que las investigaciones del agente de la DEA, habían encontrado la conexión del apoyo a los contras nicaragüenses por parte de la CIA, que utilizaba las conexiones del Cártel de Guadalajara por medio de Caro Quintero con Colombia donde cambiaban armas por droga que posteriormente era vendida por el Cártel pagándole un porcentaje a los agentes de la CIA para financiar a los insurgentes en Nicaragua. En esa versión, quien ordena la muerte del agente encubierto de la DEA sería la misma CIA, lo que ha generado una disputa y lucha interna entre ambas agencias desde la década de los años 80, y que ha tenido varios frentes alrededor de todo el mundo, específicamente en América Latina con un sinnúmero de casos que abordaremos en otra ocasión.
Queda claro que para la DEA y el gobierno de Estados Unidos de Norteamérica Rafael Caro Quintero se convirtió en uno de los enemigos públicos más importantes, y después de su salida de prisión en el año 2013 se tornó en uno de sus objetivos primordiales, por lo que se inició una cacería para su captura y extradición al vecino país del norte.
La unidad de inteligencia naval se abocó a la recaptura del legendario capo, y sí colaboró en intercambio de información con las áreas de inteligencia de la DEA, pero el operativo fue llevado a cabo por elementos de las Fuerzas Especiales Navales y Policías Ministeriales de la FGR.
México está de luto. 14 hombres valientes y fuertes perdieron la vida en cumplimiento del deber. Honor y gloria para ellos, resignación y pronta recuperación para sus familias y compañeros, así como mi desprecio para todos aquellos que minimizan el sacrificio del personal naval por intereses mezquinos y políticos.
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