A sus 43 años continúa con la tradición familiar. Estos días presume de noria de A Coruña
17 jul 2022 . Actualizado a las 05:00 h.
Cuando era un niño pasaba los veranos montado en un coche de choque. «Estaba tardes enteras pilotando. Yo era pequeño y los abusones no podían conmigo», recuerda Alfredo Camarero Fernández, de 43 años y al que todos llaman Fredy. Cuando le preguntan a qué se dedica, suele responder «tengo atracciones. Decir feriante tiene alguna connotación negativa», asegura este empresario descendiente de una familia que siempre se dedicó a este sector. «De pequeño no me gustaba la feria, pero ahora no la cambio por nada. Me gusta estar en el almacén, pensar en decoraciones… Los vinilos los hago yo», comenta. Nació en Ourense, pero ya cursó Bachillerato en A Coruña. Estudió en la Universidad Europea de Madrid ADE y Económicas. «Mis padres siempre dijeron que para los estudios, lo que hiciese falta. Primaron nuestra educación. Mi idea era trabajar en otro lado y estuve un tiempo en Londres, pero acabé en el negocio familiar. Los tres hermanos nos dedicamos a lo mismo, pero cada uno con su empresa», detalla el propietario de Carrusel Camarero.
Famosos en la noria
Charlamos en una terraza bajo el gigante de 60 metros que no para de dar vueltas. «Por el momento cubre expectativas y el carrusel que tenemos en el Parrote funciona muy bien. El otro día estuvo Alberto Núñez Feijoo, que trajo a su hijo, y al bajar dijo que le había encantado. También estuvo Marta Ortega por las atracciones, pero no sé si se subió a la noria», asegura Fredy. La fecha prevista de cierre es el 21 de agosto. «El dueño y gran amigo nuestro, José Buendía, había venido a A Coruña hace muchos años con otra noria más pequeña, de 30 metros, y llevaba tiempo queriendo volver. Y coincidió que el presidente del Puerto quería algo grande aquí y le hablamos de la noria de José», relata Fredy sobre cómo se gestó el tema. Está acostumbrado a montar y desmontar. Su familia gestionó las atracciones que había en los jardines de Méndez Núñez. «Después nos tuvimos que ir a la plaza de Portugal. Fue un desastre por el tiempo y porque por las noches nos causaban muchos destrozos. No siempre tuvimos negocios nómadas. Abrimos en Espacio Coruña Oreco Park, que tenía diferentes juegos para niños. No fue muy bien. Nos encantaría tener un sitio fijo en la ciudad y no estar todos los años con la misma incertidumbre. Me gustaría tener un parque de atracciones en el puerto». ¿Con montaña rusa?, le pregunto. «Para todo el año no sé. Pero tenemos una que hace tiempo que no montamos y que allá por los noventa instalamos en el Parrote», recuerda y busca en el móvil alguna imagen de aquella atracción.
Modern Talking y Los Chichos
Son las dos de la tarde. Sigue llegando gente a la zona donde está instalada la noria. Pega el sol. Y suena de fondo la inevitable música de los espacios de feria. De cuando era más niño, a Fredy Camarero se le quedaron grabadas en la mente las canciones de «Modern Talking y Los Chichos. Ahora, en gustos musicales soy ecléctico y no sigo a ningún artista especialmente», comenta. «Cuando hay verbena yo trabajo. Y cuando tengo vacaciones y viajo, no me pierdo los parques de atracciones de las ciudades que visito», añade. Lleva algo más de tres semanas conviviendo con la noria. «Los primeros días subí varias veces por peticiones de la prensa. El otro día fui con mis hijos (tiene dos, de 13 y 9 años, y un tercero en camino, Noa) y ayer con unos amigos. Por el momento no se mareó nadie. Va muy despacio. Lo más importante es que viene gente de todas las edades y se empieza a notar bastante la llegada de turistas. Por cierto, con mis hijos me gusta ir al saltamontes», confiesa. Cuando pase el verano y la noria deje de girar, Fredy empezará a pensar ya en la Navidad. «Montamos durante diez años en la plaza de María Pita y queremos continuar. Son nuestras temporadas fuertes», afirma.