¿Cómo ve la situación actual de la agricultura nacional?
Hoy en día la situación para el agricultor es positiva y venimos saliendo de una campaña muy buena. La zafra pasada fue excelente, tanto en invierno como en verano, con buenos rendimientos, buenos precios y costos no tan altos. En varias zonas del país está sirviendo para tapar problemas de la campaña anterior. En la zona centro el 2021 fue muy complicado, con rendimientos bajos y este año fue la revancha. Al momento positivo hay que agregarle ciertas dudas, algunas luces amarillas a las que hay que estar atentos.
¿Cómo viene la instalación de los cultivos?
Ha sido un año muy bueno para la implantación. Hubo muy poca resiembra, solamente algo de cebada y trigo por las lluvias del 25 de mayo. Arrancaron muy bien los cultivos y se implantaron bien, a pesar de que al principio estuvo lento por falta de agua y por frío. Las lluvias de la semana pasada y las heladas que aflojaron un poco cambiaron mucho el panorama y el arranque es distinto que el del año pasado, cuando terminamos de resembrar alguna cebada el 2 de agosto. Ahora tenemos casi toda el área sembrada y a esta altura no creo que quede alguien por sembrar trigo o cebada, porque tuvimos un junio muy bueno, casi sin precipitaciones y avanzamos rápido.
¿Cómo analiza esta gran expansión en el área de agricultura de invierno?
Tuvimos un crecimiento en la superficie de invierno importante. Cuando arrancás la zafra, el mejor número te lo da el doble cultivo, hacer algo de invierno y verano. Todos empezaron a ver ese número y se volcaron mucho a eso. Esperábamos un aumento de área, pero de todos modos sorprendió un poco, sobre todo en la colza. Es muy bueno, dinamiza todo, hay más área para cosechar en diciembre, movimiento de camiones, contratistas: es bueno para el país. El presupuesto cierra mejor que si se hace un solo cultivo o una soja de primera, que es lo que intentamos no hacer nosotros particularmente, y este año muchos productores lo están viendo por ese lado.
¿Cómo ve este crecimiento explosivo de la colza?
Es un cultivo que se ha ido desarrollando, pero desde hace 3 o 4 años tuvo una expansión fuerte. En nuestro caso hace 10 o 12 años que trabajamos con colza y veíamos un potencial grande, pero no le terminábamos de encontrar la vuelta, por problemas de implantación, comercialización o terminar de agarrarle la mano. Aprendimos a sembrarlo, dónde y cuándo. Se ha mejorado mucho en el manejo del cultivo y tenemos una buena comercialización gracias al trabajo del Ministerio de Ganadería, productores y exportadores que hicieron que el grano se comercialice fácil, aparte de los buenos precios a nivel internacional. Eso ha llevado a que tengamos un desarrollo muy grande, calza bien en las rotaciones y cuando aprendés donde ponerlo y cómo sembrarlo lo necesitamos para lograr varios cultivos al año.
¿Es beneficioso para la sanidad de las rotaciones?
Aporta mucho en la rotación de herbicidas, porque uno de los problemas que tenemos es el aumento de costos por control de malezas. Cada vez hay más malezas, cada vez más difíciles de matar y metiendo una Brassica rotás los herbicidas. Se usa otro grupo de los mismos que no se usó en trigo y cebada, entonces no presionás siempre con lo mismo.
¿Se ha mejorado en la cosecha?
Se le agarra cada vez más la mano. Si hacés las cosas bien, no tenés grandes pérdidas. Cada uno verá qué técnica usa según su negocio y a dónde vendió el grano, pero las máquinas se han desarrollado mucho con buenos cabezales y se puede cosechar sin problemas. En general va muy bien.
¿Estas últimas heladas ocasionaron muchos daños?
En algunos casos sí, se vieron campos con daños y falta de plantas. Fueron heladas fuertes a fines de mayo, que además son heladas tempranas. Agarraron a los cultivos chiquitos, y sobre todo las colzas primaverales tuvieron áreas con pérdidas de plantas y son zonas que van a ser menos productivas. No es grande esa superficie y fue más al sur, en el centro no vi ese problema. A las colzas invernales no las afectó porque ya estaban grandes, fueron sembradas temprano. Las puso un poco violetas o amarillas, pero no hubo pérdidas grandes.
¿Cómo ve la actualidad del trigo?
Está bien instalado y viene bien. Hubo buenos nacimientos y el área es la que siempre se mantiene. Ahora que bajó un poco el precio complica los números, pero veremos qué precio se logra al final. Cada vez la calidad juega más, y hoy se debe apuntar a kilos y calidad, porque no sirven kilos sin calidad. Va muy de la mano con la fertilización, porque cada vez usamos más urea. Está asociado a las chacras que tienen más agricultura y son más viejas, por eso entregan menos nitrógeno. En los últimos dos años se lograron muy buenos rendimientos con la fertilización correcta.
¿Por qué cree que la cebada ajustó un poco a la baja?
El productor tiene memoria corta. El año pasado hubo problemas de rechazo y se le empieza a tener miedo a la calidad de la cebada. Además, mucha área se la robó la colza: en campos donde tocaba cebada por rotación se fue a colza. El negocio de la cebada no es malo en el presupuesto. Hoy, con la baja de precios, queda más tirante, pero tiene su lugar en las rotaciones y lo necesitamos, pero hay miedo de la comercialización. La cebada forrajera tiene requerimientos menores, pero el precio a su vez es menor. El productor intenta meter una cebada maltera, y si la rechazan tiene esa opción. El año pasado hubo mucho lote rechazado que fue a China, pero hay un cambio de flete que hay que negociar. En la cebada lo bueno es que entregás cerca de donde producís y es un flete corto, pero si vas a China tenés que ir a Palmira o Montevideo y hay un cambio en el costo del flete que pesa en el paquete de costos.
Usted está explorando también otras opciones, como la vicia o el trébol persa…
Hay mucho por desarrollar en la vicia para hacer antes de un maíz de primera. Aporta al control de malezas y en la rotación de los herbicidas, es un camino a seguir más sustentable. Estamos ensayando un poco para ver cuánto le podemos aflojar al nitrógeno. La vicia le aporta nitrógeno al maíz, vamos a ver y marcar ensayos a ver cuánto aporta y cuándo lo entrega para bajar la fertilización, es decir, cuántos kilos y cuándo te los da. Hay bibliografía, pero estamos experimentando con nuestros ensayos. Es un camino lindo para mejorar la sustentabilidad de la agricultura. Ayuda con las malezas, sobre todo el yuyo colorado. Al trébol persa estamos empezando a probarlo, es una opción de un cultivo de renta más porque es un semillero y colabora al margen con la idea de ir a un maíz de segunda que aproveche los beneficios. Estamos arrancando, pero hay lugares en la rotación para colocar esto y mejorar todo el sistema.
En el último tiempo hubo una gran expansión agrícola en el centro del país, zona que no es netamente agrícola. ¿Fue por precios? ¿Fue por manejo?
Se ve más agricultura sí, y tiene que ver con los precios. Hay muchos productores ganaderos que ven los precios y el negocio y empiezan a sacar algo de la rotación de pasturas hacia la agricultura. Esto va permitiendo aumentar el área agrícola, e indudablemente hay un tema de manejo, que se le va agarrando la mano y se va perdiendo el miedo, y entonces se intenta hacer más agricultura o doble cultivo en un año con muy buenos márgenes para la zona.
¿Cómo viene la cosecha de maíz de segunda?
Estamos cosechando, pero está difícil de bajar la humedad. Hay un campo que trillamos recién que rondó los 7.000 kilos por hectárea, viene pintando muy bien en general. Hay que esperar que baje la humedad para poder cosechar.
Hay granos con buen valor, pero hay un considerable aumento de costos, ¿qué puede hacer el productor?
Hay que apostar a kilos y calidad. Se debe prestar atención a ambos aspectos, más que nada en trigo y cebada. No podemos agregar fertilizante a lo loco. Hay que medir. Nosotros hacemos agricultura por ambiente y manejamos todo fertilizando según el potencial de cada zona. Hay que obtener la mayor respuesta posible: si agregamos fertilizante y no tenemos respuesta vamos por mal camino porque en costos no sos viable y además generás contaminación. Se debe saber lo que se hace en cada zona y es muy importante el camino que estamos recorriendo.
¿Es compatible cuidar el ambiente y producir más?
Creo que sí. Debe haber responsabilidad de todos los actores. No debemos agregar productos nocivos porque sí. Hay que tener cuidado con la colza, en Uruguay es muy apetecible para las abejas y en la floración andan en la vuelta, entonces debemos ser precavidos con lo que aplicamos. Hay que fijarse en la lista del MGAP y hablar con el apicultor o dueño de las colmenas para hacer el trabajo sin que a él lo afecte. Antes en la agricultura se usaban productos más fuertes y hoy notás que la producción va cambiando, hay cada vez más insecticidas con la banda verde y hay que tener mucho cuidado.
¿Cómo ve la interacción con la ganadería?
La rotación debe ser con el dueño del campo, donde haya una fase ganadera y una fase agrícola, permitiendo que una capture los beneficios de la anterior. En el centro se hace mucho. En campos arrendados, la agricultura en rotación con pasturas es difícil por los costos que pagamos por la tierra, por eso se deben buscar sistemas en donde las pasturas se las quede el dueño del campo, porque los agricultores pagando rentas en kilos de soja la tienen difícil. Lo otro es producir granos para un feedlot. A mí no me gusta el ganado en la chacra en fase agrícola, como pasa con los puentes verdes, no lo veo viable. El ganado de un lado, y la agricultura de otro. La agricultura puede producir granos para ese ganado encerrado. Se está viendo cada vez más el crecimiento de los encierros, que son un muy buen lugar donde colocar los granos.
¿Cuáles considera que son los principales desafíos para la agricultura en el futuro?
Hay que incursionar cada vez más en el riego y tomarle cada vez más el tiempo, si bien en campos arrendados se complica instalar un pivot, pero en relaciones de largo plazo se hace. Al tema ambiental hay que cuidarlo mucho, ya no es a largo plazo si no a corto plazo. Y el otro riesgo que tenemos es en malezas, que hoy realmente son complicadas. Los seguros de riesgo también son herramientas válidas porque pasa que el costo por hectárea es tan alto que tenés mucho riesgo en cada zafra. Si te va bien no hay problema, pero si te va mal es mucho dinero invertido y peligra la salud de las empresas. El seguro mitiga el riesgo de los años malos, y el agricultor lo necesita.
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