De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), 78 por ciento de la población de zonas urbanas tiene una cobertura de internet, mientras que en zonas rurales apenas 50 por ciento cuenta con señal WiFi en sus hogares. ¿Qué tanto influye esta situación en el desarrollo de nuestro país? De esto discutieron legisladores con especialistas en el Foro “Telecomunicaciones para la inclusión: ¿Puede la conectividad reducir la pobreza y la desigualdad?”
“Son dos temas distintos”, apuntó el senador Gustavo Enrique Madero Muñoz, del Grupo Plural, “pobreza es una y desigualdad es otra, y son estrategias distintas, pero estoy convencido de que sí se puede, pero también estoy convencido de que no estamos haciendo lo suficiente y nos estamos quedando rezagados”.
Muestra de la relación entre conectividad y el impacto en el crecimiento fue que durante la pandemia los menores de edad con menores posibilidades quedaron rezagados en el sistema educativo.
Para Valeria Moy, directora General del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), “esa competencia del día a día es la que necesitamos que mejore y para eso sí necesitamos políticas públicas muy enfocadas, políticas públicas muy directas, si hay más competencia lo refleja enormemente la bajada en precios”.
Por su parte, Gabriela Ramos, directora general de Ciencias Sociales de la UNESCO, pidió a los países a que garanticen el acceso a las tecnologías de manera inclusiva: “Les pedimos a los países que garanticen resultados más inclusivos, diversos y justos, que promulguen fuertes mecanismos de aplicación y acciones correctivas, y que mejoren sus capacidades para hacer frente a estas tecnologías”.